No eran demasiado halagüeñas las expectativas del Tenerife durante el verano de 2016. La inesperada salida de Nano con rumbo a la SD Eibar, unido a la no contratación de un sustituto, a priori, de garantías, mermaron la ilusión de la afición blanquiazul que tan cerca había visto las mieles de la lucha por el ascenso la campaña inmediatamente anterior.

Bajo el lema de Quiero Vivirlo, el CD Tenerife lanzó su campaña de abonados 2016/2017 con la esperanza de fidelizar nuevos miembros para la causa blanquiazul. Al final del periodo se alcanzó la pobre cifra de 7.000 socios, muy por debajo de lo esperado para un Club que buscaba dar el salto de categoría. Ni siquiera la llegada de jugadores con cierto renombre, como Marc Crosas y Aaron Ñíguez, ayudaron a aumentar el número de fieles.

Cartel que anunciaba la campaña de abonos 2016/2017. Fuente: clubdeportivotenerife.es
Cartel que anunciaba la campaña de abonos 2016/2017. Fuente: clubdeportivotenerife.es

Además de la contratación de ambos futbolistas nombrados anteriormente, a la Isla llegaron futbolistas algo desconocidos, como Amath N'Diaye (cedido por el Atlético de Madrid), Haythem Jouini (delantero que llegó también a préstamos por el Espérance tunecino), los laterales zurdos Iñaki Sáenz y Samuel Camille, el guardameta Ismael FalcónEdu Oriol para el flanco diestro. Además, se anunció la prolongación del vínculo en calidad de cedido entre Lozano y la entidad blanquiazul.

Con José Luis Martí en el banquillo, la temporada prometía ser ilusionante. Los buenos resultados cosechados durante el periodo estival de preparación invitaban al optimismo y con esa actitud viajaron los chicharreros a Córdoba, para disputar la primera jornada del campeonato. El encuentro no fue de los mejores y los visitantes cayeron por 1-0. La semana siguiente, en el debut en casa frente al Sevilla Atlético, el Tenerife fue incapaz de pasar del empate (1-1) la misma noche que se anunciaba la marcha de Alexander Mesa 'Nano' del conjunto insular.

La primera victoria no llegó hasta la cuarta jornada, en el Heliodoro frente a todo un Real Valladolid. El triunfo calmó las revueltas aguas sobre las que nadaba el Tenerife. A un pequeño periodo de estabilidad le siguió el peor momento del campeonato, en el que el conjunto dirigido por José Luis Martí tocó fondo: la derrota en el Carlos Tartiere ante el Real Oviedo (2-0) dejaba al conjunto blanquiazul en una delicada situación clasificatoria.

Raúl Cámara trata de impedir que Linares marque en el Tartiere. Fuente: lfp.es
Raúl Cámara trata de impedir que Linares marque en el Tartiere. Fuente: lfp.es

Lejos de hundirse, el CD Tenerife sacó la casta y desde la victoria en casa al Rayo Vallecano (3-2) permaneció invicto durante seis jornadas, hasta la visita al líder, el Levante UD. Pese a que los tinerfeños realizaron un buen encuentro y merecieron llevarse algún punto del Ciutat de València, el hoy futbolista del Tenerife Víctor Casadesús dejó los tres puntos en el barrio de Orriols (1-0).

Otra espectacular racha nació a partir de la derrota ante los granotas. Desde la jornada 19, con la visita del Alcorcón al Heliodoro y que se saldó con victoria tinerfeña (2-0), el Tenerife no conoció la derrota hasta once semanas más tarde, cuando el Reus asaltó el casi inexpugnable fortín canario. Una barbaridad que le concedió a los blanquiazules la condición de equipo invicto como anfitrión durante más de un año (desde enero de 2016 hasta mediados de marzo de 2017). Gran parte de la culpa de esa espectacular racha del Tenerife, que acumuló hasta cinco triunfos seguidos en el recinto de la calle San Sebastián (ante Alcorcón, Zaragoza, Córdoba, Elche y Almería) fue del gran estado de forma de los hombres de ataque de José Luis Martí.

Amath N'Diaye se consagró como una de las grandes revelaciones de la temporada, Aarón Ñíguez se reencontró con su mejor versión, Omar Perdomo cuajó grandes actuaciones y el Choco Lozano también contribuyó con algún que otro tanto de gran importancia. Era tan positiva la dinámica de los chicharreros, que hasta Raúl Cámara pudo sumarse a la fiesta anotadora y suyo fue el gol que logró la victoria frente al cuadro indálico (1-0).

