Era un día clave, de esos que marcas con una ‘X’ en el calendario. Era día de secuestrar el mando, de esconderlo para que nadie te lo quite. Era el día de ver el Atleti-Barcelona, el último en el Vicente Calderón. Al igual que todos nosotros, las últimas fechas Godín y Oblak (sobretodo este último) las habían visto desde fuera del rectángulo de juego, sin poder hacer nada para remediarlo.

El uruguayo disputó su último encuentro con el Atleti en La Liga ante el Leganés en el 2-0 a favor del Atlético (goles de Torres ambos). Desde esa fecha, en competición doméstica se perdió dos encuentros: el agónico 3-2 del Calderón ante el Celta y el más confortable 1-4 ante el Sporting. Ayer volvía a probarse, tenía por delante una nueva prueba de fuego ante nada menos que la MSN y compañía. En el túnel de vestuarios charlaba con Suárez como su se admirasen el uno al otro, como dos buenos amigos, pero ambos sabiendo que en el momento en el que el balón echase a rodar era más un ‘tu por tu lado, yo por el mío y procura no cruzarte conmigo’.

Comenzó el partido y vimos a Diego Godín, al de siempre: atento, listo en las ayudas, dirigiendo la zaga como siempre y tratando siempre de quitar de encima los peores presagios de las jugadas blaugranas. Como es normal se las tuvo con Luis Suárez, como viene siendo habitual en estos partidos.  Pero lejos de estar mal de tono o desacertado, el uruguayo fue un competidor de altura para su compatriota charrúa, al que anuló y no le dejó más que jugadas en las que podía pelear más por corpulencia que cabeza. No fue el día de Suárez, quizá porque fue el de Godín.

Foto: Alex Marín, ATM

Pero ojo, no nos equivoquemos, la auténtica papeleta la tenía el esloveno en la portería. Volvía a defender el arco del Atleti Jan Oblak desde aquel fatídico encuentro contra el Villarreal el pasado 12 de diciembre, en el que los rojiblancos cayeron 3-0 y él se lesionó de gravedad. Por suerte los tres meses largos (más bien cuatro) que se preveían de baja para el colchonero se han quedado en algo más de dos meses. Mucho se había hablado de cómo iba a estar el ‘13’ del Atleti para volver a la titularidad nada menos que contra el Barcelona tras varios meses en el dique seco. Un total de ocho encuentros ligueros se ha perdido, la lista es bastante larga: Las Palmas, Eibar, Betis, Athletic, Alavés, Leganés, Celta y Sporting. El detalle de todos esos partidos es el siguiente: todo son victorias en esos encuentros excepto los empates ante el Bilbao (2-2) y el Alavés (0-0, equipo al que por cierto el Atleti no ha conseguido ganar).

Pero ni dique seco ni nada, Oblak volvió muy fuerte y con mucha confianza y desde el primer minuto se le notó: estuvo rápido a la hora de salir, por arriba implacable y solo se mostró algo vulnerable en el gol anulado al Barcelona de Luis Suárez.

Esas son las dos mejores noticias que ha dejado el encuentro liguero ante el Barcelona de este fin de semana. Godín vuelve al centro de la zaga, Oblak vuelve a su arco. Se les necesitaba y mucho. Eliminados de la Copa y con las aspiraciones para ganar La Liga casi trituradas, toca aportar muy fuerte por la Champions y, como siempre, creer hasta el final. 

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Miguel Sánchez Villena
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