El Real Betis Balompié hizo ayer su debut en La Liga 2016/2017 en su estadio. Llegó el debut de Gustavo Poyet como entrendor del Betis en el Benito Villamarín, y lo hacía tras la bochornosa imagen que dieron los verdiblancos en el Camp Nou. Debido a tantas incorporaciones en este mercado veraniego, los jugadores del Real Betis aún no se han "acoplado" a los nuevos compañeros, y algunos no se han acostrumbrado aún a la ciudad, al clima, etcétera. Gustavo Poyet prometía en su presentación un equipo que llevase el peso del partido a través de la tenencia de la pelota y una intensa presión en los momentos que el esférico fuera del contrario. Esto ilusionó mucho a los béticos, y como hasta ahora no han visto ese Betis, pues ayer algunos pitos sonaron en el Benito Villamarín.

Poyet dijo tras el partido ante el FC Barcelona que la liga del Real Betis empezaba contra el Deportivo. Los béticos, algunos, le creyeron y pusieron muchas esperanzas en el partido frente a los gallegos. Antes del partido, la afición ya tenía algunas dudas respecto al once inicial que sacaba Gustavo Poyet. Sobre todo, la afición hablaba de la ausencia de Dani Ceballos entre los once titulares. En su lugar, Fabián Ruiz, jugador en el que se tienen depositadas muchas esperanzas pero que no está por delante de Ceballos. La pregunta era, ¿qué pretendía Poyet dejando a Dani Ceballos en el banquillo?

Empezaba el partido y el Betis no tenía el control absoluto del balón. El partido fue aburrido. Los jugadores del Real Betis, destacando a Joaquín o al parauayo Antonio Sanabria, tenían más ganas que cabeza. Lo intentaban con muy buena fe, pero no tomaban las decisiones adecuadas para que sus intentonas llegasen a buen puerto. Algo que se pedía desde la grada era más garra a la hora de disputar balones (la afición no lo expresaba con esa palabra exactamente). La afición no estaba contenta con la imagen que estaba dando su equipo en el debut en su estadio. Sin duda, la actitud de la plantilla, o de la gran parte de ella no representaba ni siquiera la mitad de ganas que mostraba la afición, que exigía más y más. El Betis lo intentaba y tuvo algunas ocasiones pero ninguna llegó a concretarse.

¿Rubendependencia?

El Real Betis lleva varios años teniendo en el canario Rubén Castro al delantero, con mayúsculas. Sin duda, es el delantero del Betis. Desde que está en Heliópolis, ha tenido como mejor compañero de ataque a Jorge Molina. Ambos dieron muchas cosas al Betis, entre ellas, dos ascensos. La pasada temporada Jorge Molina no tuvo su mejor temporada y la directiva buscó una ayuda para Rubén en las figuras de Ricky Van Wolfsfwinkel, Rennella y Leandro Damiao. Ninguno dio el nivel que se les exigía. Todo el peso del gol recaía sobre la espaldas de Rubén Castro. Ni mucho menos le pudo la presión. El canario anotó 19 goles y disputó el pichichi nacional con el delantero vasco Aritz Aduriz.

Esta temporada, aunque solo lleva dos partidos disputados, parece ir por un camino parecido. Sí, solo parecido, ¿por qué? Porque este año parece que Antonio Sanabria actuando junto al canario en la delantera bética, le pone ganas y las ganas, tarde o temprano hacen bien. Rubén demostró en el Camp Nou el alto nivel en el que se encuentra. De hecho, fue lo único positivo de la visita al Camp Nou. Sin embargo, en el partido de ayer frente al Deportivo de la Coruña, el Betis creó algo de peligro, pero el balón tan solo cayó una vez en las botas de Rubén Castro, y no de la mejor manera. A portería lanzaron varios jugadores varias veces, pero Rubén apenas una. Y el Betis no marcó.

Los cambios pueden ganar partidos

Una forma de medir el nivel de los entrenadores de fútbol es su capacidad para leer partidos. Es decir, saber qué le falta a su equipo a medida que van pasando los minutos. Sin ir más lejor, en el partido disputado ayer viernes entre Espanyol y Málaga, los de barcelona ganaban 2-0. El Málaga empató gracias a los cambios que realizó Juande. Pues ayer Poyet no acertó en los cambios. El Betis no lograba controlar el centro del campo, y se pedía a gritos la entrada de Dani Ceballos.

El técnico uruguayo dio entrada a Musonda. Más tarde dio entrada a Álvaro Cejudo, decisión que fue pitada por algunos sectores de la grada. Y el último cambio, quizás un poco tarde,en el minuto 84, entró al terreno de juego Dani Ceballos sustituyendo a Piccini. Sin duda, no fueron los cambios acertados, sobre todo en el caso de Cejudo. En el caso de Ceballos, debió entrar antes al terreno de juego. Los pocos minutos que disputó el de Utrera coincidieron con los mejores minutos del Real Betis, que al final del partido tuvo al Deportivo contra las cuerdas en varias ocasiones.