Fabián Orellana nació y creció en Santiago de Chile hasta alcanzar el metro setenta de estatura. Es cierto que ha nacido en una de las capitales situadas a mayor altitud del mundo, aunque, por otro lado, Orellana es un hombre bajito. Pero eso no es problema, porque gracias a "esos locos bajitos" que le han dado dos Eurocopas y un Mundial a la selección española, parece que esta cualidad se ha convertido en el fútbol español casi en un plus. Por esto y, sobre todo, porque el fútbol que sale de las botas de este chileno también está a la altura de la mejor liga del mundo..  

La historia que Orellana ha labrado con el Celta se podría definir como “una relación complicada”. Como en las mejores historias de amor, con el chileno ha habido muchos altibajos. Orellana se ha ido acercando y alejando progresivamente del corazón de los celestes con el paso de los meses. Después de un año de alegrías en Vigo durante la temporada 2011/12 en la que el Celta logró el ansiado ascenso, el jugador procedente del Granada volvió a su equipo de origen y rompió una relación que, en un principio, parecía que se iba a convertir en duradera.  La directiva celeste se guardaba bajo la manga una opción de compra, pero las exigencias del Granada fueron tales que hicieron que la cuestión económica fuese la culpable de que se cortaran los lazos entre el futbolista y la ciudad olívica, rompiendo el corazón de muchos aficionados de la grada viguesa.

Sin embargo, el que tuvo retuvo. Fabián Orellana no llegó a olvidar ese verano de 2012 en el que alcanzó el éxtasis del ascenso y, a pesar de la distancia, el centrocampista seguía manteniendo en el recuerdo sus días como celtiña. Paco Herrera le había hecho explotar su técnica y terminó por convertirse en jugador determinante dentro del equipo. Esta circunstancia era completamente distinta en el Granada,  cosa que se acentuó con la llegada de Anquela, por lo que Orellana llegó a anhelar, más si cabe, sus días vestido de celeste. De este modo, cuando al chileno se le abrió en este 2013 una ventana que le ofrecía la posibilidad de volver a Vigo, perdió el sur para volver al norte.

Idas y venidas

No se sabe si en el fútbol se puede aplicar la máxima que afirma que todo lo que sube tiene que bajar, pero lo cierto es que si hay que resumir el rendimiento en el equipo de Fabián Orellana durante este 2013 sería, sin duda, con una palabra: ascendente.

Por todos es sabido, gracias en parte a la sinceridad y claridad de Luis Enrique, que Orellana estaba para el técnico dentro de la lista de descartes a comienzo de temporada. Tal es así, que el asturiano, al igual que hizo con hombres como Túñez, llegó incluso a sugerir al centrocampista de Santiago de Chile que se buscara equipo, ya que sus posibilidades de formar parte del once titular eran prácticamente nulas.

Pero de sabios es rectificar y el entrenador del RC Celta no ha tenido reparos en retractarse, sabiamente, de su decisión inicial. De tal manera que, cinco meses más tarde, Orellana ha pasado no sólo a entrar en las convocatorias, sino que ha pasado a saltar al campo como titular y ha agradecido los minutos que le ha brindado el míster con un gol y buen juego.  

Sin embargo, parece que el corazón de Orellana se ha enfriado demasiado durante este periodo invernal. El hecho de no sentirse imprescindible y no contar con minutos regularmente dentro del once de Luis Enrique han hecho que el jugador se esté planteando una escapada, quizás en forma de cesión. A Orellana le han salido pretendientes, el más sonado ha sido el Colo Colo de su país natal y, con vistas al próximo mundial, es muy posible que el internacional quiera marcharse para tener más minutos y asegurarse su presencia en Brasil 2014.