Tras un principio de pretemporada impecable con seis victorias consecutivas, los últimos partidos ‘de prueba’ antes del inicio de la Liga están sirviendo al Real Betis para volver a la realidad, para dejar claro que aún queda mucho que mejorar.

Las derrotas frente al Montpellier (3-0) y los resultados de anoche en el Trofeo Colombino (2-0 frente al Córdoba y 0-0 frente al Recreativo) han dejado sobre la mesa que el equipo de Gustavo Poyet necesita mejorar en lo que a defensa se refiere: “Eso es lo que se ha notado más”, decía el técnico uruguayo tras finalizar su participación en el Trofeo. A lo que, sin perder del todo la positividad, añadía que es mejor que esto ocurra ahora y no “a partir del 20 de agosto”.

Y es que, defiende el entrenador verdiblanco, lo importante de una temporada no es lo que se hace en los meses previos: “He visto a muchos equipos salir campeones de verano y después no ganan en siete u ocho partidos. Y lo contrario, equipos que no ganan ni uno y luego van y ganan los primeros cinco”.

"He visto a muchos equipos salir campeones de verano y después no ganan en siete u ocho partidos"No obstante, Poyet lo tiene claro: ni tira cohetes en las victorias ni las derrotas llevan directamente al suicidio; de todo hay que aprender: “No, yo mantengo mucho el equilibrio. No me lo creo cuando el equipo gana ni me voy a colgar de un árbol cuando pierde. Está claro que cosas que antes no pasaban ahora están pasando y hay que solucionarlas. Para eso uno juega, uno entrena e intenta encontrar el equipo”.

Parece que es en ese equilibrio donde el uruguayo ve la clave del éxito, sin olvidar nunca que él, como entrenador, es el primero que debe solucionar todos los fallos del equipo: “Hay que mantener un equilibrio. Lo que intento corregir es el hecho de que veníamos creciendo y manteniendo una organización que, lamentablemente por errores, parece que se desarma un poco”.

Asimismo, ha querido hacer también un llamamiento a la afición: “Creo que la gente se entusiasma muy rápido y pierde la esperanza muy rápido cuando esto todavía no empezó. Al fin y al cabo hay que tomarlo con calma. El responsable soy yo y si yo estoy tranquilo, lo mejor es que la gente también esté tranquila”. Un llamamiento de tranquilidad que apoya en el hecho de que es “un entrenador nuevo” con “muchas caras nuevas” y lo mismo puede tardar tan solo un mes en funcionar el equipo que seis: “Lo que tenemos que tratar es de acortarlo y que el equipo se encuentre lo antes posible. Ese clic tanto de formación como de no errores, de fluidez, crear ocasiones, pero meterlas y que no te metan goles. Creo que esa es la parte de las que me tengo que ocupar yo”.

En cuanto a jugadores con molestias tras el partido, el técnico uruguayo ha confirmado que “hay varios”, algo que le achaca al intenso entrenamiento realizado la mañana anterior al partido. Como un “entrenamiento prolijo” se tomaron también los dos partidos del Colombino, pero “no salió nada”. “Todo lo que uno planifica a veces depende de un error. La parte física, que era la que estábamos entrenando hoy, no hay nada que objetar. Hay que tratar de llegar al sábado y el domingo más frescos para poder dar una imagen tranquilizadora a la gente”, concluyó.