Desde que Simeone llegase al banquillo rojiblanco allá por enero de 2012, el Atlético de Madrid fue tomando forma y haciéndose fuerte caracterizándose por ciertas virtudes que hizo costumbre. Un equipo fuerte en defensa, líneas juntas, presión, medio centro posicional y como resultado un Atleti rocoso, difícil de batir, con una de las mejores defensas y que ha hecho de su estadio un fortín.

En estos casi cinco años del Cholo como entrenador, el Atlético de Madrid sólo ha perdido nueve encuentros disputados en el Vicente Calderón en Liga. Hay que matizar que esas derrotas en siete de los nueve encuentros, fueron ante Barcelona y Real Madrid. Tan sólo ellos, Real Sociedad y Villarreal, han sido capaces de sacar tres puntos a orillas del Manzanares desde que llegase el argentino. A este currículo hay que añadirle que en la temporada 2013-14, año en que los colchoneros alzaron la Liga, no perdieron ningún encuentro en su feudo.

Nueve derrotas en casa en la era Simeone

Pero esa imagen solvente, esa férrea defensa, esa imagen de equipo compacto parecía haberse disuelto en este comienzo liguero. Cierto es, que tras un comienzo dudoso con dos empates frente a dos recién ascendidos, los rojiblancos encadenaron una serie de partidos donde dieron otra imagen, con buenos resultados y con algunas goleadas frente a Celta, Sporting o Granada. Pero las dudas comenzaron con la derrota ante el Sevilla. Fuera de casa, pero derrota. Victoria local ante el Málaga, pero dos goles encajados, algo que no era la habitual. Derrota de nuevo a domicilio ante la Real y ya sumaba cinco goles encajados en tres partidos.

Se estaba hablando del cambio de estilo en el juego del Atleti. Había pasado a un juego más alegre y más vistoso, pero ¿a costa de mayor fragilidad en defensa? Mientras los resultados acompañaban nadie cuestionó el cambio. Con la llegada de esta “mala racha” volvieron las preguntas sobre del cambio de juego, la nueva posición de Koke y una nube de dudas se cernía sobre el conjunto colchonero. La gota que colmó el vaso fue la derrota en casa ante el eterno rival en el que fue el último derbi en el Calderón.

El Atleti llevaba sin perder en Liga desde el 12 de septiembre de 2015

Una derrota era algo que podía entrar en los planes de cualquiera. Pero fue el modo de caer lo que encendió todas las alarmas. Un contundente 0-3 que dejó en evidencia esa solidez defensiva del Atleti que se había hecho merecidamente famosa. Una derrota que llegaba tras 14 meses sin caer en Liga en el Vicente Calderón. Los rojiblancos no cedían en su feudo desde el 12 de septiembre del año pasado frente al Barcelona.

Recuperar la esencia

Tras la dolorosa derrota, por el rival, por el modo, por el escenario, el Atleti volvió al Calderón con dudas. Pero la afición no dudó en levantar a los suyos a fuerza de cánticos y lograron un 2-0 en Champions. Dos partidos más de los rojiblancos, Liga y Copa pero fuera de casa, en ninguno de los tres se encajó. En los tres partidos, especialmente en los dos primeros, hubo una clave: la vuelta de Tiago. El portugués a sus 35 años volvió a formar junto a Gabi en el centro del campo y el Atlético volvió a ser el Atlético. Sin dudas, sin goles encajados, con solidez.

Vuelve la Liga a casa. El Espanyol será el rival frente al que le toque demostrar al Cholo y a los suyos que el Calderón sigue siendo un fortín, al menos lo que resta de temporada. Esas dudas aparentemente solventadas tienen que volver a hacerse patentes en casa, donde debe fraguarse la esencia de un equipo fuerte. Quedará ver si para ello Simeone vuelve a confiar en Tiago en el doble pivote, con Koke de nuevo a la banda y con Giménez o con Savic de central. Sea como sea, la clave de este Atleti pasa por ser fuertes en casa y conseguir que el Calderón vuelva a ser inexpugnable.