Miguel Ángel Moyá empezó la temporada desde el banquillo, siendo el suplente de Oblak. Pero el 12 de diciembre, en el partido contra el Villarreal, el esloveno sufrió un golpe en el hombro tras una caída y tuvo que ser sustituido. Moyá ocupó su lugar. Aunque el partido no acabara favorable para los de Simeone, el arquero español tendría la oportunidad de suplirle durante los tres próximos meses que se estimaban de baja para Oblak.

Respuesta sobresaliente

En este periodo, aunque muchos tenían dudas sobre el estado de forma de Moyá, este respondió de forma espectacular, con grandes partidos y buenas paradas que despejaron todas las dudas sobre él.

En el partido de ida de octavos de final de Champions contra el Bayer Leverkusen, Oblak entró en la convocatoria de nuevo, pero Simeone tomó la decisión de que fuera Moyá el portero titular por su buen estado de forma y por su buena actuación durante esos meses.

El 22 de marzo, Moyá firmó su renovación con el Atleti

A partir del siguiente partido de liga, Moyá regresó al banquillo cediendo la titularidad de nuevo al portero esloveno. No volvió a jugar un solo minuto en lo que restó de temporada. Y desde ese momento el portero español ha llevado el papel de segundo portero del equipo con humildad y profesionalidad. Ha demostrado madurez y ser un ejemplo como futbolista asumiendo su rol en el equipo y mostrando su cariño y respeto al club.

Prueba de ello fue que el 22 de marzo firmó su renovación con el Atleti ampliando su contrato hasta 2018. En rueda de prensa, el guardameta rojiblanco aseguró que estba “feliz porque estoy donde quiero estar. Me siento querido por el vestuario y valorado por el cuerpo técnico”.

El Atlético de Madrid tiene la suerte de contar con un portero suplente de garantías que responde y está dispuesto a ayudar al equipo siempre que lo necesite. De momento, contará con él una temporada más.