Quién iba a decir que el chaval que debutó en mayo de 2001 con el Atlético iba a convertirse en lo que es ahora para la afición rojiblanca. Nadie, o casi nadie. Ni las más pitonisas se hubiesen arriesgado a decirlo, pero a día de hoy es ya una realidad: Fernando Torres es casi un religión en el equipo del Manzanares.

Una religión que empezó en Segunda División en el año 2000/2001, cuando los rojiblancos ni siquiera estaban en la élite del fútbol español y en un equipo con jugadores como Kiko Narváez, Salva Ballesta, Toni Jiménez, Amaya o Aguilera empezaba a destacar un chaval de pelo lacio, rubio y que apuntaba maneras con sus carreras de altas velocidades. Quizá no eran las mejores condiciones para destacar, pero estar en Segunda le dio la oportunidad de ir cogiendo minutos y experiencia, por pocos que fuesen. Ya era algo, suficiente. Tras un primer año en el que apenas disputó 6 partidos pero ya marcó gol, en la siguiente campaña el espigado niño de Fuenlabrada rozó la cuarentena de partidos en un Atleti que cerró su ascenso a Primera, su sitio.

Foto: ATM Vavel
Foto: ATM Vavel

Con el ascenso llegaron fichajes, pero ninguno fue capaz de mandar al ya conocido como ‘El Niño’ al banquillo: volvió a pasar la treintena de partidos y anotó 14 tantos entre Liga y Copa, una cantidad nada despreciable que en los siguientes años se quedaría en una mera minucia. En las campañas 2003/2004 y la posterior Torres rompió la barrera de los 20 goles y empezó a forjar esa idolatría que ahora se siente por él.

¿Qué tenía para que eso estuviese pasando?

Pues es muy sencillo: la vuelta a la élite y el mantenimiento en la cima de un grande de España estaba siendo posible gracias al coraje y el corazón de un chaval que apenas tenía 20 años, un jugador que nunca se escondía y no le asustaba recibir la luz de todos los focos, es más, los buscaba. No por obtener privilegios y halagos, sino porque es cuando mejor rinde y mejor está. En aquellos años el Atleti ya clasificó mejor en liga pero Torres, por momentos, acusaba la fatiga de tener que llevar todo un equipo a sus espaldas, demasiada responsabilidad para un todavía chaval imberbe y sin experiencia.

Llegaba poco a poco el fin de una etapa. El Atleti no podía aspirar, por aquellos años, a mucho más y la gente empezaba a hablar, a murmurar, cada vez más alto. Para algunos Torres debía marcharse, dar el salto, el Atlético se le quedaba algo pequeño y nuevos retos en el horizonte le estaban esperando. Fue entonces cuando, en el verano de 2007, Rafa Benítez y su Liverpool llamaron a su puerta. Con un profundo y palpable dolor, el Niño hizo las maletas ese verano y se marchó a la ciudad de ‘The Beatles’ por unos 36 millones de euros. Dejaba Madrid tras seis años en el Atleti y actuaciones estelares en varios momentos, en especial contra la que es su víctima favorita hoy en día: el Barcelona.

Foto: agencia EFE
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Nadie pudo presagiar lo que aquel primer año en Liverpool iba a pasar. En un equipo plagado de figuras como los eternos Gerrard o Carragher u otros como Kuyt, Mascherano, Xabi o Kewell, Torres explotó, literal. Su primer año en Anfield fue una completa oda al fútbol. Aquel año Torres anotó 24 goles solo en la Premier y un total de 33, la mejor cifra en la historia de un debutante en la liga inglesa. Parecía que había acertado y por fin pudo cumplir uno de sus sueños: jugar la Champions, y pocos escenarios hay mejor que hacerlo que en Anfield. Lo que se podía venir con él de seguir así era escandaloso, idea que se intensificó ese verano de 2008: tras una gran Eurocopa, en la final Torres dejó totalmente planchado por velocidad a Lahm e hizo 'el gol de todos', el que le daría a España su primera Eucocopa tras muchos, muchos años en el dique seco. Un gol de Premier total: pase al hueco, sprint y tiro colocado muy difícil de atajar para el cancerbero, quien salía inutilmente. Más allá de Inglaterra, con España ya tenia también una página gloriosa con su nombre en la cabecera. Esa campaña fue la mejor campaña de su carrera, con club y selección. Imposible para más de uno no recordar algunos goles con el Liverpool, goles de jugón total que demostraban que su evolución hacía sido de órdago. Cada gol tenía inmerso un breve hilo musical y poético que demostraba que podíamos estar ante un delantero de época, de esos que inundan las espaldas de los más pequeños.

Si bien es cierto que en las siguientes dos campañas se mantuvo a buen nivel con 70 encuentros en total y 39 goles, en su último año en Anfield bajó levemente su rendimiento y otros clubes empezaron a llamar a su puerta. Querían llevárselo, llevábamos años y años oyendo hablar de un jugador que por aquel entonces tenía solo 25 años. Acabó la temporada 2010/2011 y saltó una enorme sorpresa: ante los rumores de marcha, Torres finalmente los cortó haciéndose oficial su fichaje por el Chelsea, uno de los grandes rivales del Liverpool por hacerse con los títulos nacionales.

Antes, en ese verano de 2010, fue convocado por Del Bosque para lograr la estrella de Campeón del Mundo en Johannesburgo ante aquella ruda Holanda de van Bommel, Gio van Bronckhorst y compañía.

