Se acabaron las lágrimas, ahora solo hay sonrisas en el Vicente Calderón. En la noche del pasado martes, el Atlético de Madrid volvió a su templo tras la importante y trabajada victoria en tierras malagueñas, y lo hacía ante un rival directo por los puestos europeos como es la Real Sociedad. Hace unos meses, quizás el Atleti no habría sacado los tres puntos en una primera vuelta en la que fue incapaz de ganar a los equipos de arriba, pero, actualmente, no hay quien pare a los pupilos de Diego Pablo Simeone.

Después superar la crisis sufrida en los últimos meses del año, el conjunto rojiblanco volvió a ser el que siempre ha sido a la vuelta del parón navideño y, desde entonces, ni Villarreal, ni Real Sociedad, ni Sevilla han conseguido aguantarles el pulso. Sin secretos, recuperando su esencia y haciendo del compromiso, el sentimiento de pertenencia y la intensidad un estilo de vida.

Filipe celebra, junto a Carrasco, el tanto marcado a la Real Sociedad | Foto: Ángel Gutiérrez - ATM
Filipe celebra, junto a Carrasco, el tanto marcado a la Real Sociedad | Foto: Ángel Gutiérrez - ATM

Con el mejor Filipe de la temporada como protagonista, el Atleti sufrió y ganó, celebró y se lamentó de las ocasiones perdidas ante una Real que no fue mejor y que apenas se acercó al arco de Oblak. Tres puntos que saben a gloria (veáse el estado de cólera en el que entró Simeone cuando acabó el partido) y que certifican que, ahora sí, el Atlético de Madrid está en ese punto de la temporada en el que es capaz de todo y de competir contra todos.

Da igual que se disputen tres partidos en apenas ocho días, da igual que el Leicester esté a la vuelta de la esquina... Todo eso da igual, porque el Atleti solo sigue esa filosofía del `partido a partido´ que tanto enamora a unos y desespera a otros. Los rojiblancos afrontan la decisiva recta final sin rotaciones, sin especulaciones y en un estado de forma envidiable. La tercera plaza vuelve a ser su hábitat y la victoria un hábito.

Muchos fueron los que se atrevieron a dar al Atleti por muerto, hablando, incluso, de fin de ciclo. No señores, esto no ha acabado y parece no tener fin. De hecho, cada temporada Simeone y compañía (sin saber muy bien cómo) hacen reilusionarse a la afición y les hacen pensar que todo acaba de empezar. De cara al partido del Real Madrid, el Atlético de Madrid visitará el Santiago Bernabéu totalmente lanzado, confiado y sediento.

Un derbi siempre es especial y los colchoneros lucharán por los tres puntos ante el eterno rival habiéndose quitado la presión de la Real Sociedad y Villarreal por la espalda, con el incentivo de poder complicar La Liga a los blancos y jugando con la baza de que el rival no puede permitirse fallar. No será fácil, ni mucho menos, pero si hay algún momento de la temporada en el que el Atlético haya estado en condiciones de competir en el Bernabéu es este. El Atleti ha vuelto y lo ha hecho para quedarse.