El partido de anoche entre Betis y Valencia dejó evidencias muy claras entre ambos equipos que fueron muy determinantes para el resultado final del encuentro, que se saldó con nada más y nada menos que nueve goles.

Ya advertían ambos entrenadores que el partido se iba a decidir por detalles concretos en las áreas y no se equivocaron.

Efectividad del 70% ché

No es habitual ver en el fútbol como un equipo que remata nueve veces entre los tres palos de la portería rival se acaba llevando un botín de seis goles a su favor, y eso se llama eficacia.

El Valencia de Marcelino tiene una de las mejores delanteras de LaLiga y ocasión que tienen para marcar un gol, rara vez es desaprovechada. En el caso de este partido, el conjunto valencianista estuvo muy acertado de cara a la portería rival y marcó seis goles fuera de su estadio, que se dice pronto. Algunos de esos goles son espectaculares, como el marcado por Gonçalo Guedes, uno de los mejores del campeonato, o el que cerraba el partido, anotado por el centrocampista Andreas Pereira.

Cada aproximación de los chés terminaba con el balón dentro de la portería y eso aniquilaba las esperanzas de un Betis que precisamente no estuvo acertado de cara a portería, a pesar de anotar tres tantos. El conjunto verdiblanco dispuso de ocasiones muy claras, solventadas la mayoría de ellas por un Neto superlativo en la noche de ayer, que incluso atajó un penalti que pudo suponer un cambio en el rumbo del partido.

Contundencia defensiva

Otra parcela importante a la hora de analizar el encuentro es la manera en la que se desarrollaron las defensas.

El Betis permitió muchas acciones de peligro de los valencianistas, hasta tal punto que encajar seis goles como local no es de recibo para un equipo que viene de encajar otros cuatro goles en Anoeta.

Los fallos, principalmente, procedían de pérdidas de balón en zonas importantes del campo, véase el caso de los goles de Zaza y Andreas Pereira, en la que una pérdida origina un contragolpe que acaba siendo gol visitante. Otro fallo importante y no menos que el anterior fue la marca en los córners. El Betis encajó dos tantos de esta forma al no imponerse en defensa tanto a Kondogbia como a Rodrigo, que rematan relativamente fácil a portería y sin apenas oposición.

Sin embargo el Valencia más bien era todo lo contrario. Murillo y Garay componen un muro inexpugnable. La participación de ambos fue sobresaliente y sólo se relajaron cuando la ventaja era de cuatro goles arriba, originando despistes que pudieron ocasionar un desastre valencianista. El mismo entrenador bético comentó tras finalizar el encuentro que le gustaría defender cómo lo han hecho los chés, ya que son un muro díficilmente quebrantable.

La presencia de Javi García

Fue el gran ausente de los béticos. Su estabilidad en el juego a la hora de 'hacer la raya' fue algo que se echó en falta en la noche de ayer.

Guardado cumplió sus funciones a la hora de sacar el balón jugado, pero esa forma de hacerse fuerte en un medio campo muy físico con Kondogbia y Parejo fue lo que le faltó al Betis y de lo que no carece precisamente el murciano.

El Betis necesita muchísimo de este futbolista y puede que incluso se acorten los plazos de su recuperación para que se encuentre disponible para el próximo partido, que será el sábado a las 16:15 horas ante el Alavés en el Benito Villamarín.