Su etapa en Stamford Bridge, al contrario que el Liverpool, no fue especialmente acertada. Llegó en un mal momento de fútbol en el equipo londinense y sus números distaron mucho de lo que se esperaba de un jugador por el que se pagó 58 millones de euros, la cifra más alta en la historia de un jugador español. Firmó en Enero de 2011 con el Chelsea pero hasta el 23 de abril no logró ver puerta, lo hizo ante el West Ham United, marcando el segundo gol de los suyos. Acabó el año y en un total de 18 encuentros Torres solo hizo un ‘chicharro’.

Pero de nuevo con España las cosas le sonreían, pues en el verano de 2012 España revalidó su título de campeón de la Eurocopa al vapulear a Italia 4-0 con gol y asistencia incluidos de Torres en aquella final en un torneo en el que acabó con tres goles en cinco encuentros.

Volviendo a su etapa en el Chelsea: 142 encuentros en su etapa como jugador del club londinense y solo 45 goles, una cifra muy baja que desembocaron en su salida por la puerta de atrás del Chelsea rumbo al Milán, donde apenas duraría media campaña. Solo necesitó 58 minutos para hacer gol como jugador ‘rossoneri, pues tras los 15 minutos de su debut ante la Juve, en el siguiente encuentro ante el Empoli en el 43 logró anotar en un partido que acabó 2-2. Pese a ese buen arranque, cada vez contó con menos minutos y a finales de año se empezó a especular con su posible salida.

Foto: vivelohoy.com
Foto: vivelohoy.com

Vuelve a casa por Navidad

Efectivamente, ese mismo enero Torres salió rumbo al Atleti de nuevo. Volvía el mito, el Niño hecho hombre, con títulos y geniales recuerdos en su memoria. ¿Su vuelta? A lo grande, en su primer encuentro ante el Madrid en la Copa del Rey logró su primera victoria ante el club blanco como jugador del Atleti y en la vuelta anotó un gol en cada parte antes de que se cumpliese el primer minuto en cada una de ellas. Dicho partido acabó 2-2 y el Atleti se cargó al Madrid de la Copa del Rey. El 24 de enero de 2015 alcanzó los 250 partidos como rojiblanco ante el Rayo Vallecano. Aquel año acabó disputando 19 partidos y anotando tres goles, ayudando a que el equipo acabase en tercera posición y se clasificase para la Champions. En la siguiente campaña tendría una de cal y otra de arena: logró, tras una sequía importante, su añorado gol 100 con el Atleti ante el Eibar en la jornada 23. ¿El aporte negativo? Un partido de mayo en Milán, no hacen falta más datos tampoco, todos sabemos qué es. Y llegamos a la campaña actual, la 2016/2017, en la que Torres tiene 7 goles en 31 encuentros sumando las tres competiciones.

Esperando que la mejor página de este año aún no esté escrita, todos tratamos de borrar de nuestra memoria lo sucedido en Riazor hace unas fechas, algo que valió a posteriori para que el Vicente Calderón dejase patente una nueva prueba del amor incondicional que sienten por Torres. Cuando volvió al verde en el Calderón tras lo ocurrido, el campo tembló, se movió, tiritó de miedo. Ovación descomunal para el ‘9’, un jugador de época para los colchoneros.

Lo que queda

¿Qué nos puede deparar en el futuro Torres? Ya alejado de la Selección, parece lógico pensar que lo que nos queda por verle será como jugador del Atleti.

Lo que nos ha dejado atrás, y seguro que más de uno está harto de oírlas, son un aluvión de críticas que en resumidas cuentas dicen que Torres ha sido un jugador tremendamente sobrevalorado que nunca ha estado al nivel que se decía. Eso se ha oído no un año, ni dos, sino casi toda su vida. Bueno, pues ha llegado el momento de recapitular y ser objetivos:

Con España siempre estuvo presenten en aquel hito de Eurocopa, Mundial y Eurocopa, siendo vital en ambas Eurocopas. Además ganó el Europeo Sub-16 y Sub-19.

Foto: agencia EFE
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A nivel de clubes, a falta de títulos con el Atleti, tiene una FA Cup, una Champions conquistada en Múnich ante el Bayern y una Europa Legaue de manera consecutiva.

Pero, ¿y a nivel individual?

Pues la lista tampoco se queda corta: fue ganador del Zarra en 2004, MVP de la final de la Eurocopa del 2008 e incluido en su once ideal y en el de la FIFA, fue finalista del Balón de Oro junto a Messi y Ronaldo ese año y Bota de Plata, el año siguiente apareció en el once ideal de la Premier, Bota de Plata y Oro en las Confederaciones de 2009 y 2013, Bota de Oro en la Euro 2012 e incluido en su once ideal de nuevo.

Foto: depor.com
Foto: depor.com

Atendiendo a todo esto, ¿de verdad alguien sigue pensando que este es un jugador más? Si es así, el problema es que no hay mayor ciego que el que no quiere ver. Lo que todos estos años hemos aprendido con Fernando es que no puedes criticar a alguien que es un experto en callar bocas, algo que seguro tendrá que seguir haciendo algunos años.

Lejos de sus goles o su juego, el resumen de la carrera de Torres es el siguiente: podrán existir Messi o Cristiano y ser considerados ‘Dioses’ por su juego, pero un jugador jamás podrá provocar en una afición lo que Fernando es capaz de provocar en la grada del Manzanares.

Para aquellos que son de Marte y no recuerdan su gran pasado como jugador 'red', este es Torres: