Otro año más que acaba. Doce meses que han sido una montaña rusa para el Real Betis Balompié. Esta etapa ha estado marcada por numerosos cambios en el conjunto bético, en busca de un plan que funcionase y diese los resultados que la gente esperaba. Muchas decisiones en el club para buscar un técnico definitivo, cosa que no se pudo lograr en la pasada campaña.

Dejando atrás la andadura de Poyet en el vestuario verdiblanco, en el que estuvo en cabeza durante once jornadas; llegaba Víctor Sánchez del Amo para terminar el año 2016 y comenzar el 2017, buscando el camino correcto para el conjunto bético, cuyo objetivo no era otro que librarse de los puestos de descenso. El entrenador madrileño tampoco pudo firmar una buena trayectoria con los de las trece barras, por lo que Alexis Trujillo fue el encargado de la plantilla los dos últimos partidos para terminar la campaña liguera. El Betis, tras una lamentable temporada y sobreviviendo al límite, sumaba 39 puntos, cumpliendo el débil objetivo de no descender.

Un toque de ilusión

El pasado verano hizo que la esperanza se despertase en la afición bética, que veía una salida al final del túnel. La llegada de un nuevo técnico que prometía unas metas más altas que los que habían ido alejándose del club. El recibimiento a Quique Setién por parte de los verdiblancos estuvo marcado por la alegría y el sueño de volver a jugar a este deporte, de volver a hacer fútbol, al más puro estilo del cántabro.

El entrenador dejaba su antiguo equipo, Las Palmas, en marzo de este año tras haber estado al mando durante dos temporadas. El 26 de mayo fue presentado como nuevo entrenador del Real Betis, firmando un contrato de tres años de duración. Ese mismo día, Setién afirmaba que: “Se va identificar siempre al Betis con una forma de jugar. Eso lo puedo asegurar y eso lo vamos a conseguir”. La afición verdiblanca confiaba en mejorar con creces la pasada campaña, ilusionándose incluso con entrar en Europa, todo un sueño para el conjunto bético.

Foto: Real Betis Balompié
Foto: Real Betis Balompié

Un comienzo acogedor que caía en picado

Su bienvenida no puedo estar más a la altura de la expectación de la afición bética. A pesar de la caída en el primer encuentro ante el Barcelona, el cántabro logró colocarse en el quinto lugar de la tabla tras disputar las seis primeras jornadas ligueras. El Villamarín se convertía en un fortín para el Betis, ganando los tres primeros duelos disputados en casa e incluso arrebatando los tres puntos del Bernabéu.

Sin embargo, poco más se alargó la fortuna y alegría para los de la capital andaluza. El encuentro ante el Valencia supuso un antes y un después para los de Setién. Tras la goleada por seis goles a tres de los che, todo el plan se desmoronó. Los verdiblancos sumaron casi dos meses sin saborear la victoria, entrando en un pozo sin fondo, en el que tampoco se encontraba una salida. La eliminación de la Copa del Rey ante el Cádiz y la pérdida de puntos ante equipos como el Eibar o Las Palmas, en los que la victoria debía ser obligatoria para conseguir los objetivos que había en mente, pusieron al técnico verdiblanco en el punto de mira.

Volver a apretar el acelerador

Quizás las bajas, la ausencia de un once fijo que diese regularidad a los jugadores o incluso la debilidad defensiva que se han estado sufriendo estos meses le han pasado factura a Setién en los resultados. El juego que enganchó a los aficionados en los primeros partidos de temporada ha caído en picado, viendo a un Betis sin actitud en varias ocasiones. A pesar de necesitar algún recambio y a la espera del mercado de fichajes invernal, el entrenador cuenta con una plantilla más completa que la que había la pasada temporada, aunque las lesiones que se le han ido sumando también han influido en la imagen sobre el césped, extrañando a jugadores como Sanabria, Feddal, Javi García o Boudebouz. Además, el cántabro ha tirado de cantera en algunos de los enfrentamientos, pues cinco jugadores han debutado ya con el primer equipo, siendo estos Redru, Aitor Ruibal, Julio Gracia, Narváez y Francis Guerrero. No obstante, hay que conseguir sacarle partido a todas las filas y posiciones para 2018 si se quieren superar los malos resultados firmados en la anterior campaña.

El Betis ha terminado este 2017 situándose en el puesto 14 en LaLiga, con 21 puntos y a tan solo seis del sueño europeo, pero es cierto que es uno de los equipos más goleados en liga, y si se quiere seguir luchando por esta meta, se deben remendar los errores en defensa que tantos malos resultados han ido generando en las últimas jornadas. En enero vuelve Rubén Castro a la delantera bética, con el objetivo de aumentar la efectividad en el ataque y como un plus para comenzar el nuevo año de la mejor forma posible. La zaga de Setién debe volver a remar, arrancar el motor que ha parecido despertar a finales de diciembre y devolver a la fiel afición bética la ilusión y el sueño con el que empezaron la temporada, pues el contador vuelve a marcar de nuevo 365 días que pueden servir para apostar por algo grande y llevar al Betis donde se merece.