El Atlético de Madrid visitaba al Deportivo de la Coruña, en un día atípico para jugar en el calendario colchonero. Debido al próximo desplazamiento a Kazajistán, el partido se ha disputado en viernes. No debería ser noticia, pero tras lo sucedido la pasada campaña, en la previa del encuentro no se cosechó ningún incidente y esperemos que así continúe durante todos los encuentros de la competición doméstica.

El Atlético monopoliza el balón

El partido comenzó en Riazor con un tú a tú en el centro del campo, en el que el Atlético de Madrid acabó haciéndose con el control del balón. La sala de máquinas rojiblancas comenzó a carburar y empezó a dar verticalidad por ambas bandas. Simeone, que salió de inicio con Carrasco por la derecha y Koke por la izquierda, cambió el sistema a un 4-3-3, dando paso a Koke en el centro del campo junto a Tiago y Gabi, y cambiando de banda al jugador belga.

Koke y Carrasco comenzaron a asociarse conforme pasaban los minutos y hacer mucho daño por el lateral izquierdo. El control era total por parte del conjunto colchonero, que echaba en falta mayor profundidad y aún no conseguía crear ocasiones claras de gol. Hasta que, a la media hora de juego, y tras una jugada por el lateral izquierdo, Carrasco peleó un balón e intentó un centro al área que acabó rechazado en la frontal, donde Tiago, con un gran zarpazo lo envió al fondo de la red de Lux junto a la pase del palo.

Muy buenos minutos los que estaba mostrando el equipo de Simeone tras el gol de Tiago, que estaba realizando un gran encuentro. Siguió buscando la portería de Germán Lux por ambas bandas, y poco después, tras un córner botado por Koke, Godín estrelló con un cabezazo el balón al poste de la portería gallega, y en el rechace Griezmann, casi sin tiempo de reacción, envió el balón a las manos de Lux a escasos dos metros de la línea de gol. Los de Simeone siguieron buscando la portería pero sin acierto y así se marchó el encuentro al descanso.

Papeles invertidos

Comenzó la segunda mitad con un Deportivo muy vertical de cara a la portería de Oblak, pero sin ocasiones claras. El equipo de Víctor Sánchez acechaba la portería contraria con buenos disparos de Fede Cantabria que siempre acababan en las manos del meta esloveno. El equipo de Simeone dió el balón al Deportivo, que se hizo el dueño del partido. Simeone dió entrada a Ángel Correa, que sustituyó a Carrasco, pero los rojiblancos no conseguían hacerse con el control del balón.

Saúl sustituyó a Jackson en otra noche gris para el colombiano e intentó hacerse con el control del medio del campo. Pero los de Víctor Sánchez del Amo no se dieron por vencidos y, tras un error garrafal de Giménez en el lateral del área, Lucas Pérez se hizo con el balón, y tras dejar en el suelo a Oblak y el propio Giménez mandó el esférico al fondo de la red. El único error de todo el partido de la zaga colchonera hacía que el Deportivo empatase el encuentro.

El Atlético de Madrid no había conseguido sentenciar y lo estaba pagando. Simeone intentó solucionarlo dando entrada a Fernando Torres en lugar de Tiago, pero al Atleti no le quedaba tiempo, y en los últimos cinco minutos, hizo los dos únicos remates de toda la segunda mitad. Pudo llevarse el partido el Dépor en un final de infarto en que nadie dijo no a la victoria, pero el disparo de Fajr, desde más de 20 metros, se topó con la cruceta de la portería de Oblak.

El Atlético de Madrid pasó de verse muy superior en la primera mitad a ser muy inferior en la segunda, dando el balón al equipo gallego y metiéndoles en el partido. Los de Simeone pierden dos puntos que les hubiesen hecho dormir líderes ante un Deportivo que nunca se rindió.