Poco se va a hablar de lo que fueron los noventa minutos en el césped del Ciutat de València después de conseguir la clasificación para la Europa League. El Betis, un equipo que hace cuatro años lloraba un descenso, vuelve después de ocho años a clasificarse para competición europea. Lo hubiera conseguido aunque Jorge Molina no hubiera empatado con ese golazo porque el Rayo no fue capaz de pasar del empate ante un Athletic de Bilbao que no se jugaba nada. Si bien, el Betis no tuvo la intensidad que se le presupone a un partido de este tipo cuando está en juego un objetivo como el europeo. No estuvo bien el equipo de Pepe Mel en líneas generales que solo reaccionó, y de manera tibia, cuando Pedro Ríos ponía por delante al Levante y el Rayo estaba a un gol de arrebatarle la séptima plaza.

El mano a mano del que disfrutaron ambos equipos en los primeros compases de partido tan solo fue un espejismo en una primera mitad con muchas interrupciones y poco fútbol. El Betis apenas generó peligro en la primera mitad con un Salva Sevilla anulado por el juego físico e intenso del Levante. Sí llegaba más el equipo granota que pudo marcar al cuarto de hora por mediación de Valdo pero su disparo se marchó alto. El Levante no se mostró en ningún momento relajado creía de verdad en la posibilidad de quedar noveno y esperar un favor del TAS para disputar también competición europea. La ocasión más clara de la primera mitad fue para los locales en un malentendido entre Nacho y Casto que intentó aprovechar David Navarro metiendo la punta de la bota. Con un Betis encerrado en su área y sin enlazar más de tres pases seguidos el Levante disfrutaba de varios córners para llevar peligro a la nerviosa zaga verdiblanca.

La segunda mitad comenzó como terminó la primera. El Levante se acercaba con mucho peligro a la meta de Casto y a los diez minutos Pedro Ríos se anticipaba a la defensa bética y ponía el 1-0 con un gran cabezazo ante el que nada podía hacer al meta bético. Pepe Mel movió ficha y retiró a Salva Sevilla. El almeriense anduvo desafortunado ante el juego físico del Levante y dejó su sitio a Campbell. Pero fue el mejor jugador del Betis en este tramo final de temporada, Jorge Molina, el que pondría el empate en el marcador. Rubén Castro dejaba un balón raso en la frontal del área para que el de Alcoy pusiera la pelota en la escuadra izquierda de Keylor Navas. El gol llevaba la tranquilidad a los numerosos béticos que se trasladaron hasta Valencia sobre todo después del empate del Rayo. El Betis no quiso arriesgar y se conformó con la séptima plaza y el Levante ya sí tenía la sensación de que la temporada estaba hecha.  Con ambos quipos satisfechos con el resultado y unos minutos finales sin intensidad se llegó al final del partido y a la clasificación matemática del Betis para la Liga Europa.