El Betis de Víctor Sánchez del Amo sigue sin conseguir ser regular en liga. De nuevo otra derrota como visitante de los de Heliópolis hacen resurgir las dudas, esas mismas dudas que en el Estadio Benito Villamarín parecen no existir.  

Víctor sigue apostando por un 5-3-2

A diferencia de Gustavo Poyet, desde la llegada del técnico madrileño a la capital andaluza, éste no está experimentando con los sistemas de juego del equipo. Seguramente sea algo que los propios futbolistas, más allá de que se sientan en mayor o menor medida cómodos con el citado sistema de juego, le agradezcan a su míster, ya que no tienen que estar continuamente acostumbrándose a otro sistema y, por lo tanto, a otra manera de jugar.  

Vayan las cosas mejor o peor, Víctor tiene claro qué sistema de juego prefiere y cuál es el que quiere para su equipo. Y así lo ha demostrado en todos los partidos que ya ha dirigido desde el banquillo desde su llegada a Heliópolis. 

Un Betis que ha estado muy criticado por el número de goles que solía encajar por partido y que esto ha sido precisamente en lo que más ha querido trabajar el nuevo entrenador bético. Por ello, el sistema por el que apuesta Víctor se basa en una defensa muy poblada, descuidando algo más la zona de creación del equipo, donde además, utiliza a un futbolista como Ryan Donk en el medio del campo cuya función es también defensiva.  

El resultado es un equipo que efectivamente tiende a no encajar tantos goles por partido y a ser más sólido en defensa, pero que le cuesta horrores crear fútbol. En los onces de Víctor quizás falte más creatividad, futbolistas imaginativos que sean capaces de inventar pases imposibles y de encabezar jugadas ofensivas. Otra cosa es, si Víctor realmente cuenta en la plantilla disponible con jugadores de este perfil.

Prácticamente el mismo once que ante el Athletic, pero no el mismo resultado

El Real Betis llegó a Medizorroza con la moral muy reforzada tras la genial actuación del equipo en la jornada anterior, en la que venció en su estadio al Athletic de Bilbao dejando una muy buena imagen ante sus aficionados.  

La lógica no le dio la razón ni a Víctor, ni a lo que el aficionado bético podría pensar siguiendo aquella frase de "lo que funciona, no se cambia". El Betis salió con el único cambio de Álex Martínez por Piccini en el once inicial respecto a la jornada anterior, y sin embargo, el resultado cambió, y mucho. 

No tanto por los goles, ya que al fin y al cabo los verdiblancos perdieron por un gol, al igual que vencieron hace una semana por otro. Pero sí por la imagen dada del equipo. Un equipo a veces ramplón, que le faltó mucho hambre de gol y que no supo crear grandes oportunidades de peligro a excepción de un uno contra uno de Rubén Castro con Pacheco que el delantero canario no supo cómo definir. 

Un Betis que quitando los primeros cinco minutos del segundo tiempo en los que parecía más decidido a ir a por el partido, dejó mucho que desear en el global del encuentro. El primer tiempo acabó sin ocasiones de ninguno de los dos equipos y, además, con la lesión de Joaquín, que tuvo que retirarse por culpa de unas molestias físicas. 

Al final, un incombustible Toquero se inventó un pase que encontró un hueco dentro del enjambre defensivo del Betis y donde Deyverson hizo lo que no consiguió hacer Rubén Castro minutos antes: marcar. 

El Alavés llevaba tres meses sin ganar en su estadio

La derrota del cuadro de las Trece Barras se hace más incómoda cuando se piensa que el rival, más allá de su rendimiento actual, es un equipo que acaba de ascender a Primera División después de varias temporadas en las categorías de plata y bronce del fútbol español. Y, además, si se hace caso a las estadísticas se comprueba que el cuadro de Vitoria llevaba la friolera de tres meses sin ganar en su estadio, tres meses hasta ayer, que conoció de nuevo la victoria ante los suyos a costa del conjunto bético. 

Quizás esta vez haya que reconocer que al igual que otras veces el técnico bético acertó, esta vez no supo cómo afrontar adecuademente el partido ni cómo enfrentarse al rival que le tocaba en esta jornada 16 que aún no ha acabado. 

Víctor tuvo que acabar tirando de Álex Martínez como extremo derecho en un equipo que se desdibujaba con el paso de los minutos y conforme veían que la posibilidad de empatar se hacía más complicada. 

Más allá de que la plantilla cuente con un perfil u otro de futbolistas, el técnico madrileño debe exprimir y trabajar más varios apartados tácticos y técnicos, y conseguir no solo dar una buena imagen y rendimiento en los partidos como local, sino también en los que juegue como visitante.