La jornada 10 de la Liga en la temporada 1932-1933 emparejó a Real Betis y Athletic, un partido que se disputó el 29 de enero de 1933. Ambos equipos procedían de temporadas muy distintas.

El Betis se encontraba disputando su primera temporada en la máxima categoría del fútbol español, tras haberse proclamado campeón de Segunda División el año anterior. Recibía al Athletic, en aquel entonces el equipo con más campeonatos ligueros en sus vitrinas.

Después de quedar tercero en la primer temporada de la liga española por detrás de Barcelona y Real Madrid, el Athletic encadenó dos ligas consecutivas. Se proclamó campeón en las temporadas 1929-1930 y 1930-1931. En la 1931-1932, no pudo revalidar su condición de campeón, ya que finalizó segundo, tres puntos por detras del Real Madrid. Por tanto, el partido se presentaba como un David contra Goliat, un recién ascendido contra uno de los mejores equipos de la categoría.

El partido llegó al descanso con un 0-4 en contra del BetisEl Athletic salió dispuesto a no dejar respirar al Betis y a ponerse por delante en el marcador desde el primer momento. Dicho y hecho. Con tan sólo tres minutos disputados de partido, Lafuente adelantó a los visitantes. El aplastante dominio del conjunto vasco se tradujo en goles, llegando al descanso con un 0-4, al que contribuyeron Iraragorri, con un gol, y Unamuno, con un doblete. A los cinco minutos de reanudarse el partido, el Athletic volvió a marcar, esta vez por medio de Gorostiz. Al verse con tanta superioridad, el Athletic quedó satisfecho con los cinco goles de ventaja. Rocasolano consiguió maquillar el resultado y otorgar el gol del honor a los locales.

El partido fue un reflejo de la diferencia entre ambos clubes, uno de ellos en pleno crecimiento y el otro ya completamente asentado en la élite del fútbol español.

La temporada finalizó de modo casi opuesto al enfrentamiento entre ambos. El Athletic quedó insatisfecho, ya que volvió a quedar segundo por detrás del Rel Madrid, esta vez dos puntos por debajo. Sin embargo, el Betis acabó en un meritorio quinto puesto en su debut en Primera División.

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