El FC Oporto inició el partido con ganas de agradar a su público en su presentación en el Estadio do Dragâo y pronto mostró sus cartas de favorito. No en vano, es el actual campeón de Liga en Portugal. Buena prueba de ello fue que ya en el minuto 2, un fuerte disparo de Varela salió por alto por poco.

Los primeros minutos fueron de un apabullante dominio portugués, ante el que nada pudo hacer el RC Celta. A los vigueses les resultaba difícil desprenderse del dominio portuense, con un tímido intento en el minuto 9, al que siguió un rápido contraataque de los lusos. Este dominio del Oporto se tradujo en un juego muy retrasado de los gallegos y que impedía ver claramente cuál era la estrategia planteada por los hombres de Luis Enrique, aunque podía intuirse un 5-3-2, algo que ya dejó entrever el técnico del Celta en los últimos entrenos en Melgaço.

Así las cosas, pronto llegaría el primer gol para el Oporto. En el minuto 12, Lucho González metió un pase en profundidad a Jackson Martínez, que arrancó en fuera de juego, corrió por la derecha del ataque luso y cruzó raso ante lo que no pudo hacer nada Yoel. El gol evidenció que los problemas le llegaban a los de Luis Enrique fundamentalmente por la banda derecha y que en velocidad el Porto desbordaba con relativa facilidad a la defensa del Celta.

No sería hasta el minuto 16 cuando llegó la primera jugada de peligro del Celta, en una internada por el centro de Orellana, dejando el esférico a Charles, quien corría a la derecha del Poeta y, tras un par de regates, remató tibiamente un balón que atrapó sin problemas Helton.

En el minuto 24 Jackson, el más activo de los portugueses, volvió a desmarcarse. En esta ocasión, sin embargo, Yoel llegó antes al esférico, que atrapó sin problemas. En este primer cuarto de partido, el Celta evidenció, una vez más, problemas en el juego aéreo, algo que Luis Enrique deberá seguir trabajando antes del comienzo de Liga.

Seis minutos después, gran demostración bajo los palos de Yoel, el mejor de los vigueses hasta ese momento, quien se encaró a Jackson, evitando el remate de este, escorándose el delantero portugués a su izquierda, y tras el centro posterior remató Lucho obligando a lucirse al cancerbero vigués con una gran parada.

En el minuto 33, Hugo Mallo fue objeto de una dura entrada, lo que obligó a la entrada de las asistencias para atender al jugador gallego. Una entrada merecedora de tarjeta amarilla en un partido, por lo demás, limpio hasta ese momento y que desarrollaría así todo el partido, salvo por una tangana al final del tiempo reglamentario, que puso la nota triste del encuentro.

La ocasión más clara del Celta antes del descanso,llegó en el minuto 38, cuando Krohn-Delhi, que había salido unos minutos antes en sustitución de Augusto (con un golpe en la cabeza), disparó ajustado al palo izquierdo, haciendo que Helton se estirase, enviando el balón a córner, el primero para los vigueses. La jugada posterior se resolvió sin peligro para los lusos.

Sería un espejismo, pues un par de minutos después, de nuevo llegada de Jackson, el mejor de los portuenses y nuevamente una gran intervención de Yoel, quien sin duda evitó que se llegase al descanso con un marcador en contra más abultado.

El segundo tiempo se inició igual que como finalizó el primero, con un dominio claro del Oporto, un dominio que, sin embargo, se fue diluyendo con el paso de los minutos, lo que le permitió llegar con más claridad al Celta, que a la postre fue el equipo que dispuso de un mayor número de ocasiones en la meta contraria.

La primera de ellas, en el minuto 20 de la reanudación, en la que Nolito remató al palo, que evitó el empate de los vigueses. Cinco minutos después, un centro-chut de Nolito, uno de los más activos del Celta en la reanudación, fue despejado por Fabiano. Posteriormente, Kronh-Delhi centró medido a David Rodríguez, quien no llegó por poco. El delantero talaverano volvió a tener una ocasión clara a falta de cinco minutos para el final, cuando la intervención del meta portuense y la presión de un defensa evitó el que pudo ser el gol del empate para el Celta. A David se le vio especialmente motivado y con deseos de agradar a Luis Enrique.

La nota negativa del partido llegó casi a su conclusión. En el minuto 89, Nolito corría por la banda, siendo pateado por detrás hasta en cinco ocasiones por Kelvin, lo que provocó una tangana entre los jugadores vigueses y portuenses. La cosa no pasó a mayores y, tras la reanudación del juego, el árbitro, que evitó complicarse, pitó el final del encuentro.

Buen segundo tiempo del Celta, que acusó la falta de ritmo ante todo un campeón, como es el FC Oporto y que tenía más rodaje que los gallegos en esta pretemporada.