En esta séptima jornada de la Liga 1|2|3 volvía el Real Oviedo a Carranza, un lugar que nadie en el club carbayón olvidará ya que fue en el coliseo gaditano donde se lograría, hace dos temporadas, el retorno al fubol profesional. En la Tacita de Plata se aguardaba este encuentro con mucha ilusión y no eran pocos en la ciudad quienes hablaban de "venganza" por lo ocurrido hace dos cursos. Y lo cierto es que el viento parecía soplar a favor del Cádiz CF en esta cita, con un equipo en un buen momento sobre todo después de lograr dos victorias consecutivas en casa, recibiendo a un Oviedo que solo había gando un partido y que comenzaba la jornada en puestos de descenso. Pero, finalmente, el conjunto asturiano pudo celebrar un nuevo triunfo en suelo gaditano, que aunque en esta ocasión no signifique un ascenso, sí que supone una buena dosis de moral y confianza que a buen seguro necesitaba este equipo tras un arranque de competición con algunas dudas.

Y los de Fernando Hierro, además, supieron adjudicarse la contienda por la vía rápida, con dos goles en 22 minutos que sirvieron para ponerle la labor muy cuesta arriba a su oponente. Los de Álvaro Cervera, por su lado, aunque lo intentaron y propusieron más futbol que en anteriores duelos, no estuvieron nada acertados en campo contrario y casi no dieron nunca la sensación de tener opciones de meterse en el partido. Muchas llegadas pero pocas ocasiones claras, y el balón parado tampoco funcionó en un equipo, el de amarillo y azul, que atacó casi con más corazón que cabeza. Trató de apretar especialmente en el segundo período pero los carbayones siempre estuvieron cómodos en el campo e incluso tuvieron algún que otro remate interesante para aumentar la ventaja en el marcador, con un Toché en punta de lanza que aparecía por todos lados y que no dejaba de inquietar la meta defendida por Alberto Cifuentes. El encuentro terminó con los ánimos un tanto caldeados, y el colegiado Pulido Santana tuvo que echarse la mano al bolsillo en bastantes ocasiones, llegando a expulsar al visitante Jon Erice y al local Eddy Silvestre.

(0-3: Muy mal / 4: Mal / 5: Regular / 6: Bien / 7: Bastante bien / 8: Muy bien / 9: Fantástico / 10: Excelente / S.C: Sin clasificar).

Álvaro Cervera

| Apostó casi por el mismo bloque pero en esta ocasión no le salió nada bien. La entrada de Abel Gómez en el once para dar más pausa al equipo no supuso una mejoría clara, mientras que más allá de que estuviera más o menos acertado con los cambios, arriesgó a agotarlos cuando aún restaba más de media hora de encuentro, y también resultó mala idea, ya que Garrido terminaría jugando lesionado más de la mitad del segundo acto. Mal día para el técnico en general.

Alberto Cifuentes

| No se le puede culpar de forma clara en ninguno de los dos goles que recibió, ya que ambos fueron prácticamente a bocajarro. En el resto de acciones volvió a reflejar seguridad y toda la veteranía que atesora, que en este caso no valieron para mantener la portería imbatida por tercer encuentro consecutivo en Carranza.

Carpio

| Le tocó bailar con la más fea, un Nando que no dejó de encarar y se mostró siempre muy desequilibrante. En general, el Real Oviedo volcó el juego en su banda izquierda, por lo que el lateral salmantino tuvo bastante trabajo. Defensivamente cumplió y en ataque apareció bastante para ayudar, aunque, al igual que sus compañeros, con poca efectividad en este aspecto.

Aridane

| Un mal día no debe empañar una trayectoria más que brillante, pero hay que reconocer que el central canario en esta ocasión no hizo precisamente un buen papel. Tuvo dudas en los cruces, en los despejes y también en la salida de balón. En el primer gol, no ve la posición de Toché, totalmente solo a pocos pasos de la línea de gol, cuando era él el defensor más cercano a él y por tanto quien debió cubrirle. En definitiva, distó mucho del que acostumbra a ser.

Servando

| Ni bien ni mal, estuvo correcto en varias acciones pero también perdió la espalda con Linares en el segundo tanto ovetense. Tampoco estuvo demasiado acertado en los desplazamientos largos y, al igual que Aridane, no logró mantener lejos del área a los dos delanteros carbayones, especialmente a Toché, que fue un verdadero dolor de cabeza para toda la defensa.

Brian Oliván

| No se le puede achacar nada, un día más lo dio todo y estuvo correcto en labores defensivas además de subir recurrentemente su banda. También demostró ser una de las pocas alternativas del equipo a balón parado, disfrutando de una falta en la frontal que se marchó cerca del palo derecho de Juan Carlos, en uno de los pocos disparos cadistas que entrañaron algo de peligro.

