La impresionante campaña que está realizando el Cádiz Club de Fútbol es un hecho. Una campaña que nació con  gran parte del bloque que consiguió el ansiado ascenso en Alicante allá por el mes de junio. 

Pero si hay un jugador que merece reseña especial, sobretodo después de las últimas jornadas, es el extremo Álvaro García. El utrerano llegó al equipo cadista en el mercado estival de la campaña 2015/2016 procedente del Granada en calidad de cedido. Su primera temporada como jugador amarillo no fue fácil; el periodo de adaptación sumado a la irregularidad del conjunto gaditano hicieron presagiar que no iba a ser la mejor experiencia deportiva del de Utrera. Pero a base de trabajo, y con la llegada de su tocayo Álvaro Cervera al banquillo, se conviertió en uno de los héroes del Play-Off de ascenso.

Tras el ascenso a Segunda División, Álvaro se desvinculaba del equipo nazarí para fichar por cinco temporadas con la institución gaditana. Una incorporación que fue celebrada por la mayoría de la afición cadista que veían en Álvaro un jugador más que digno para la categoría a la que iba a hacer frente su equipo.

La velocidad del sevillano fue clave para el técnico de Santa Isabel que basó su estilo de juego en sus salidas rápidas por banda y sus buenas asistencias al que fue el delantero más en forma de la categoría durante muchas jornadas consecutivas, Alfredo Ortuño.

A día de hoy, después de haberse disputado 30 jornadas de competición y con el Cádiz clasificado como tercero con 50 puntos en su casillero, es de destacar la aportación del utrerano a la consecución del objetivo de los de la Tacita de Plata. 

El once cadista ha anotado dos goles en los últimos dos encuentros, el primero contra el Rayo Vallecano, el cual supuso la victoria cadista sobre el equipo madrileño, y el segundo en la última jornada disputada frente al Girona. Estos dos tantos sumados al que le hizo al Lugo en la primera vuelta suman tres goles en su cuenta particular. Pero no todo queda ahí, la velocidad que le atesora y su precisión a la hora de dar el último pase le han ayudado a realizar nueve asistencias de gol a sus compañeros. 

Pero el trabajo de Álvaro García va más allá del ataque. En las últimas jornadas hemos visto como ha corregido su posición a la hora de replegar el equipo y sus ayudas a Brian Oliván son más precisas con una media de 1,4 intercepciones por partido y entendiéndose a las mil maravillas con el catalán.

Con estos datos por delante se puede afirmar que la afición está ante uno de los jugadores más desequilibrantes de este Cádiz que ya, con el objetivo conseguido, sueña con luchar por unas metas más altas.

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