El Cádiz visitaba el inexpugnable Montilivi para medirse al Girona en un duelo por la parte alta de la clasificación. El feudo catalán no se caracteriza especialmente por ser una plaza fácil para los equipos visitantes y eran, ni más ni menos que  37 los puntos obtenidos por los gerundenses esta temporada en su estadio.

El Cádiz por su parte venía de obtener una victoria por la mínima ante el Rayo Vallecano en casa y con el objetivo de los 50 puntos al alcance de su mano. Sorprendía la convocatoria de Álvaro Cervera para viajar a Girona y que dejaba fuera a Dani Güiza y Aitor García. El jerezano ya declaró que estaba buscando soluciones a su falta de minutos con el equipo gaditano, lo que hace suponer que su salida en el mercado estival será inminente. Por otra parte dejar a Aitor en Cádiz no se entendió muy bien por una parte de la afición cadista.

Estos cambios en la convocatoria iban a ser sinónimos a cambios en la formación del equipo de Cervera. Los amarillos formarían de inicio con: Cifuentes, Carpio, Aridane, Sankaré, Carpio, Garrido, Abdullah, José Mari, Oliván, Álvaro y Ortuño. El técnico de Santa Isabel calcaba el dibujo del equipo catalán para plantearle un partido difícil.

Por su parte el Girona formaba con: René; Ramalho, Kiko Olivas, Juanpe; Pablo Maffeo, Pere Pons, Aday, Portu, Granell, Longo y Sandaza.

Comienzo demoledor de los amarillos

El Girona comenzaba el partido tal y como tiene acostumbrada a su parroquia, dominando y creando peligro, sobretodo, con los jugadores de ataque. Sería en el minuto siete cuando el equipo local daría el primer aviso a la portería defendida por Cifuentes. Una buena jugada entre Longo y Portu hizo temblar a la afición cadista desplazada hasta tierras catalanas.

En el minuto 16 de juego el Cádiz daría el primer golpe encima de la mesa. Un despiste defensivo hacía que los amarillos recuperarán un balón en zona peligrosa y ahí Ortuño no falla. El de Yecla lanzó un tiro potente que golpeaba en el palo y entraba en las redes de la portería gerundense.

Unos minutos más tarde sería José Mari el que viese el desmarque de Alvarito que, en posición correcta, se plantaba en un mano a mano frente a René y lo batía sin demasiados problemas. El equipo visitante ya ganaba por 0-2 en el minuto 21 de encuentro.

Después de estos dos mazazos para el Girona, el equipo que entrena el amonestado Machín buscaría la reacción. Entonces vivimos unos minutos en los que los locales vuelven a tener el control del encuentro. El Cádiz aguantaba bien, ordenado y serio, sin conceder espacios entre líneas y esto dificulta al Girona que no era capaz de llegar con claridad a la portería de Cifuentes.

La primera parte terminaría así, con un Girona dominando en posesión y juego pero que no podía generar más que una sensación endeble de peligro.

En la segunda parte hubo reacción

Con el comienzo de la segunda parte pareció que cambiaran a los dos equipos del terreno de juego. El Cádiz daba un paso más atrás y el Girona lo iba a aprovechar.

En el minuto 48, Sandaza remataba fuera un centro que lo dejaba solo en el punto de penalti. Las llegadas de los rojiblancos eran más claras y el Cádiz perdía totalmente el control del balón. Con un Cádiz que no se encontraba dentro del terreno de juego llegarían las opciones más claras del Girona y, en el minuto 55 estrellarían un balón al palo después de un saque de esquina.

Tendríamos que irnos al minuto 59 para ver la primera oportunidad de gol del Cádiz en la segunda mitad. Álvaro García aprovechaba su velocidad para plantarse solo ante el portero local pero un error en el último toque propició que un defensa llegara al corte y terminara con el peligro.

Cinco minutos más tarde el palo de la portería cadista volvería a ser protagonista. Esta vez era Borja García el que lanzaba un duro latigazo desde la frontal encontrándose con el mismo destino que se había encontrado su equipo minutos antes. Ese segundo balón al palo sirvió de antesala del gol local. En el minuto 65, Longo aprovechaba un balón colgado para sacarse de la chistera una chilena que entraba por la izquierda de la portería de Alberto Cifuentes.

Tras el gol parecía que el empate del Girona iba a ser cuestión de tiempo. Los locales apuraban sus ocasiones pero no daba la impresión de peligro que daba minutos antes. El Cádiz seguía sin reaccionar y ni la entrada de Rubén, ni la de Nico supuso un aire fresco para los amarillos.

Se rompió el partido

En los últimos minutos los locales se lanzaron a la desesperada para evitar su primera derrota en Montilivi este temporada. El Cádiz esperaba bien replegado atrás y fueron los minutos en los que más ocasiones de gol creo. Primero en el minuto 83 con un disparo de Rubén Cruz que se marchaba fuera, luego en el 88 con una contra entre Nico y Álvaro que se quedó en nada por falta de entendimiento y por último, en el minuto 91 con un disparo de Garrido desde la frontal que hizo esforzarse al máximo a René.

Con estas ocasiones para los amarillos se acabaría un partido en el que los de Cervera demostraron que se puede soñar y que la segunda plaza no es imposible.

 

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