Justo un 18 de abril de 2016 llegaba Álvaro Cervera a tierras gaditanas

Doce meses de crispación y pesimismo hasta un tiempo de relativa calma y esperanza para la construcción de un posible nuevo ascenso en la entidad cadista. Esta vez, a la ansiada Liga Santander.

"Las tres primeras semanas lo pasé mal porque me veía incapaz, pero he conseguido que la plantilla se abrace a mis ideas", comentaba antes de la eliminatoria frente al Hércules. Y es que los principios nunca son fáciles. Claudio Barragán fue cesado tras una serie de malos resultados y pésimo juego, donde milagrosamente el equipo seguía en cuarta posición. Cervera inició su andadura cadista con derrota en casa (0-1) frente a la AD Mérida, con un golazo de Aitor, jugador que llegaría al conjunto cadista al año siguiente, ganándose un hueco en el equipo. 

Tras esta derrota vendrían el empate en Jumilla y la derrota ante el UCAM Murcia, líder consolidado, por 0 a 2. Hasta que contra el Jaén, en el último partido de liga regular, se ganó con un solitario gol de Salvi, y la historia cambió. El equipo ya sabía a lo que jugaba: mantener la portería a cero, aprovechar los espacios a través de la velocidad de las bandas y a esperar alguna genialidad del mago jerezano, Dani Güiza. Y básicamente, así se puede resumir los playoffs.

Cervera sabe perfectamente tras cuatro jornadas lo que tiene, y decide meter a Servando de lateral izquierda por lesión de Andrés Sánchez. No sólo funciona, sino que en A Malata incluso da una asistencia de gol. El equipo rinde y el optimismo empieza a contagiarse poco a poco entre los aficionados.

Y en este período de incredulidad llega la segunda eliminatoria ante el Racing de Santander, otro histórico del fútbol español en horas bajas. En la ida se vio un partido rácano, y que en un penalti dudoso, David Sánchez pone el 1-0 en el marcador. Un buen resultado viendo las posibilidades anotadoras de ambos equipos en aquella noche. Álvaro García hizo de Messi, y tras irse en velocidad de cuatro adversarios, definió ante el meta racinguista; yéndose a celebrar el gol y el pase a la ronda final con ese rincón cadista, donde aún se escuchan esos gritos de aliento a los suyos. Ya sólo queda una eliminatoria, ya la incredulidad pasó a llamarse optimismo.

Y llegó a Carranza de ida en 'La finalísima'

Los de Alicante venían con ganas de revancha tras su polémica eliminación en ese día lluvioso en el Ramón de Carranza. Y es entonces, a poco minutos del final, donde Despotovic provoca una falta donde la hay, y se convierte en una clara ocasión de gol. Dos lanzadores, David Sánchez y Carlos Calvo, un único objetivo: la escuadra derecha del portero. Y efectivamente, fue el antiguo jugador del Xerez el que puso el balón donde lo pedían los aficionados. Un gran recuerdo para todos.

Pero faltaba defender el resultado en un estadio maldito, donde un penalti fallado de Abraham Paz nos condenó a Segunda B nueve años, obviando el ascenso en Irún. Y fue allí, en el Rico Pérez, evitando la maldición, donde Dani Güiza, un jerezano que pasó de villano a héroe en cuestión de meses, recibió el perdón eterno de la parroquia cadista, robando un balón fuera del área y batiendo por bajo al meta del Hércules.

El 'Efecto Cervera' dio sus frutos, y de qué manera

Cervera siguió en el banquillo cadista no sólo por lógica y por petición popular, sino por contrato, y comienza así un nuevo proyecto deportivo. Ahora Quique Pina y Juan Carlos Cordero se encargarían de la parcela deportiva, mientras Vizcaíno de la parte institucional. De esta forma, saldrían una gran cantidad de jugadores que se les renovó en caso de ascender y así fue, hecho que complicó la salida de algunos jugadores como Jandro y Carlos Calvo, y en algunos casos algunas salidas fueron complicadas de entender como la de David Sánchez al Murcia.

A partir de aquí, se cosecharon puntos importantes como el primero en Almería, o como la victoria ante el Getafe de Juan Eduardo Esnáider, que en poco tiempo sería destituido por Bordalás. Tras una pésima racha con las derrotas contundentes frente al Oviedo y en Vallecas, además del empate contra el Girona y la eliminación en Copa frente al Córdoba, el Cádiz entra en descenso.

Período de dudas que acaba con el punto cosechado en el último minuto por Gorka en el Heliodoro. Todo esto sirve como punto de inflexión. Era octubre, y a partir del empate en casa frente al UCAM Murcia comienza una gran racha: victoria en Lugo y victoria ante el Huesca. Ambas por la mínima. Fueron partidos que recordaron a los playoffs de ascenso a Liga Adelante.

El mejor período en racha de victorias

Obviando la derrota por la mínima en Tarragona, el Cádiz empezó a golear (4-1) al Alcorcón, (3-0) en casa frente al Zaragoza -victoria con la que se alcanzarían por primera vez los puesto de playoffs y que a día de hoy no se han soltado, (1-3) en Córdoba, y (4-1) ante el Sevilla Atlético en el Ramón de Carranza. Se ganó al Elche (2-3) y esta racha acabaría con la derrota ante el Valladolid en casa por la mínima. A pesar de esta derrota, el equipo continuaba cuarto en la tabla general.

Mercado de invierno: nuevas caras

Tras la victoria por la mínima en casa frente al Almería, Cervera dio entrada a esos refuerzo de invierno tan esperados como Ager Aketxe, Imaz y Malón; mientras Juanjo, Abel Gómez, Mantecón y finalmente Carlos Calvo decían adiós.

Con una gran carta de presentación entraba el cedido por el Athletic Club de Bilbao, Aketxe. Convirtiendo una falta en un auténtico golazo por la escuadra azulona nada más saltar al terreno de juego. A pesar de esto, el encuentro se perdió por un penalti inexistente de Cifuentes. Además se empató en Mallorca, y se ganó al Mirandés. Una racha un poco dispar, pero que nos mantenía en playoffs, concretamente en la tercera plaza.

A partir de Carnaval se consiguen puntos por empuje

Por (3-0) se ganó en Soria, y en la jornada siguiente el (1-0) frente al Rayo Vallecano, además de un empate frente al Reus. La dolorosa derrota ante el Oviedo por (2-1) que supuso volver a la realidad y olvidarnos del segundo puesto. Al menos, la renovación del míster estaba garantizada.

Ya en abril, a pesar de ganar en Montilivi, cosa que parecía improbable y que con cuya victoria se aseguraban la permanencia, llegaron las decepciones en los cuatro partidos siguientes con una derrota ante un rival directo como el Tenerife, y tres discretos empates. Y se tachó al equipo de conformista.

El último partido ante otro rival directo se antojaba una final. Ese rival era el Huesca, que fue ganando por un penalti muy dudoso, y gracias una vez más al balón parado se consiguió un gol en el último segundo gracias al killer cadista Alfredo Ortuño, con un preciso pase de Aketxe.

Sin duda, el objetivo era el de la permanencia. Una vez conseguido: ¿por qué no soñar? Con Álvaro Cervera todo es posible. El único entrenador capaz de conseguir que este equipo vaya a más.