Comienza a ser costumbre y como decía Aitor (el niño de siete años, de Barcelona y bético) en el vídeo mostrado por Cero, los béticos se están acostumbrando a vivir derrota, tras derrota. Ayer no iba a ser diferente y el Real Betis volvió a caer ante el Villarreal. Un solitario tanto de Adrián López, iba a servir para dar tres puntos de oro a su equipo que vivía una mala racha. El encuentro de ayer sirvió para sumar una gota más de un vaso, que se colmó el pasado viernes en Cornellá. El Betis no solo no transmite los hechos que transmitía la directiva a principio de temporada, sino que las sensaciones de las que hablaba su actual director deportivo, Miguel Torrecilla, brillan por su ausencia. 

Un partido soporífero por parte de los dos equipos desde el minuto uno, que acabó contagiando al Villamarín, siendo palpable la desilusión y la poca motivación del respetable verdiblanco a lo largo de esta temporada. Una de las aficiones más fieles de España, que continúa recibiendo un palo, tras otro sin tregua y estos siguen buscando una explicación a tanta decepción de su equipo. Ayer se vio un estadio que careció de colorido, de las fiestas que se suelen ver en un campo con tanta solera en la Liga Santander y la tensión era más que visible en las gradas. Pese a todo el partido transcurría, pero dentro de esa tensión y algún cántico pidiendo la destitución de Víctor Sánchez del Amo, no se daban grandes sobresaltos.

El gol de Adrían, incendió el Villamarín

Comenzaba la segunda mitad y con la misma tónica que en la primera, una afición apagada seguía esperando la reacción de su equipo. Sin embargo, el partido y el comportamiento de la afición, iba a dar un giro radical de los acontecimientos. A los dos minutos de los segundos 45 minutos, el Villarreal se iba a poner por delante en el marcador e iba a hacer estallar al Benito Villamarín. Con una una primera parte soporífera y nada más salir de vestuarios para la reanudación, el Betis se iba a poner por detrás en el marcador. Aunque pareciera que nada podía ser peor para los verdiblancos, el conjunto bético siempre puede llegar un poco más allá, ya que el gol proviene de un desajuste defensivo, donde el lateral suplente del Villarreal, José Ángel, se iba a deshacer de la zaga bética hasta en dos ocasiones con sendos recortes, poniendo un centro al segundo palo y como no, Adrián iba a rematar absolutamente solo.

Gol de Adrián. Foto: LaLiga
Gol de Adrián. Foto: LaLiga

Tras el gol del equipo castellonense, cada una de las más de 25.000 almas que fueron a apoyar a su equipo ayer, sabía que el conjunto de Víctor no iba a ser capaz de sacar nada positivo del duelo. Y así fue, a falta de más de 40 minutos, el Betis no fue capaz de hacer un gol, ni siquiera mostrar una clara superioridad. En los minutos finales, con la entrada de Joaquín y Álex Alegría, se mostraba un conjunto que se lanzó más al ataque, pero con más corazón que de juego y no iba a servir para doblegar a los pupilos de Fran Escribá. A esos cánticos, pidiendo la dimisión del actual técnico bético, se le sumaban los cánticos de "Directiva dimisión", buscando responsabilidades en la planta noble del Villamarín. Un auténtico caos en el ambiente de al final de La Palmera, que no se puede desear ni en el peor de los casos. Una vez finalizado el encuentro, un nuevo varapalo para una afición tan fiel como la del Betis, iba a dar una sonora pitada a los jugadores y cuerpo técnico, pidiendo un cambio de actitud total.

Ayer la peor noticia no fue la derrota, lo más pejudicial es que el beticismo se siente solo, ya que ni directiva, entrenadores o jugadores, representan al respetable del Benito Villamarín.

Crispación y "temor" en la parroquia verdiblanca

Al finalizar el partido, se mostró la opinión de malestar del público, de hecho, las cámaras han captado como el presidente Ángel Haro hablaba con un grupo de aficionados para darle explicaciones. Un tensión constante que solo puede ir a peor y no parece que se vaya a solucionar esta campaña. Yendo a una situación más crítica, se pasa al otro sentimiento del bético, el miedo. Ese miedo a vivir las últimas jornadas agónicas por no bajar a Segunda División.

Es cierto que este hecho no parece que se vaya a dar, pero viendo los últimos resultados y el juego del equipo hispalense, si se le suma una victoria esta jornada del Sporting, puede darse cierta preocupación de cara a vivir las últimas jornadas con transistores, hecho que tiene acostumbrado al aficionado bético en los últimos años por desgracia. En definitiva, se podría definir a la actitud del bético como la capacidad de que está cansado de estar cansado.