Durante las primeras jornadas, el Betis tenía por delante un calendario complicado, difícil de superar y aún más complicado para aclimatarse a la nueva categoría. En las cinco primeras jornadas el conjunto de Pepe Mel ya se iba a cruzar con tres de los equipos que jugaban competición europea en este curso: Villarreal, Real Madrid y Valencia. No salió mal parado de estas cinco jornadas: dos empates, una victoria y dos derrotas ante el Real Madrid y Deportivo. La ilusión de volver, de empezar una nueva temporada en lo más alto hizo que el equipo no se conformara con tan solo estar, si no que quería apuntar arriba.

Le siguieron más victorias, ante rivales directos por la permanencia, aunque por entonces no se pensaba en eso, se apuntaba más alto. El Real Betis es un grande de España, su lugar está en los puestos altos de la clasificación. Victorias ante Sporting, Rayo y llegó una jornada dolorosa ante el Espanyol, la jornada 8 para ser exactos. Los pericos pasaron por encima de los verdiblancos, endosándole un 1-3 en el feudo bético. Por entonces, el Real Betis descansaba en la décima posición de la tabla con once puntos, a tan solo dos de puestos europeos y a cuatro de los puestos de peligro, demasiado lejos. Aquel día, los espectadores que se encontraban en el Villamarín vieron brillar a la perla española, Marco Asensio. También vieron como la suya, Dani Ceballos, no obtenía la confianza de su técnico.

Estaba siendo una temporada normal, siempre en mitad de la tabla

Le sucedieron un empate en Granada, una derrota en San Mamés, y el peligro se acercó. Ya se encontraba en la decimotercera posición con 12 puntos. Aun así, la situación del equipo en Liga era buena, no se miraba para abajo y el equipo alternaba resultados buenos con resultados malos, era lo normal en el fútbol. Ganaba a sus rivales directos y solo pinchaba contra rivales más fuertes o en campos complicados. En este intervalo de la primera vuelta, nada podía presagiar el futuro del técnico bético, tan de cara como siempre, valiente en rueda de prensa, en el vestuario. Sentado a Van der Vart, Ceballos. Jugadores que se suponía importantes pero no entraban en su dinámica de trabajo.

Victoria a domicilio ante el Málaga, derrota ante el Atlético por la mínima en casa. El Real Betis no estaba siendo un equipo goleador ni goleado. Salvo en partidos aislados, el resultado que más repite es el 1-0 o 0-1, añadiendo empates por la mínima. Curioso es que obtenga más victorias fuera de casa que en su templo. A lo mejor por la calidad de sus rivales, pero durante esta primera vuelta y como después se ha podido comprobar en toda la temporada. El conjunto verdiblanco ganaba más puntos fuera de casa que en su terreno. El equipo se sentía más cómodo, con menos presión y cuajaba partidos más completos, más profesionales.

El 11 del Real Betis en un partido contra el Rayo esta temporada // FOTO: Juan Ignacio (VAVEL)
Leyenda

En la jornada 14 empezó la hecatombe del Betis de Pepe Mel

En la jornada 14 fue donde de verdad, inconscientemente, cambió la dinámica y empezó a ser negativa. Desde esa jornada, Pepe Mel no pudo disfrutar más de una victoria con su equipo, y se fue en la jornada 19 después de perder contra el Getafe. Desde esa jornada 14, empates como el del Sevilla en casa. Cuando un derbi es obligatorio ganarlo en casa, no lo haces, y llevas días sin obtener la victoria, la ansiedad se hace dueña del vestuario y la negatividad se instala en cada esquina del estadio. 4-0 contra el Barça, 0-4 frente al Eibar. Derrotas abultadas donde se veía que el juego del Betis no iba a ninguna parte, donde se tensaron las relaciones de algunos jugadores con el técnico. Y ahí llegamos, al 10 de enero de 2016, justo después de reyes, el regalo de Pepe Mel fue dejar el banquillo verdiblanco, aunque no se le puede llamar regalo dejar el banquillo que tanto te ha dado.

Dejó al Real Betis en la decimoquinta posición, con 20 puntos y a tan solo cinco del Sporting, que cerraba los puestos de descenso. Precipitada o no, el Real Betis llevaba seis jornadas sin conocer la victoria, seis jornadas sin sumar los tres puntos. No era una situación límite, pero los resultados anteriores se acercaban a ello, algo se tenía que cambiar, y como bien suele decir Pepe Mel: “Los entrenadores somos los que menos seguridad tenemos en nuestro puesto, si algo mal, se acabó”. Así fue, el Real Betis se ahogaba, el equipo no respondía, algunos jugadores no aceptaban al técnico y Mel no le sacaba el rendimiento necesario a la plantilla de la que gozaba y a las nuevas incorporaciones.

Pepe Mel le deseó mucha suerte a Merino, sabedor de su despedida

Antes de su despedida, Pepe Mel ya sabía que su sustituto era Merino. En un tuit que puso en su cuenta, ya que se enteró de su despido gracias a una filtración desde el club, el exentrenador del Betis, se mostró más tranquilo que de costumbre, agradecido al club y deseándole mucha suerte a su sustituto, Merino. Fue una decisión tomada por unanimidad y el tiempo ha demostrado que fue la correcta. Merino entró como interino y ha acabado la temporada logrando la permanencia jornadas antes del final de Liga,

Tras un buen comienzo, con el ascenso recién conseguido, con el bloque que llevó al club al éxito repitiendo un año más, con la confianza del míster en ellos, llegó esa jornada 14 que, sin ellos saberlo, fue el punto de inflexión. Tras conseguir mejores números fuera de casa que en el Villamarín y tras ganar a rivales directos por el descenso, Pepe Mel fue despedido una vez más. Sabedor de lo precario de esta profesión, se siente contento porque consiguió lo que quería, devolver al Betis a Primera División. Ahora tiene que crecer para no volver a Segunda en mucho tiempo. Tras su primera vuelta rara, con altibajos, Pepe Mel dejó el Betis al borde del precipicio pero con oxígeno, a cinco puntos del descenso.