"No es una venganza, sino una nueva oportunidad", decían las jugadoras en la previa. Sin rencores, con la ilusión de un debutante, el Atleti Féminas afrontaba una nueva edición de la Copa de la Reina con la motivación por las nubes. La pronta 'caída' en Liga les había permitido tener tiempo de sobra para preparar el torneo copero. Y el estado físico y mental sobrepasaba el cien por cien.

Superioridad intachable

Así que el Atleti salió en tromba. Combinando, tocando, presionando, sacando el balón jugado desde la defensa, buscando verticalidad en las bandas, llegando a portería contraria, creando ocasiones de gol. Todo lo que hay que hacer, en definitiva, en un buen partido de fútbol. Una exhibición de poderío que pareció pillar imprevisto al Sporting, verdugo la pasada campaña de un equipo rojiblanco que en esta ocasión lo tenía claro: sin piedad.

Fue un baño, sin más. Y eso que el gol se hizo esperar. A los diez minutos, Esther advirtió de lo que estaba por venir con una vaselina al larguero. Pero un aluvión rojiblanco entre el 23' y el 34' dejó casi resuelto el partido. Sonia abrió la veda, Ángela Sosa rozó el segundo y lo ejecutó dos minutos más tardes y Priscila hizo el 3-0. En un parpadeo, tres tantos que ponían un pie y medio en las semifinales antes del descanso. Un equipo que había arrollado de forma descomunal a las andaluzas, incapaces de reaccionar a tal aluvión de fútbol, juego y goles.

Goleada y venganza consumada

"Y si podemos machacar, vamos y machacamos", que diría Luis Aragonés. Los que pensaban que las de Villacampa recularían en la segunda mitad estaban equivocados, porque otra racha de un imparable Atleti convirtió la victoria en goleada. En el 50', Esther se sumaba a la fiesta. En el 53', golazo de Sonia de falta directa. Y en el 59', Priscila seguía aumentando su cuenta participar. En otro abrir y cerrar de ojos, tres goles que certificaban la goleada rojiblanca, que siguió mostrando su mejor fútbol durante el tramo restante de partido.

Al Sporting de Huelva no le quedó otra que rendirse ante tal partido del conjunto colchonero. Acabaron exhaustas, con calambres, deseando que acabara el encuentro, viendo cómo con 6-0 en el marcador seguían manejando el encuentro a su antojo y buscando más goles. Las onubenses ni si quiera consiguieron crear peligro a la contra. Débora cerró una goleada que pudo ser incluso mayor. El Atleti arrasó, consumó la venganza -o la nueva oportunidad- del año pasado y se planta en semifinales. Espera el Valencia. Fútbol e ilusión, por las nubes.