Van a cumplirse tres meses desde que el Real Betis Balompié anunciase de forma oficial el fichaje de Quique Setíen Solar. El técnico de 58 años, nacido en Santander, llegaba a Sevilla para encabezar un proyecto que ya había dejado a varios nombres en la cuneta. Por un lado, Gustavo Poyet no llegó ni siquiera a comenzar el año 2017 siendo entrenador del conjunto verdiblanco. Por su parte, Víctor Sánchez del Amo tampoco consiguió acabar la temporada como entrenador del equipo de Heliópolis.

Unos precedentes nada positivos para todo aquel que decidiese aceptar el reto que desde el club de las Trece Barras ponían sobre la mesa. Y entre tantos nombres y posibles candidatos, la figura de Quique Setién comenzó a tomar fuerza. Tanta, que en el trascurso de una semana se hacía oficial su fichaje y aterrizaba en Sevilla en un vuelo directo desde Las Palmas.

Desde 1977, ligado al fútbol profesional

Entre su trayectoria como futbolista, y su trayectoria como entrenador, el santanderino cumple cuarenta años dedicándose profesionalmente al fútbol. Una cifra más que respetable que comenzaba con el debut como jugador de Quique Setién en el club de su ciudad: el Racing de Santander.

Como futbolista

Desde 1977 hasta 1985, Setién militaría en las filas del Racing jugando en Primera y Segunda División. Sus buenos números, así como sus buenas actuaciones llamarían la atención del resto de clubes españoles. El Atlético de Madrid sería el que consiguiese que aquel joven Setién se mudase del norte de España a la capital, para jugar con el conjunto colchonero tres temporadas en Primera División.

En 1988 volvería a cambiar de aires, para jugar en el CD Logroñés, también en la élite del fútbol español. No obstante, siempre le tiró mucho su ciudad natal, y regresaría al Racing para tratar de conseguir el ascenso del club santanderino a Primera, ya que había vuelto a descender. Y así fue, Setién y su Racing cumplían una excelente campaña consiguiendo el ansiado ascenso.

Finalmente, en 1996, Setién entendió que era hora de colgar las botas. Sin embargo, y tras haber anunciado públicamente que dejaría de ser futbolista profesional, el Levante conseguiría hacerse con sus servicios para que jugase el play-off de ascenso a Segunda División del club granota. Así, y solo disputando cuatro encuentros, finalizaba su carrera como futbolista consiguiendo ascender al Levante y retirándose tras más de 390 partidos y tras haber conseguido marcar 58 goles a lo largo de toda su trayectoria.

Como entrenador

Sin embargo, aquel adiós de Setién no sería definitivo. Cinco años después de abandonar su carrera futbolística como jugador, la emprendió de nuevo, solo que esta vez como entrenador. Al igual que ocurriría en su trayectoria como futbolista, sus inicios como miembro del equipo técnico de un club comenzarían en Santander, concretamente como director general deportivo del Racing. Sus labores en los despachos ayudaron a que aquel año el Racing consiguiese un nuevo ascenso a Primera y continuó con la misma labor un año más.

Durante la temporada 2003/2004, Quique Setién se estrenaba como primer entrenador del Polideportivo Ejido, aunque fue cesado tras la disputa de las primeras doce jornadas de liga.

Tras probar fortuna como seleccionador de Guinea Ecuatorial, entrenaría en la temporada 2007/2008 al CD Logroñés en la Segunda División B. No obstante, acabaría siendo destituido tras ganar tan solo dos partidos de los últimos once que disputó. Setién firmaría entonces con el CD Lugo, equipo con el cual consiguió ascender a Segunda División, logro por el cual consiguió también su renovación. Tras unos años donde mantuvo al equipo gallego en unos puestos cómodos, las cosas empezarían a torcerse a partir de la temporada 2013/2014, donde consiguió la permanencia en la última jornada de liga. El 7 de junio de 2015, Setién se marcha del CD Lugo, dejándolo consolidado en la categoría de plata tras seis temporadas como míster del club.

