Como se suele decir, en el fútbol las estadísticas están para romperlas. Y el Atlético de Madrid lo ha vuelto a conseguir. Cosa que, por otro lado, ya empieza a ser una costumbre. Los diecisiete partidos consecutivos que llevaba el Rostov imbatido en el Stadion Olimp 2 ya son historia gracias al tanto de Carrasco en el minuto 62 de partido que rompía el frío empate que hasta entonces aguantaba el conjunto ruso.

En este Atlético no existen los imposibles. Ni aunque se tenga que hacer frente a un viaje de más de 7.000 kilómetros ante un equipo que, como marca su climatología, es tan frío y sólido en defensa que desespera a cualquier equipo. Sin embargo, este Atlético vuelve a romper las estadísticas para consolidar más su liderato en el grupo D.

Desafortunados de cara a gol

El Atlético de Madrid salió al terreno de juego como un tiro. Nada más comenzar, en el primer minuto de partido, Ángel Correa, gracias a un rechace malo de Dzhanaev, tuvo la oportunidad clara de adelantar al conjunto rojiblanco con un disparo que se marchó rozando el palo. El argentino fue, junto a Carrasco, el gran animador del encuentro en los primeros minutos, llegando desde segunda línea y haciendo todo el trabajo que Torres no podía hacer. De hecho, la sólida defensa rusa anuló por completo al delantero fuenlabreño y Griezmann, este último bajando continuamente al centro del campo para mantener el contacto con la pelota y organizar un poco el juego ofensivo del equipo madrileño.

Correa desperdició otra ocasión en la misma línea de gol

Si ante el Granada el equipo parecía un rodillo en ataque, donde entraban todos los balones y salía todo a la perfección, en el día de hoy el guion volvió a cambiar: Correa volvió a fallar lo infallable y desperdició otro gol cantado -esta vez a un metro de la línea de gol- ante Dzhanaev. A partir de ese momento el ritmo del Atlético comenzó a decaer, perdiendo toda la continuidad ofrecida en los primeros minutos y dando oxígeno a un Rostov que se mostraba bastante desacertado en el último pase. Los últimos minutos del primer acto fueron muy monótonos. El Atlético de Madrid movía la pelota de lado a lado buscando un hueco entre la defensa del Rostov. Pero no lo consiguió.

Carrasco, el as de Simeone

Tras la reanudación, el Atlético de Madrid siguió monopolizando la posesión de balón intentando romper de una vez por todas el entramado defensivo del Rostov. A los diez minutos, Simeone dio un vuelco a la situación dando entrada a Kevin Gameiro por Ángel Correa. El francés le dio un impulso al ataque rojiblanco restándole presión a Griezmann y Fernando Torres. En los minutos siguientes al cambio el equipo se volcó en el ataque, embotellando todavía más al Rostov en su propio campo. 

El gol de la victoria llegaría pasada la hora de juego. Una buena jugada colectiva del Atlético acabó en Juanfran, que puso un centro perfecto a Carrasco -previo toque de Torres- para que el extremo belga se erigiera por segundo partido consecutivo como el salvador del equipo. 

Griezmann y Torres seguirían empeñados en aumentar la renta, pero ambos se toparían con un gran Dzhanoev, que fue, sin duda, el mejor del equipo durante el segundo tiempo. En el ocaso del partido llegaría otra ocasión clarísima del Atlético. Una triangulación perfecta entre Carrasco, Torres y Griezmann significó otra ocasión para que el meta del Rostov se luciera ante la mirada de todo el Stadion Olimp 2.

Líderes de todo

Con esta nueva victoria el Atlético mantiene el liderato del grupo D con 9 puntos. Un liderato que no da por perdido el Bayern de Múnich, segundo clasificado con 6 puntos. Los bávaros siguen la estela del equipo rojiblanco y hoy han goleado al PSV 4-1 en el Allianz Arena.