El Betis llegaba al Camp Nou con la intención de poner en problemas al Fútbol Club Barcelona. Gustavo Poyet ordenó a sus jugadores en un 5-3-2. Los centrales fueron Mandi, Pezzella y Bruno, y por la izquierdo dispuso a Durmisi y por la derecha alineó a Álvaro Cejudo.En el centro del campo dispuso a Felipe, Jonas y Petros, que quedaban por detrás de Rubén y Tonny. Este sistema que dispuso Poyet conlleva muchos riesgos, y más poniendo a un estremo como Cejudo en la línea defensiva. A parte, este sistema tampoco fue llevado a cabo de la manera adecuada para que una defensa dé rendimiento. Los carrieleros entraron al partido sin saber bien cómo colocarse y eso lo aprovecharon los laterales del Barça.

El primer gol y el tercero llegaron por despistes en las marcas en los laterales. El primero fue anotado por Arda Turan tras un pase en diagonal de Messi a Jordi Alba que le cogió la espalda a Cejudo. El "lateral" del Betis se juntó demasiado al central y se olvidó de cubrir la subida del velocísimo lateral del Barcelona. Leo Messi vio el hueco que dejó Cejudo y le puso el balón en el pie a Jordi, que dio el pase de la muerte a Arda que remató en el área sin problemas.Mandi intentó sacar el balón de debajos de los palos pero no le fue posible.

El segundo gol llegó tras un tiro desde la frontal del área de don Lionnel Messi. El argentino volvió a aprovechar un error que propicia el jugar con cinco defensas. Antes de nada, debemos decir que el propio Pep Guardiola reconoció no saber cómo parar al Barça. El Betis, al jugar con 5 defensas y 2 delanteros dejaba la frontal despoblada y el argentino disparó y entró el balón en la portería defendida por Adán.

El gol que suponía el 3-1 venía, de nuevo, de un fallo de defensa en las bandas. Si en el primer gol el error vino por la derecha, esta vez por la izquierda. Sergi Roberto subía la banda como quería y puso un balón al uruguayo que no falló. El Barça jugaba a su antojo. El Betis corría de lado a lado, impotente.
Leo Messi se activó a la mitad de la primera mitad y hacía lo que quería, aunque tampoco le hizo falta lucir su máximo nivel, ya que con el setenta por ciento le fue suficiente.

El cuarto gol vino tras una pérdida de balón de Musonda, que propició una contra del Barcelona que finalizó Luis Suárez tras un pase de la muerte de Leo Messi.

Al Betis le costó reordenarse tras la pérdida y eso supuso el 4-1. El Betis ya estaba pensando en que acabara aquello. El Barça seguía jugando a su antojo, propiciado por la falta de intensidad del equipo de Poyet. Los jugadores del Betis se limitaban a intentar ocupar su posición pero con poco sentido táctico.

El Barça, como acostumbra a hacer, colocaba a los centrales en la divisoria del campo, y el resto de jugadores tocaban el balón en ataque, y siempre dentro de la mitad de campo verdiblanca. Además, el conjunto culé no dejaba al Betis la más mínima posibilidad de tener el balón. Las pocas veces que el Betis fue capaz de quitar el esférico al Barcelona, inmediatamente todos los blaugranas se ponían el mono de trabajo y recuperaban el balón.

El quinto gol fue de Messi, al que poco se le puede hacer. Volvió a dar evidencias de que no es humano.El crack argentino lanzó desde la frontal del área y batió a Antonio Adán por quinta vez, segunda vez que lo hacía él.

Poyet introdujo en el campo a Musonda con la intención de crear algo de incertidumbre a la zaga culé. Más tarde puso a Fabián como sustituto del brasileño Petros. Ahí se notó la carencia que tiene el Betis en el centro del campo,carencia que Torrecilla y Poyet esperan subsanar con la llegada de David López, pivote defensivo que llega del Nápoles.Con todo esto llegaba el último gol del Barça, que lo hacía Suárez de falta.

El Betis fue capaz de anotar dos goles, o , mejor dicho, Rubén Castro fue capaz de anotar dos goles en el Camp Nou.
Quizás sea lo único positivo que se lleven los verdiblancos de la visita al Camp Nou, el saber que el delantero canario sigue en el nivel que demostró el año pasado. Desde el primer partido demuestra que luchará por el pichichi nacional, al igual que lo hizo la pasada campaña.

No se reconoció el estilo de juego que Poyet quiere implantar en este Betis, un estilo caracterizado por el buen trato del balón y una gran presión e intensidad, algo que, frente al Barcelona no se vio. El Betis jugó el partido con una excesiva tranquilidad, apenas haciendo faltas, que es una de las técnicas más usadas por los equipos que se enfrentan al Barça para parar al conjunto de Luis Enrique.