El Atlético de Madrid venció al Athletic Club de Bilbao en un duelo muy importante para los locales que tenían que lograr el triunfo para mantener el pulso con el FC Barcelona tras la victoria culé en Ipurúa.

El ambiente en el Metropolitano era espectacular, no solo por la afluencia masiva de aficionados que hizo que se rozara el lleno, sino por la festividad que se respiraba en el estadio con la felicitación a Maria José, la socia número 20.000 del Atlético y por la buena relación entre colchoneros y leones.

Y menos mal que los asistentes estaban animados porque la primera parte no tuvo absolutamente nada. El Atlético dominó la posesión pero no fue capaz de llegar al área rival. El Cholo decidió acumular a Thomas, Koke y Saúl en el medio y aunque se hicieron dueños del balón no pudieron conectar con los delanteros. Así pues Griezmann se diluyó entre líneas y Diego Costa jugó su partido propio con Unai Núñez y salió frustrado porque reclamó un penalti y se fue al vestuario con tarjeta.

Por su parte los visitantes adolecieron en demasía de las ausencias de Aduriz y de Raúl García. Sin sus dos mejores jugadores los del "Cuco" Ziganda apenas generaron peligro y básicamente se dedicaron a defenderse ante el avance timorato del Atlético.

De esta forma se llegó al tiempo de asueto con el marcador y los porteros por estrenar. La segunda parte prometía un cambio, aunque fuera por la necesidad local de ganar. Lucas Hernández se fue tocado  y dejó su lugar a Godín antes de la reanudación y Diego Costa firmó el primer tiro a puerta del partido en el minuto 51. 

Introdujo El Cholo a Kevin Gameiro en lugar de Koke, pasando a jugar con dos medios fuertes como Thomas y Saúl para seguir siendo superiores en esa zona y añadiendo pólvora con la entrada del francés. Y poco a poco el Atlético fue despertando. Oblak se aburría tanto que quiso jugar a los delanteros y puso en vilo a la grada con un doble recorte ante Williams y justo en la siguiente jugada el Atlético montó la contra y tras una gran conducción de Saúl y una asistencia más de Griezmann el recién incorporado Gameiro ponía por delante a su equipo. Una vez abierta la lata asistimos a la enésima demostración de "unocerismo" del Atlético. Simeone volvió a recurrir a un tercer centrocampista y dio entrada a Gabi en lugar de Correa con la intención de reforzar el medio y adormecer el partido para salir a la contra. Dicho y hecho. En el minuto 80 Gameiro aprovechó el espacio que le habían dejado para dejar solo a Diego Costa ante Kepa. El hispanobrasileño no perdonó e hizo subir el 2-0 al marcador. Con este gol Atlético y Athletic firmaron la paz y esperaron al final del partido pensando ya en sus compromisos intersemanales de Europa League.

Finalmente el Atlético se hizo con una victoria tan pragmática como importante y que deja varias buenas noticias: la reconciliación de Griezmann con la grada, la recuperación para la causa de Gameiro y la tranquilidad de que este Atlético aún no jugando a nada es capaz de sacar sus partidos adelante, de modo que es lógico pensar que no tendrán límites cuando jueguen bien.