La temporada 2000-2001 deparó un acontecimiento realmente extraño en la historia del fútbol español: un derbi sevillano en Segunda División. Ambos conjuntos habían descendido la temporada anterior, por lo que ambas aficiones gozaron de dos derbis más, aunque en una categoría a lo que no están acostumbradas ninguna de las dos. A pesar de ser disputado en la categoría de plata del fútbol español, el partido tuvo todos los ingredientes que cabía esperar en un Betis-Sevilla: intensidad, emoción, goles y polémica. El Sevilla se impuso por 1-3 y se llevó los 3 puntos, a pesar de que el Betis fue mejor durante gran parte del encuentro e incluso de puso por delante en el marcador.

El Betis comenzó el partido cómo lo demandaba la ocasión. Fue capaz de anular al Sevilla casi por completo durante toda la primera mitad y de gozar de numerosas ocasiones para adelantarse en el electrónico. Un joven Capi, asistido por Amato, logró desdibujar a la defensa visitante pero acertó en ninguna de sus ocasiones, todas ellas detenidas por un gran Notario. El descanso llegó sin goles en el partido pero con un Betis que tenía totalmente dominado a su eterno rival.

El comienzo de la segunda mitad fue un fiel reflejo de lo que estaba siendo el partido, aunque esta vez el Betis tuvo acierto de cara a portería. En el minuto 47, Filipescu asistió a Capi, quien batió a Notario para poner el primer gol para los locales. El Sevilla se vio contra las cuerdas y Olivera emergió como líder para sacar el partido hacia delante. En el minuto 56, una espléndida jugada suya finalizó con un centro que Tevenet transformó en asistencia, poniendo las tablas en el marcador. El partido dio un giro radical a partir de la lesión de Capi, debido a la cual Alfaro fue expulsado. Las dudas del cuadro verdiblanco fueron en aumento y el conjunto sevillista no desaprovechó su oportunidad.

En el minuto 76, Prats derribó a Otero en el área, siendo expulsado y provocando un penalti que podría poner por delante a los visitantes. Olivera no falló la pena máxima y puso por delante a los suyos. En un ambiente totalmente caldeado y contrario, el ariete uruguayo aprovechó un error de Valerio para sentenciar el partido y poner el definitivo 1-3.

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