Y en octubre de ese mismo año, Setién da el paso a la Primera División española. La UD Las Palmas oficializa su fichaje tras destituir a Paco Herrera. Setién toma el mando del equipo que ocupaba puestos de descenso y, tras una segunda vuelta francamente buena, consigue que el conjunto amarillo logre la permanencia a tres jornadas del final del campeonato.

La segunda temporada a cargo de los isleños fue aún más ilusionante, con una primera vuelta espectacular que colocó a Las Palmas líder de Primera División. Sin embargo, las dudas acerca de su continuidad y su deseo de no hacerlo lastraron la segunda vuelta del equipo, que fue bastante decepcionante tras el inicio arrollador que habían tenido. El 18 de marzo, Setién anunciaba que no continuaría como técnico del conjunto isleño. Dos meses más tarde, fichaba por el Real Betis Balompié.

El fútbol de Setién: viejo amante del ‘tiki-taka’

Que nadie espere que el entrenador cántabro vaya a proponer algo distinto a tener el balón y a buscar las continuas asociaciones entre sus futbolistas. Olvídense, por supuesto, de un equipo dirigido por Setién que se encierre atrás en cuanto consiga ponerse por delante en el marcador. Él no entiende el fútbol así, y ya lo ha explicado varias veces a los medios.

De seguro que Quique Setién disfrutaría como el que más con aquella España gloriosa del 2008, 2010 y 2012. Porque justo esa es su filosofía. Busca un equipo donde todos los futbolistas toquen el balón, lo muevan de un lado al otro, estando casi prohibido el rifar el balón a través de un envío en largo hacia el campo contrario.

El balón, según Setién, se tiene que sacar desde atrás, asumiendo sus riesgos y también aprovechándose de sus virtudes. Y es que, no hay mejor defensa, que saber que el esférico está entre las botas de los tuyos.

Las combinaciones a un primer toque o, a lo sumo, dos, son con las que más disfruta el santanderino, y lo de conducir el balón varios metros un solo futbolista sólo lo acepta en situaciones de contragolpe o claramente ofensivas. Si no se dan estos supuestos, el fútbol de Setién apuesta por esperar al compañero y apoyarse en él. Basculaciones, pase tras pase, cambios de juego para continuar con la misma filosofía, pero en el otro lado del campo. Esto es Setién, amante del buen fútbol, querrá la posesión a toda costa y no es de los que renuncia a sus ideales, aunque las cosas no estén saliendo como esperaba.

Obviamente, esta forma de jugar tiene sus desventajas. El Real Betis deberá ser un equipo que asuma riesgos a la hora de sacar el balón jugado, y esto implica que la defensa verdiblanca debe tener muy claro cuáles son las opciones de pase que tiene antes de que le llegue el balón. Adán buscará más a sus laterales en los saques de puerta que al delantero o a los hombres de banda, y cuando los rivales se percaten de esto, optarán por subir la presión y tratar de robar el balón en campo contrario.

Es posible que en la era Setién, el Betis reciba goles por pérdidas absurdas de sus centrales o laterales intentando sacar el balón jugado, pero también hay muchas posibilidades de ver a un Betis convertido en ese equipo que mantiene el control del juego, sabiendo mover el balón y haciendo un fútbol que haga disfrutar de verdad a una afición que suspira por no seguir sufriendo.

Setién es un artista, y el verde es su lienzo. Él dispone a los futbolistas y él tratará de que éstos cumplan con lo que quiere ver dentro del campo. Pero el resultado del cuadro no sólo dependerá del pincel que se balancea entre los dedos del míster, también influyen los colores que forman la obra, es decir, los jugadores: cuánto brillen, y cuánto consigan asociarse entre ellos para que este año sí, la afición verdiblanca vibre con el fútbol de los suyos. 

 

 

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Sobre el autor
Francis Alonso García
Comunicación Audiovisual en la Universidad de Sevilla.