La mejor manera de arrancar este artículo es recordando, por si alguien es de Marte y no lo sabe, la hazaña que realizó la temporada pasado el esloveno. Jan Oblak consiguió la temporada pasada el mejor Zamora de la historia de la Liga con un promedio de goles encajados de 0,47 por encuentro, sólo a la altura de Paco Liaño, con el que comparte honor, ya que ostenta la misma marca desde la campaña 90-91 con el Deportivo. El '13' rojiblanco iba camino de pelear de nuevo por el galardón, aunque está claro que repetir ese nivel durante dos temporadas parecía una auténtica quimera por muy bien que estuviese el jugador del Atlético, pero una desafortunada lesión en la visita del Atlético a El Madrigal frustraba sus aspiraciones, o al menos eso parece.

Todo eso ocurrió el 12 de diciembre. En el minuto 40 de la primera parte tuvo que ser sustituido por Miguel Ángel Moyá y esa misma noche pasó por el quirófano. En ese momento parecía que sus opciones para el Zamora se acababan, pues se estimaba que volvería a mediados de marzo y tendría solo unas 11 jornadas para disputar.

Hay que recordar que para pelear por el Zamora es imprescindible haber jugado un mínimo de 28 partidos, pasando en todos ellos de los 60 minutos. Aquel día Oblak no alcanzó dicha cifra de minutos y aun jugando todos los partidos restantes no alcanzaría la cuantía que se le exige y no podría participar y no podría entrar en la quinielas.

Pero una vez más demostró de qué pasta está hecho y  con la paliza que se dio logró finalmente regresar a la competición cuanto antes. Lo consiguió, ya que presentó su alta médica incluso antes del choque de ida de octavos de Champions frente al Bayer, aunque no volvió a los terrenos de juego hasta el fin de semana pasado, cuando el Barcelona visitó el Calderón.

Hasta la fecha, el meta esloveno tiene un coeficiente de 0,86, pues hasta la fecha a recibido 13 tantos en 15 partidos computados (ya que los dos goles del partido del Villarreal no cuentan), lo que le situaría en la pelea por la cabeza, debido a que el actual Zamora Asenjo, que firmaba un 0,65 con todos los partidos disputados, no podrá llegar a disputar el mínimo de encuentros exigidos tras haberse roto el cruzado por cuarta vez en su carrera. Más allá de sus números, las opciones reales de Oblak para defender su trono pasan, en gran parte, por una evidente mejora del rendimiento defensivo del Atlético en conjunto, que ha recibido ya más goles a estas alturas de curso que en toda la temporada liguera pasada y aun quedan muchas jornadas domésticas por disputar.

Lo que queda claro es que ganar le va a poner seguro, pues ganar su segundo Zamora seguido le pondría a la altura de otros grandes metas de nuestra liga como Courtois, Valdés o Cañizares, algunos de los últimos porteros que han ganado este título en doble ocasión. Ni los meses parado ni las escasas opciones que tenía antes de esta lesión parecen frenar a un Oblak que ha vuelto enérgico, con ganas de revancha, fuerza y con toda la intención del mundo de seguir demostrando lo que todo el mundo sabe, que es uno de los mejores porteros del mundo.

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Miguel Sánchez Villena
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