Se convirtió en el revulsivo favorito de Simeone para sacar ‘las castañas del fuego’ al equipo cuando los partidos se complican, es el único ‘diamante’ argentino que Simeone ha conseguido hacer brillar, y a base de trabajo, esfuerzo, dedicación y corazón, nunca mejor dicho.

El jugador argentino ha hecho uno de los inicios de temporada esperados y, con la falta de gol del equipo, ha sido el único capaz de meterlos y ha llegado a ponerse pichichi del equipo. Esta temporada lleva ya 4 tantos.

Inicio de año de revulsivo

De enero a mayo ha servido de revulsivo para Simeone, es decir, ha estado saliendo los últimos 20 minutos para revolucionar los partidos e intentar resolverlos en caso de necesidad, o para intentar ampliar el resultado, o para darle un último impulso al equipo. Correa se sentía cómodo con este papel, debido a la competencia que había en la delantera del Atlético, pero ha demandado más minutos a base de trabajo y de buenos resultados en los minutos que ha disfrutado. Esto lo fue consiguiendo poco a poco y la temporada pasada llegó a atesorar 47 partidos entre las tres competiciones, 8 goles, y fue amonestado tan solo 8 veces en toda la temporada.

Demostró la temporada pasada que, a pesar de no ser un jugador creador, y de que cuando coge el balón mira siempre a la portería, es un gran pasador y consiguió hacer 540 pases buenos. Sus goles ayudaron al equipo, como suelen ayudar siempre ya que, el argentino mete goles importantes y esto va ligado a su rol de revulsivo.

Nueva temporada, rol nuevo

La falta de gol del equipo colchonero en el inicio de esta temporada hizo a Simeone buscar la pareja perfecta para Griezmann, que era indiscutible, y el técnico rojiblanco optó por Ángel para este cometido, ser la pareja titular de Antoine Griezmann, y el rosarino aceptó y demostró con creces que ese puesto no le quedaba, ni mucho menos, grande, de hecho, se convirtió en el goleador del equipo con 4 tantos durante la sequía goleadora del equipo colchonero, y sacó las castañas del equipo en muchas ocasiones.

Según pasaban las jornadas se veía como Correa consolidaba su posición a base de buenos partidos, apariciones estelares, y unas muestras de calidad excepcionales. El argentino ha crecido esta temporada mucho, y a convencido a Simeone y se ha ganado a pulso al respetable rojiblanco. Ha sido clave en muchos partidos esta temporada y ha dado puntos vitales al Atlético de Madrid no solo para que, ahora mismo esté en la segunda posición de la Liga Santander, sino para llegar invictos hasta el partido frente al Espanyol.

Esta temporada el argentino lleva jugados 17 partidos en la Liga, y 6 partidos en Champions, un total de 23 partidos que dejan ver que es un jugador importante en la plantilla y para el técnico.

Los números le abalan

Correa es un jugador de mucha clase y muy importante, sus números están ahí y son muy necesarios para entender el tipo de jugador que es. Correa recibe 1.12 faltas por partido, esto es muy bueno para el equipo, ya que, al ser delanteros suelen ser faltas peligrosas. Recupera 3.76 balones por partido, otra de las ventajas de un jugador así es que los balones que recupera, aunque no son muchos comparados con los que pierde (14.06 pp) pero, si un delantero pierde un balón, no suele significar peligro, pero si lo roba, puede significar una ocasión, ahí está la ventaja.

Es un regateador nato, y se le ve todos los partidos, es un jugador gambeteador, que le gusta lucirse y disfruta imitando el ‘joga bonito’ que enamoró a España y al mundo cuando Ronaldinho y su generación de brasileños jugaba. El delantero argentino hace un total de 2.73 regates completos por partido, esto hace que para los rivales sea muy complicado de cubrir, no solo por ser un jugador pequeño, sino por su agilidad y equilibrio.

La afición quiere más

Ya tiene metida en el bolsillo a la afición rojiblanca, él tiene el escudo del Atleti grabado en el corazón, pero la afición espera que el jugador, muy joven aún, explote y de todo lo que se espera de él y sea, dentro de poco, uno de los mejores del mundo y, por supuesto, que lo sea vestido de rojo y blanco.