Desde antes del pitido inicial de Mateu Lahoz el Villamarín ya era una fiesta. Precios lógicos y asequibles permitieron que casi cincuenta mil personas no dejaran que su equipo, el Betis, repitiera el partido ante el Mallorca y fuera de verdad a por un partido que podía suponerle la entrada en Europa siete temporadas después. La lección tras el mal partido en Mallorca no pudo estar mejor aprendida. En la primera jugada de partido se adelantaba Rubén Castro y a partir de ahí los nervios se apoderaron de la discreta defensa zaragocista y el Betis jugó el resto del partido a su antojo. Un hombre que desgraciadamente no seguirá, Dorlán Pabón, fue el protagonista de un partido en el que anotó dos tantos y sirvió otro.

El Betis tenía que salir enchufado desde el principio y saber jugar, por fin, con la ansiedad habitual de los equipos que se están jugando la vida. No pudo salir mejor. A los trece segundos de encuentro en una gran jugada colectiva, Rubén Castro marcaba su gol 18 en esta temporada. La presencia de Jorge Molina se notaba en el ataque bético y el conjunto de Pepe Mel no paró de buscar la meta de Roberto. Los tres centrocampistas del Betis se hicieron con el control del juego, sobre todo Salva Sevilla que completó un gran partido. Al cuarto de hora un medido pase de Rubén Castro dejaba solo a Pabón que solo tuvo que empujarla para hacer el segundo gol local. La defensa del Zaragoza era una calamidad y el Betis podía hacer sangre. En el ataque maño ni rastro de Montañés o Helder Postiga.

El Betis no se relajó en la segunda parte. Los jugadores convencieron a su afición de que la falta de ambición en el partido frente al Mallorca fue un espejismo. El equipo de Pepe Mel quería Europa y lo quería ante su afición. Le llegó el momento a Jorge Molina que definió ante Roberto con calidad y se ganó la ovación de todo el Benito Villamarín cuando fue sustituido. Ya con el 3-0 los aficionados béticos estaban pendientes de lo que ocurriera en el campo del Getafe, donde jugadaba el Rayo Vallecano. Pabón pondría el definitivo 4-0 para despedirse de la afición del Betis después de una segunda vuelta extraordinaria.

El gol del Rayo en el minuto 90 impidió que el Betis certificara de manera matemática su clasificación para la Europa League aunque no impidió que la afición del Betis, después de tantos años de sufrimiento, celebrara lo que con un punto puede ser un hecho. Vuelta al campo de la primera plantilla bética y cánticos para despedir a unos jugadores y a un entrenador  que han hecho un trabajo extraordinario.