El Atlético de Madrid sufrió en la jornada de ayer una derrota dolorosa. El Sevilla se convirtió en el primer equipo español en llevarse un partido en el Metropolitano. Algo que ni el todopoderoso Barcelona, que vio ayer como se rompía su racha de casi 30 encuentros sin perder, pudo hacer. Dos errores defensivos en los últimos diez minutos condenaron a los del Cholo, que en el resto del partido fueron amos y señores, especialmente en la segunda parte, cuando se volcaron contra la portería defendida por Sergio Rico, pero sin el acierto esperado. El conjunto colchonero dejó una gran imagen, sin embargo, el equipo de Montella tuvo mucho más acierto de cara a portería contraria que los guerreros del Atlético de Madrid, que van a tener que esperar hasta el partido de vuelta, en el Ramón Sánchez Pizjuan, en uno de los ambientes más complicados que existen.

Multifuncionalidad en la pizarra

En la primera parte, el Atlético de Madrid mantuvo el control de la situación. El Sevilla salió atrás muy ordenado, y esperando a la contra para hacer todo el daño posible. El conjunto colchonero fue el gran dominador de la primera mitad, tanto en la posesión de balón como en las ocasiones de gol, que tuvo a mansalva a lo largo de los 90 minutos, a pesar del poco acierto que tuvieron los jugadores colchoneros.

La diversa variedad de variantes, valga la redundancia, siempre es una de las mejores armas con las que cuenta el Atlético de Madrid. Simeone, desde su llegada al club, ha contado con todo tipo de variaciones para enriquecer a su equipo, y mejorar de esta manera en los partidos que disputa ya casi todas las semanas el conjunto de la capital de España, y se la tiene que jugar con el cuchillo entre los dientes, visto el rendimiento de la segunda parte.

La mala suerte como definición

En la reanudación, la pizarra de Simeone no cambió, y tampoco la estrategia. Seguir arrinconando al Sevilla era la prioridad, y seguir controlando el partido, también. A pesar de que estaban volcados en el ataque, los jugadores del Atlético no eran capaces de marcar ni un solo gol. Hasta que Diego Costa apareció y, con un disparo cruzado, fusiló al portero hispalenese y puso el primer gol del encuentro. Sin embargo, esto no iba a durar mucho.

En los últimos quince minutos, el equipo de la capital andaluza se llevó el partido por dos errores defensivos en la pizarra de Simeone. El cuadro de Montella se hizo con el partido porque la pizarra cayó en dos momentos puntuales y complica las cosas para el Atlético, que tiene que hacer una excelente actuación para batir al cuadro hispalense en el estadio del Sevilla, donde seguro que habrá un ambiente infernal.