Tras una larga espera, desde aquel partido allá por el mes de septiembre, en el que un error de la defensa bética y otro del colegiado del encuentro, privaron al conjunto verdiblanco de sacar algo positivo del Sánchez Pizjuán, el derbi sevillano vuelve a escena. El Benito VIllamarín se vestirá de gala para recibir a un Sevilla que llega en un gran momento de forma, sobre todo en su estadio, ya que a domicilio sufre para sacar adelante los partidos. 

Mala defensa fuera del Pizjuán

El equipo de Nervión llega al Villamarín con los partidos que ha disputado a domicilio este 2017 en mente. Y es que, el conjunto de Sampaoli recibe muchos goles cuando se aleja de su estadio. El Sevilla comenzó encajando tres goles en el Bernabéu, que le valdrían posteriormente para ser eliminado de la Copa del Rey. El siguiente partido que disputó a domicilio, ganó por 0-4 en Anoeta. Pero lejos de repetir hazaña, en los dos siguientes encuentros encajó tres en cada uno. Bien es cierto, que en uno de ellos, en El Sadar, consiguió marcar también cuatro goles y llevarse en la victoria, todo lo contrario que en el RCDE Stadium donde cayeron derrotados. El último duelo fuera de Sevilla, se convirtió en victoria para los hispalenses, tras imponerse 0-1 en Gran Canaria, en un buen partido de Las Palmas, que no supo acertar de cara a portería.

Regularidad actual

Sin embargo, y a pesar de las actuaciones tan dispares fuera del Sánchez Pizjuán, el Sevilla parece haber encontrado en las últimas fechas cierta regularidad, ya que de los últimos cuatro partidos, han ganado tres y han empatado otro, encajando un solo gol en los cuatro partidos. El empate fue el primero de los resultados, tras el 0-0 ante el Villarreal en Nervión, por lo que tras aquel partido, el conjunto hispalense ha encadenado tres victorias, dos en Liga, ante Las Palmas en Canarias y ante el Éibar en Sevilla, sin encajar ni un solo gol, y una en Champions, en la cual los sevillistas se impusieron al Leicester. Sin embargo, esta última victoria fue un tanto amarga, ya que en ella recibieron el único gol en estos cuatro partidos y hace que viajen a Inglaterra a jugarse una clasificación que se veía cerrada.

Curiosamente, en ese último partido ante el Leicester, el último partido también de la era Ranieri, cesado este jueves, el Sevilla hizo evidente su falta de acierto a portería. Dos palos, un penalti y varias jugadas peligrosas hacían pensar que el Sevilla sacaría un mejor resultado para la vuelta, pero no fue así, por lo que el partido demostró algo que lleva toda la temporada planeando sobre el conjunto sevillista, y es que falta gol. Un aspecto del que los verdiblancos pueden sacar partido demostrando una sólida defensa.