Para el “Toto” Berizzo, lo más importante es vivir durante los 90 minutos que dura un encuentro atacando. Atacando como generalmente se entiende, con el balón en los pies y con la vista puesta en la portería. Esa es una de las características de este Celta de Vigo que ya lleva 3 años con este proyecto. Nunca veremos al Celta tocar el balón con cierta calma y en dirección a portería. El Celta toca con mucha rapidez, fluidez y determinación, intentando llegar a la meta contraria en el menor tiempo posible.

Un 4-3-3 se esconde tras el aceptado 4-2-3-1

Para ello cuenta con un centro del campo ofensivo a más no poder formado por un defensa central reconvertido a medio centro defensivo, Radoja, y dos interiores que más que eso son mediapuntas reconvertidos, Wass y Pablo Hernández. El Celta dibuja un 4-3-3 escondido en un 4-2-3-1. Perfectamente se puede ver como Wass y Pablo Hernández son los que caen un poco más para ayudar en la salida del balón al pivote, buscando siempre pases verticales buscando a la referencia, Guidetti o Aspas.

Luego, los celestes colocan a dos extremos, los que cuáles pueden ser desde Aspas a Bongonda, a Pione Sisto u Orellana. Este último ha sido baja en los últimos encuentros y quizá sea la pieza más clave para el entrenador argentino. Con el chileno en una banda, Pablo Hernández, que antes decíamos que jugaba en el centro del campo, encontraba un espacio para subir y seguir atacando, ya que el chileno siempre se suele meter por el miedo para practicar su fútbol.

El Celta se ha adaptado a los cambios sin alterar su idea de fútbol

Este Celta de Vigo se ha reinventado pese a las salidas que cada año se producen. Nolito, Krohn-Delhi, Augusto son algunas de esas bajas que el club vigués ha sufrido y que ha sabido solventar manteniendo su fútbol y el mismo esquema. Ya que este Celta no sabe jugar de otra forma que no sea atacando. Como decíamos, estos extremos cumplen la función de ensanchar el campo en un principio, y una vez reciben el balón entran para el medio donde encuentran muchos apoyos, y se asocian con el fin de encontrar el hueco para hacer gol.

Rara vez vemos al Celta practicar los centros al área, mejor agotan línea de fondo y meten un centro raso para que alguien la cace, pero casi siempre prefieren combinar por el medio, ya que puede llegar a tener a los 6 jugadores en campo contrario tocando el balón, y aprovechar su velocidad y su verticalidad para encontrar ese hueco, ese pase que deje solo al jugador con el portero o que pueda generar mucho más peligro. Este es el ataque del Celta.

Defender hombre a hombre, la debilidad de los celestes

Por otro lado, la defensa es el punto débil de este Celta, ya que Berizzo elije defender al hombre. Cuando se decide optar por esta defensa, se otorga muchos espacios al equipo contrario. Esto lo contrarresta con una alta presión con la que asfixiar al equipo rival y hacer que el ritmo del partido se mantenga lo más alto posible. Por eso se dice que el Celta ataca cuando defiende, porque defiende pensando en el ataque, no puede relajar el partido porque entonces firmaría su propia muerte.

Cabe destacar que el Celta no cuenta con centrocampistas propiamente dichos, por lo que defender de esta manera es la única opción. Cuando eliges reconvertir a jugadores de un perfil más atacantes a centrocampistas, tienes que primar al ataque en tu esquema y hacer que el equipo tenga que defender durante el mínimo de tiempo posible, y de una forma que se asemeje a las características que poseen sus futbolistas.

En general, nos encontramos ante un equipo lleno de bohemios, de locura táctica encaminada al ataque. El “Toto” Berizzo tiene el secreto del éxito, ya que cualquier equipo con las mismas tácticas lo pasaría francamente mal. Sin embargo, sabe sacar lo mejor de Orellana, de Pablo Hernández, el cual no es del agrado de los aficiones, pero sin embargo, juega de manera fácil y pensando siempre en el bien común. Quizá es la pieza más coherente dentro de este Celta.

Para hacer daño a este Celta se necesita controlar ese aluvión de ataque y de intensidad. Y una vez controlado el partido, dividir la posesión y calmar el encuentro. Con un partido sin dueño donde hay que disputarse el balón con un ritmo tranquilo, es fácil hacerle daño al Celta ya que se descoloca. Por lo que el Real Betis puede conseguir algo en este partido se trabaja en una idea concreta.