El partido de la tarde de ayer en el Benito Villamarín volvió a ser otro homenaje al fútbol ofensivo por parte del conjunto comandado por Quique Setién. Todo el mundo apuntaba que el partido sería un lujo para el espectador neutral; sin embargo, lo que se vivió ayer en Sevilla superó todas las expectativas. Tras el encuentro, los heliopolitanos se encuentran en una extraña situación, pues suman siete goles anotados en los dos últimos partidos. Por contra, han encajado diez tantos, faceta que el cuerpo técnico intentará corregir de cara al partido contra el Alavés.

Ya de inicio, el enfrentamiento auguraba goles en cantidades industriales. En cinco de sus seis últimos partidos, el Betis vio un resultado que incluyó más de tres goles en total, mientras que los tres últimos encuentros del Valencia han visto también más de tres goles a favor. Además, ambos tienen jugadores que resultan ser siempre valores seguros, como Andrés Guardado, el actual máximo asistente de La Liga, o Simone Zaza, que es el tercer máximo goleador de la Liga, y quien más puntos ha dado a su equipo con sus goles.

Entrando en materia sobre el partido en sí, ambos equipos remataron un total de 13 veces el balón, aunque el Valencia, obviamente, obtuvo en última instancia mayor efectividad de cara al marco rival. Sin embargo, esta cifra pudo verse aumentada en las filas béticas de no haber sido por el total de cinco fueras de juego que fueron pitados en su contra, siendo algunos de ellos muy rigurosos. Aún así, el conjunto heliopolitano retuvo el balón el 58'6% del tiempo de juego, traduciéndose esto en un total de 545 pases entre los béticos con un acierto del 87'2%. El equipo movió bien la pelota, pero los goles ché llegaron en situaciones de desconcierto defensivo, contraataque o bien a balón parado. El ataque bético aprovechó su faceta ofensiva a explotar ante un rival como Marcelino, es decir, bombardeando las bandas. Aprovechó la velocidad que recae sobre sus extremos y el desborde que tienen para crear peligro en el área, aunque ello se vio contrarrestado con un ataque valencianista con forma de punta de flecha, pues su avance fue mucho más potente por el centro que por las bandas, dirigiendo el 36,6% de sus ataques por el medio.

En cuanto al tema que más flaqueza vio ayer la grada bética, la defensa y el portero, los datos reales muestran la poca contundencia que ayer se logró en defensa. Antonio Adán no tuvo una de sus mejores noches, pues erró en sus decisiones, y sólo realizó tres paradas, por contra de los seis goles que encajó. El madrileño siempre es sólido en la portería, pero en las situaciones de gol se le vio muy bloqueado ayer. En cuanto a la zaga, la dupla africana, protegida también por Guardado y escoltados por Barragán y Durmisi, notó de sobremanera la ausencia de Javi García; sólo tres entradas y un rechace, hubo poca contundencia. A ello, se le suman 12 intercepciones de balón y 50 recuperaciones. Los números de ayer del Real Betis muestran un partido notable, pero fue insuficiente ante el constante peligro de los Zaza, Rodrigo o Guedes, que en acciones puntuales colaban un ataque rápido y efectivo, que acababa en gol. Prioridad para Setién cuidar su defensa, más que el ataque, que está más saludable que nunca en estos últimos años; ya suma once goles a favor en sus últimos tres partidos jugados.