No va ser un partido más en Sevilla. El Real Betis, ahora dirigido por Víctor Sánchez, espera darle una alegría a su gente. La afición ya no tiene tiempo para esperar más. Hechos, como dice la campaña. El encuentro de este viernes, todo sea dicho, es una prueba de fuego en toda regla. Llega Las Palmas, un equipo que ha crecido una barbaridad de la mano de Quique Setién. Da gusto ver a los insulares, por cómo juegan a esto de la pelota. Pura dinamita de tres cuartos de campo hacia adelante, no tanto en defensa. Qué mejor que hacer un análisis exhaustivo de la propuesta de los amarillos. La misión es soñar.
Organización defensiva
Las Palmas gusta por cómo ataca pero Quique Setién también se empeña en defender. Junta líneas lo máximo posible para que el contrario en cuentre los menos espacios posibles en sus jugadas ofensivas. En ese caso, el esquema pasa a ser un 4-1-4-1. La defensa forma una línea de cuatro tratando de tapar huecos. Por delante, un pivote que se dirige en función del destino del esférico. Todo ello complementado otra raya de cuatro jugadores que evitan, especialmente, los pases interiores. Tanto por dentro como por fuera. Arriba, una referencia que marca los posibles contragolpes. Este equipo también sabe jugar a eso.
Marcaje individual
Un equipo es la formación de 'once' futbolistas. Así lo entiende Quique Setién, que también apuesta en determinados momentos del partido por el marcaje al hombre. Sobre todo, a ese jugador por el que comience el ataque del rival. En este caso, del Sevilla. Los hispalenses tratan en esta imagen de salir desde atrás, con sus centrales. El objetivo es N'Zonzi pero la presión que realiza Las Palmas impide al espigado centrocampista recibir la pelota. Ante ello, debe venir un hombre desde la banda para pedir la pelota. El problema es que ya tiene a su marca al lado. Concentración pura en todos momento.
Dos grupos en un equipo
Importante analizar también cómo juega Las Palmas con balón. Es lo más sencillo de ver porque además lo hacen de maravilla. De nuevo, imagen del choque ante el Granada de esta temporada. La lìnea de cuatro en defensa se mantiene casi inalterada, exceptuando el lateral izquierdo que tiene la pelota. El mismo recibe la ayuda de los centrocampista, siempre activos a la hora de pedir el esférico. No solo eso sino que también surge la posibilidad de que el extremo zurdo ayude en la progresión ofensiva del equipo. Todo con los cuatro atacantes muy atentos a un posible balón en largo o pase en corto. Así pues, el esquema pasa a ser un 3-3-4, donde el carrilero se viene al centro y el jugador más próximo al costado actúa más atrás. Diferentes variantes en la ejecución de una jugada. Arriba, un claro 4X4 en el ataque.
Un sinfín de alternativas
La propuesta no se cambia ni ante los grandes. El Real Madrid, de hecho, esta misma temporada no ha podido ganar a Las Palmas en feudo insular. Y no es para menos porque el libro de Quique Setién guarda más de un secreto. En primer lugar, cabe analizar el 4X3 que se forma en la banda derecha. Múltiples apoyos al pasador, que puede retrasar el esférico a un zaguero, tocar hacia el centro o incluso aprovechar la cobertura blanca para penetrar por banda. Esa presión es obligada por el delantero que fija al central, haciéndole un marcaje individual. Además, en el otro costado, se forma un 2X2 entre laterales y extremos correspondientes. Todo un equipo organizado, que sabe lo que hace y cómo salir de posibles acciones en las que apenas tenga opciones de seguir dominando el balón.
