El argentino Nico Gaitán vino como una de las grandes esperanzas para dar ese salto de calidad que necesitaba la plantilla del Cholo. El canterano de Boca dio el salto a Europa allá por 2010 cuando el gigante portugués le echó el guante. El Benfica se hizo con una de las sensaciones de Argentina debido a su gran calidad con el balón en los pies. Tras seis años en Portugal, Nico firmó un gran cambio en su carrera: dejó a las águilas para embarcarse en tierras españolas firmando con el Atlético. Allí estaba Simeone, que había pedido expresamente el fichaje del internacional argentino. En un principio era lo que necesitaba el conjunto colchonero: un centrocampista con clase y gusto en los pies, además de llegador que golea y asiste (en su última temporada con el Benfica hizo 11 goles y 20 asistencias en 37 partidos). En su haber tiene, además del Torneo de Apertura con Boca en 2008, cinco Copas de la Liga de Portugal, tres ligas, una Supercopa de Portugal y una Copa de Portugal. Pilar fundamental en el conjunto Glorioso, el centrocampista fue imprescindible en las últimas temporadas con Rui Vitoria como entrenador de los Águilas. El destino quiso que Benfica y Atlético se enfrentasen en septiembre de 2015 en fase de grupos de la Liga de Campeones. Nico, que por aquel entonces ya era deseado en la Ribera del Manzanares, se marcó un partido antológico en el Calderón, donde su equipo logró una victoria por 2-1 con gol y asistencia del argentino. Meses más tarde, en junio de 2016, sabía que iba a jugar otra vez en el Calderón, pero con la rojiblanca enfundada.

Una temporada desapercibido

Simeone ya había intentado su fichaje años atrás, y ya en el verano de 2016 el Benfica aceptó la oferta del club colchonero (25 millones de euros) que haría que Nico fuese jugador atlético. Lo que parecía un fichaje redondo para los colchoneros pronto se vio que no lo fue tanto. Gaitán sufrió de lo lindo en la pretemporada en los Ángeles de San Rafael. El profe Ortega pronto le enseñó que la Liga española iba a ser diferente a la portuguesa. Ilusionante fichaje, un tipo con clase, con garra y argentino, todo cuanto quería Simeone ¿Qué más se podía pedir? ¿Qué podía salir mal?

Empezada la temporada, Gaitán fue contando con minutos poco a poco entrando desde el banquillo. Partidos sosos, sin apenas aportar nada al juego y pareciéndose poco o nada a aquel Gaitán que enamoró a Portugal. En las primeras 7 jornadas jugó dos partidos completos, en tres no saltó ni al campo y en dos jugó un total de 44 minutos. Desde esa jornada y hasta el final de Liga solamente jugó dos partidos completos. El resto, o no entró al terreno de juego o era sustituido entorno a la hora de juego o entraba en los últimos 20 minutos de partido. Estaba claro que Simeone no encontraba al Gaitán que esperaba. Además, la buena temporada de Carrasco y la competencia con Torres o Gameiro y Correa le hacía aún más difícil el que fuese el primer cambio. En Champions se perdió la eliminatoria ante el Leicester, contra quien no disputó ningún minuto. Ante el Leverkusen en la ida no jugó y en la vuelta contra el Madrid en semifinales tampoco. Partidos importantes en los que Nico no fue el elegido. El extremo argentino admitió durante la temporada que le costaba entrar en el equipo, que no ha estado "en el nivel que el técnico esperaba". Una temporada irregular que sin duda pone en el aire el futuro del argentino, a la espera de lo que dictamine el TAS acerca de la posibilidad de que puedan inscribir jugadores este verano. De momento, Simeone y los aficionados rojiblancos esperan ver al verdadero Gaitán.