Jon Ander Garrido

| Fue uno de los mejores, y esto comienza a no ser una novedad. En esta ocasión fue uno de los pocos que vistió de amarillo que destacó para bien, ya que, fiel a su estilo, nunca dejó de pelear cada balón y siempre fue un incordio para los rivales cuando tenían la posesión. Fue uno de los responsables de que no se produjera un descalabro defensivo por dentro, ayudando a los dos centrales de forma incansable. Para completar su actuación, estuvo casi impecable en los balones altos, haciéndose con ellos en la mayor parte de las ocasiones. En la recta final desapareció por sentir dolencias musculares y haber agostado ya Cervera los cambios. Habrá que estar pendiente de su estado en los próximos días porque en estos momentos es una pieza indispensable en el equipo.

Eddy Silvestre

| Sigue sin cumplir con las expectativas que se depositaron en él con su fichaje, y su contribución general al colectivo fue bastante pobre una vez más. Se mostró torpe con el balón y perdió la posesión con frecuencia, aunque sí estuvo algo mejor en labores de contención. Vio la roja directa quizás de forma inmerecida, pero debe seguir aprendiendo a medir sus entradas por el bien del equipo.

Salvi

| El sanluqueño es uno de los jugadores determinantes de este Cádiz, y si él no aparece el equipo lo nota. Le cerraron a la perfección tanto en una banda como en la otra y apenas tuvo espacios para mostrar sus grandes cualidades, apenas encaró y desbordó y de esta forma apenas se logró profundidad por bandas en todo el partido. Terminó siendo sustituido al descanso después de realizar uno de los pocos disparos peligrosos del equipo en el primer período, en un muy pobre bagaje tanto individual como colectivo.

Abel Gómez

| Era la gran novedad que presentaba Cervera en el once y no fue, ni de lejos, determinante. El sevillano volvía al equipo después de varias jornadas y no logró dar la pausa y la confianza con el balón que el equipo necesitaba en el centro del campo, además de no estar nada acertado igualmente en el balón parado. Fue uno de los "sacrificados" en el descanso junto a Salvi.

Álvaro García

| Casi lo mismo que Salvi, poco profundo y resolutivo en ataque, y siendo una de las mayores bazas ofensivas de la escuadra amarilla en ataque, cuando él no está bien el colectivo baja enteros. Pasó por todas las posiciones en los tres cuartos y terminó el partido de lateral izquierdo, pero en ningún puesto logró demasiado protagonismo.

Alfredo Ortuño

| Con un partido tan discreto de sus compañeros en el ataque, casi sobra decir que al delantero apenas le llegaron balones y por tanto casi no disfrutó de opciones de gol. Aún así, peleó muchísimo, demostró que es difícil de parar por alto y que sabe bajarla y aguantarla hasta encontrar alguna buena opción, y de esta guisa hizo sudar a los defensores carbayones en alguna ocasión, aunque no resultara decisivo.

Nico Hidalgo

| Sustituyó a Salvi en el descanso con la tarea de dar algo de aire en el costado derecho, y lo cierto es que no aportó mucho más que el sanluqueño. Sí que se le vio disputar bastante los balones y quizás trató de encarar por banda más que su compañero, pero igualmente se mostró ineficiente.

Aitor García

| Entró en el descanso y al menos fue uno de los pocos que se atrevió a generar algo de peligro en tres cuartos de campo. Mostró velocidad y verticalidad y recortando hacia dentro creó alguna de las mejores ocasiones del equipo, realizando uno de los pocos disparos a puerta del equipo en todo el segundo tiempo.

Dani Güiza

| El jerezano le puso voluntad en la media hora en que participó, tiró de galones y veteranía y no dejó de ofrecerse para cualquier jugada. También se ofreció para el balón parado y fue uno de los lanzadores del equipo, aunque en esta ocasión no se volvería a tener la misma suerte que contra el Numancia.

Árbitro: Pulido Santana

| Se mostro seguro en sus decisiones y éstas en gran parte no afectaron demasiado al devenir del partido. Tuvo bastante trabajo en cuanto a amonestaciones, teniendo que castigar a varios jugadores por visitante por su exceso de agresividad en las batallas cuerpo a cuerpo. Y al final, no le tembló el pulso al expulsar a Erice y Eddy, siendo algo más rigurosa la acción del jugador amarillo, que quizás mereciese poco más que la tarjeta amarilla. Aún así, ello ocurrió con el partido más que finiquitado, así que tampoco fue un error importante.