En el mercado de invierno llegaron tres refuerzos: Rachid, mediocentro, cedido por el Sporting de Gijón; Tayron del Pino, a préstamo por la UD Las Palmas y, posiblemente, el fichaje más mediático de la temporada en LaLiga123 2016/2017: Gaku Shibasaki, joven talento nipón que había saltado a la fama tras una gran actuación en el Mundial de Clubes en el que fue capaz de hacerle dos tantos a todo un Real Madrid.

Gaku celebra un tanto en el Heliodoro. Fuente: lfp.es
Gaku celebra un tanto en el Heliodoro. Fuente: lfp.es

La temporada de Rachid Ait-Atmane estuvo marcada por la irregularidad producto de las lesiones. En los pocos minutos que pudo disputar, de todas formas, dejó destellos de su gran calidad. Tayron, por su parte, sufrió una desafortunada lesión en su primer partido en casa como titular que le alejó de los terrenos de juego hasta el tramo final del campeonato.

El caso Shibasaki se convirtió en todo un culebrón: debido a sus problemas de adaptación, muchos medios afirmaban que el futbolista asiático estaba convencido de regresar a su país. El Tenerife lo puso en manos de un psicológo y participó activamente en su proceso de aclimatación a su nuevo hogar. Costó, pasaron algunas semanas, pero por fin pudo debutar ante el CF Reus, aunque con derrota (0-1). Posteriormente fue tomando un mayor protagonismo y convirtiéndose en una pieza clave en los esquemas de José Luis Martí.

El mes de abril de 2017 quedará grabado en la memoria de los aficionados tinerfeñistas por las grandes oportunidades que el equipo dejó escapar para dar caza al Girona y arrebatarle su puesto de ascenso directo. La visita de los gerundenses al Heliodoro se vivió como una gran guerra, el espíritu de los grandes partidos: el cuadro catalán se puso 0-2 muy pronto, pero en la segunda parte un tenaz Tenerife le dio la vuelta al marcador y se le escapó el triunfo en el último minuto (3-3). A partir de ahí, el objetivo del conjunto chicharrero era clasificarse para la tan temida promoción de ascenso.

El objetivo era acabar la temporada en la posición más alta, lo que conllevaba una serie de ventajas en la liguilla. Al final, el Getafe logró el tercer puesto y el Tenerife firmó la cuarta plaza tras derrotar en la última jornada al Real Zaragoza en tierras aragonesas (1-2). La clasificación matemática para los 'playoff', eso sí, llegó una semana antes pese a la derrota como local ante el Gimnàstic (0-1).

Lance del Tenerife-Girona que marcó el devenir de los tinerfeños. Fuente: lfp.es
Lance del Tenerife-Girona que marcó el devenir de los tinerfeños. Fuente: lfp.es

La posición en la tabla del Tenerife le emparejó ante el Cádiz CF en la liguilla para subir a Primera División. Los de José Luis Martí cayeron en Carranza tras un esperpéntico partido (1-0), pero en la vuelta lograron igualar la eliminatoria con gol de Shibasaki y logró pasar a la siguiente ronda tras aguantar una agónica y agotadora prórroga. El Getafe, que también había superado su duelo ante la SD Huesca, sería el último escalón antes de llegar a la élite.

La ida se disputó en el Heliodoro y, de nuevo, Shibasaki fue decisivo al asistir de córner a Jorge para poner por delante a los suyos. Parecía un resultado inmejorable: 1-0, sin haber encajado en casa y con más de 2.000 aficionados en las gradas del Coliseum en la vuelta. Ni siquiera Ángel Torres, presidente de los azulones, fue capaz de frenar la marea blanquiazul que invadió el sur de Madrid.

Sobre el césped la historia fue bien distinta. El Tenerife no se sintió nada cómodo en ningún tramo del choque y acabó cayendo por 3-1. Jouini estuvo a punto de anotar el 3-2 en los minutos finales, pero la fortuna no estuvo aquella tarde del lado canario. Tan solo un gol separó al CD Tenerife de su vuelta a Primera siete años después.

Los futbolistas y el cuerpo técnico fueron recibidos como héroes la mañana siguiente en el aeropuerto. Al grito de '¡volveremos!' centenares de aficionados birrias les llevaron en volandas: quisieron vivirlo y se quedaron sin vivirlo, pero estaban seguros de que lo volverían a vivir más pronto que tarde.

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Sobre el autor
Edu Hernández
Apasionado del CD Tenerife