Ya lo dice el himno del Real Betis: “Y aunque el último estuvieras, siempre Betis campeón”. Y es que si hay una afición fiel a sus colores esa es la verdiblanca, que este año, que se presuponía que era la temporada más ilusionante de los últimos tiempos, le ha tocado remar contracorriente para intentar una permanencia en Primera División, que se convertiría en un hecho histórico.

El conjunto bético no ganaba un partido desde el 29 de septiembre (1-0 contra el Villarreal), o lo que es lo mismo, más de cuatro meses sin ganar. Por ello esta importantísima victoria frente a la escuadra catalana, son algo más que tres puntos. Suponen una inyección de moral y de confianza a una plantilla que estaba hundida y que ahora sí que ha subido el primer peldaño de la escalada para seguir en la Liga BBVA. Para continuar subiendo, una de las piezas claves se llama Rubén Castro, que es la gran esperanza bética.

El Espanyol se fue poco a poco

El Espanyol comenzó teniendo el control y al primer minuto de juego Sergio García ya provocó un córner para los suyos, pero los heliopolitanos a la contra se acercaban con cierto peligro. Gabriel Calderón cambió el sistema de juego y saltó al campo con tres centrales, Amaya, N’Diaye y Figueras, y con Juanfran y Juan Carlos como carrileros, aunque el que destacó fue el ex del Castilla, ya que el de Boadilla, solo subió una vez la banda izquierda.

La primera oportunidad fue a raíz de una preciosa jugada entre Juanfran y Chuli por la diestra, el esférico le llegó a Rubén Castro que se la dejó de cara a Salva Sevilla, pero el tiro de este se fue desviado. Poco después, de nuevo Juanfran llegó hasta la línea de fondo, realizó un centro perfecto, falló la defensa perica y la pelota le queda a Rubén Castro, cuyo disparo se fue desviado. Pasaban los minutos y los dos equipo seguían jugando con mucho respeto, aunque los de Calderón cada vez se encontraban más cómodos. De hecho, verdiblancas fueron las dos ocasiones más claras del primer acto.

Los de casa estaban muy separados y a pesar de incorporarse al ataque, sobre todo, por mediación de Juanfran, que en la posición de carrilero volvió a demostrar que atacar se le da muy bien, no tanto defender. El madrileño fue el jugador más destacado de la primera mitad, aunque también hay que resaltar el duelo que mantuvieron N’Diaye y Córdoba. El nuevo fichaje bético no desentonó en ningún momento, a pesar de no jugar en su posición habitual y se mostró como un futbolista contundente, rápido y con afán de mando.

El peligro por parte del cuadro catalán llegaba por parte de Córdoba, aunque los de Aguirre se encontraban muy cómodos con el empate en el marcador y cada vez se dedicaban a menos en el Villamarín. Llegando al descanso, Salva Sevilla lo intentó de falta, pero se le fue por encima del travesaño. Y poco después, Juan Carlos, tras un buen pase de N’Diaye, realizó una jugada personal, pero el tiro, una vez más se fue desviado. Con cada acción, el franco-senegalés se ganaba cada vez más a los aficionados béticos.

Apareció Rubén Castro

Tras la reanudación, al Betis no le quedaba otra que apretar si no quería descolgarse definitivamente de la salvación. La segunda mitad comenzó como terminó la primera, con un Espanyol cómodo y apático y una escuadra local cada vez más animada y más solida y concienciada para llevarse el choque. Por ello, no tardó mucho el técnico argentino en retirar del terreno de juego a Chuli por Baptistao, que llevaba toda la semana tocado. Aunque el más rápido fue el mexicano, que en 10 minutos agotó los tres cambios. Aguirre sacó a Córdoba, Davis López y Víctor Álvarez, por Stuani, Abrahán y Fuentes.

Esto de poco le valió al técnico del conjunto catalán, ya que Rubén Castro, aprovechó del tiro de Lolo Reyes, que se estrelló en el palo derecho de Casilla, cuya estrada fue inútil. Con este tanto, el canario se convirtió en el quinto goleador del Betis en Primera División, con 38 goles, empatado con su actual entrenador y con Finidi. En ese momento se hizo justicia a lo que se estaba reflejando sobre el césped. El Villamarín enloqueció, el Espanyol se apagó más y el Betis se hizo más grande.

Tras el gol, llegaba otro de los grandes momentos de la tarde, pues Nosa volvía a jugar tras su larga lesión. Aunque la alegría del nigeriano duró poco, ya que nada más entrar sufrió un duro golpe con Casilla y tuvo que dejar su sitio a Matilla. El público lo entendió y lo despidió bajo una sonara ovación, aunque no tan grande como el delirio que provocó en la grada el segundo tanto verdiblanco y el segundo de Rubén Castro, que se coloca como quinto máximo goleador de la historia de los de las trece barras, regala alegría y esperanza a todo el beticismo.

Con este ‘chicharro’, el delantero conseguía su cuarto gol en los últimos dos partidos. Ahora sí. Por fin, después de ganar tras cuatro meses, todos creen en que la remontada es posible. Abandonar los puestos de descenso se quedan en ocho puntos. Paciencia, aún quedan 16 finales por delante.

Los goles


Real Betis 2-0 Espanyol All Goals

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Foto: marca.com

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Sobre el autor
María Trigo
Extremeña y periodista. Intento hacerme un hueco en este complicado, pero apasionante mundo de la comunicación. Estoy casada con el deporte y soy amante del fútbol. Creo firmemente que el trabajo y el esfuerzo son la base de todo aquello que te propongas hacer en la vida. Pueden leerme en VAVEL y escucharme en Deportes COPE Sevilla