En un equipo profesional de fútbol siempre es muy necesario tener un delantero goleador que te garantice goles y sobre todo confianza en ataque. Normalmente se aprecian las carencias de un equipo si le falta gol, y la gran culpa de ello la tienen en buena parte sus atacantes. Por ello, el Betis ha celebrado con gran euforia la vuelta de su goleador Rubén Castro. Al canario solo le bastó tener una para enchufarla contra el Celta en la última jornada liguera. Eso denota la gran calidad que tiene este futbolista en comparación con el resto de sus compañeros de posición. En cambio, las otras opciones que tiene el equipo de Pepe Mel como Jorge Molina, Chuli o Braian necesitan más de una para meter el balón dentro de las mallas.

Muchas fueron las alarmas dentro del entorno bético en la pretemporada cuando Rubén Castro prácticamente no participó con el  grupo y no pudo entrenarse con el resto de sus compañeros por una extraña lesión de la que se aquejaba. Se pensó incluso hasta fichar a otro delantero, ya que no se sabía con certeza cuándo volvería el canario. Pero, ahora una vez vuelto y con hambre de gol como demostró el pasado domingo, se acaban todos los problemas. El goleador esperado ha vuelto para aportar al equipo solidez en ataque y un número suculento de goles que se acerquen a los de la temporada pasada.

Aunque, bien es cierto, que al delantero canario le faltan acompañantes que rayen a su mismo nivel o por lo menos se acerquen. Y a día de hoy, el único que tiene esas posibilidades es Jorge Molina. A pesar de ello, Molina es un poco intermitente en su juego y no acaba de convencer en algunas ocasiones. Por otro lado, se espera todavía que demuestren cosas los Chuli y Braian Rodríguez. A pesar de todo, Mel respira aliviado con el regreso de su goleador. Ahora, se podría hilar fino para buscar un mediocentro que es lo que el equipo pide a gritos. Una tarea ardua que se atisba difícil.