Año tras año, el 'abc' de todo futbolista es evolucionar, saltar de calidad poco a poco y ser con el paso del tiempo un jugador más completo y útil. Tras haber pasado una de sus peores rachas goleadoras como jugador (llegó a  encadenar casi 550 minutos sin lograr hacer gol), comenzó el 2017 y el Griezmann despertó y empezó el año como la propia temporada.

Sin estar siendo su mejor año, los números de Antoine son más que aceptables para un jugador que no es delantero centro puro y que en su equipo tiene que adaptarse a ese roll (16 goles y 8 asistencias en 32 encuentros entre todas las competiciones). Pero si nos paramos a analizar los últimos encuentros de Griezmann, hay algo en lo que parece haber madurado de más este año nuevo, un detalle que resalta su eficacia de cara a portería.

El mejor ejemplo es el último partido del Atleti contra el Celta este fin de semana pasado. Grizi solo pudo hacer un remate entre los tres palos a lo largo de los 90 minutos, pero ese balón acabó dentro. 100% de efectividad, se le de las vueltas que se le de. Que fue un gol fácil, que estaba sin portero o lo que sea, pero ahí estaba para hacer el gol a pase de Gameiro (un buen detalle entre ambos: ya se han asociado en 10 goles esta temporada, asistiendo uno y marcando el otro).

Si bien en los dos partidos de liga anteriores al del Celta y en la vuelta del Camp Nou no logró anotar, si lo hizo en la ida y otros encuentros de este mismo año como en San Mamés haciendo el 2-2, ante el Eibar y los dos partidos de Copa ante la UD Las Palmas.

Siempre se ha dicho que los mejores delanteros, los más letales, son aquellos que están siempre en el lugar adecuado en el momento preciso, esos tíos que parece que duermen plácidamente en el rectángulo de juego y aparecen una vez (dos como mucho), para dar puntos a su equipo y ser determinantes. En un partido tan gris como el que tuvo ante el Celta, Griezmann demostró una cosa que quizá poca gente ha alcanzado a ver todavía: el francés en su etapa rojiblanca ha tenido que adaptar sus cualidades de extremo a jugar como delantero centro en el Atleti, aunque se mueva con mucha libertad por el campo, y eso es algo que está al alcance de muy pocos, pues rendir a pleno rendimiento en una posición que nunca ha sido la tuya es algo realmente complicado, tanto para un futbolista como para cualquier trabajador común, sino piénsenlo.

Está claro que a un jugador que ha sido Balón de Bronce el año pasado hay que exigirle que revuelva y sea determinante, pero hay que pensar que estos años atrás los éxitos del Atleti han ido de la mano del rendimiento de un Griezmann que, no olvidemos, lleva 72 goles en 138 apariciones con la zamarra colchonera. Como todos los delanteros pasa malas rachas, pero no cabe duda que es un jugador que tiene que seguir dando pasos adelante y ser un jugador más determinante en las grandes citas, cuando el Atleti más le necesita sin duda.

Foto: Rodri Torrellas- VAVEL
Foto: Rodri Torrellas- VAVEL

25 goles en total en su primer año, 32 en el anterior y 16 ya en este, buena progresión para un Griezmann que puede volver a superar sus números, solo necesita hacer dos cosas cada vez que salga a un campo: tener claro que es el líder del ataque del Atleti y buscar tener siempre una complicidad total con su compañero de ataque, ya sea Correa, Gameiro y Torres.

Si de aquí al final del año el ‘7’ está enchufado, grandes cosas pueden pasar en el Vicente Calderón, la poesía fluirá y los cantos de sirena de un chaval de apenas 175 centímetros dará a la afición el final de año que, seguro, se merecerán.