Apareció el Atleti de las grandes remontadas. Aquel que se sabe reponer de los golpes iniciales y que, a base de lucha y orgullo, es capaz de darle la vuelta a los encuentros. Lo hizo para vencer por 2-1 al Athletic en un encuentro muy disputado que se decidió con un gran de Antoine Griezmann que, además, sirve para enganchar, más aún, al Atlético de Madrid a la lucha por la Liga, que lidera junto al Fútbol Club Barcelona con 35 puntos.

Mucha táctica, pocas ocasiones

Comenzó el encuentro con la única novedad de Giménez en el once con respecto a la alineación que presentó el Atlético en Lisboa ante el Benfica. El internacional uruguayo sustituyó a Savic en el centro de la zaga frente al Athletic Club. Los primeros minutos de encuentro transcurrirían sin apenas ocasiones por parte de ambos equipos, con el conjunto de Simeone más volcado sobre el área rival que el de Valverde pero sin que esto se tradujera en verdaderas ocasiones de peligro.

Unos primeros minutos en los que abundaron las imprecisiones en la combinación del balón, especialmente del mencionado Giménez, que se mostró un tanto errático con el balón en los pies. La primera ocasión de relativo peligro no llegaría hasta el minuto 13 de partido, en el que un cabezazo del ariete Aritz Aduriz fue detenido por el rojiblanco Oblak sin apenas dificultades. Respondería poco minutos después el Atlético de Madrid en una acción de Vietto que, esta vez sí, acabaría en la portería defendida por Iraizoz. Sin embargo, el colegiado Martínez Munuera anularía el tanto conseguido por el jugador argentino, que remató de cabeza en posición de fuera de juego.

Poco antes de cumplirse la media hora de juego llegaría la primera gran ocasión de peligro del Athletic Club. Una jugada en la que Oblak tuvo que lucirse para desviar un intento de vaselina de Aduriz tras un gran desmarque en profundidad. El balón desviado a córner, acabaría generando el primer gol del partido. Lo botó Beñat desde el costado izquierdo y el balón, tras pasearse por el área pequeña rojiblanca, acabaría siendo empujado en el segundo palo por el central galo Laporte para poner el 0-1 en el marcador.

Se encendieron todas las alarmas en el Vicente Calderón. La afición rojiblanca no dejó de animar a su equipo y este, como suele ser habitual, no se vino abajo con el gol del conjunto vasco. Al contrario, contribuyó a que los de Simeone buscarán con más intensidad el gol del empate. Lo tuvo cerca el capitán del Atlético, Gabi Fernández, con un gran disparo al borde del descanso desde la frontal del área que detuvo Iraizoz con una gran intervención que desembocó en un córner que, como ocurriera en el primer gol del encuentro, acabaría suponiendo en el tanto del empate. Lo anotó Saúl tras el golpeo de Koke desde la esquina, cabeceando en el primer palo y poniendo el 1-1 con el que acabaría la primera mitad.

Reacción vasca, gol atlético

Tras el descanso, el Athletic buscó con intensidad el segundo gol y cerca estuvo de conseguirlo en una acción que detuvo Jan Oblak, en un mano a mano de Aduriz, uno de los hombres más activos del conjunto vasco. Movieron el banquillo ambos entrenadores, dando entrada a Correa  y Torres, en el Atlético, y a Mikel Rico, por parte del Athletic Club, buscando encontrar con la tecla que pudiera decantar el encuentro hacia uno y otro lado.

Faltaban poco más de veinte minutos para el final del partido y el Atlético de Madrid necesitaba más que nunca a su afición para completar la remontada iniciada en la primera mitad. Es ahí cuando el “Cholo” Simeone es consciente de su importancia y apareció para invocar a la afición atlética brazos en alto. Respondió con su apoyo el Vicente Calderón y, fruto del azar o del embrujo del técnico argentino, llegó el gol rojiblanco. Lo anotó Antoine Griezmann con un remate inapelable desde la frontal del área que se coló besando el poste de la portería de Iraizoz, desatando la locura a orillas del Manzanares.

Desde el tanto del jugador galo, ganó metros el Athletic Club con respecto a la portería del Atlético, que pasó a recurrir al contragolpe como principal recurso ofensivo para lo que restaba de encuentro. Lo intentó el club vasco con ahínco, pero es en esas situaciones de partido cuando aparece uno de las mayores virtudes de los colchoneros. Encabezados por un Godín imperial, el engranaje defensivo rojiblanco funcionó como acostumbra e impidió cualquier atisbo de empate de los de Ernesto Valverde.

En esta tesitura acabó el encuentro, al que aún le quedó tiempo para ofrecer una ovación de lujo para Antoine Griezmann, auténtico héroe de la tarde en el Vicente Calderón, sustituido por Stefan Savic. La recició también Raúl García, antiguo héroe de los que asistieron a la victoria atlética, que aún sigue recordando, como le demostró, el cariño que tiene por el jugador navarro.