Varias incógnitas se presentaron al inicio de la temporada: ¿cómo sería el rendimiento de Charles en la máxima categoría? ¿Estaría Nolito a la altura de su desembolso? ¿Cómo se recuperaría Bermejo de su lesión? ¿No le vendría grande la Primera División a Santi Mina? ¿Qué iba a pasar con Orellana después de ser descartado por Luis Enrique en la pretemporada? Todas estas preguntas se fueron dilucidando poco a poco y de manera bastante positiva para todos, a pesar de que en algún momento hubo dudas, como es normal a lo largo de una temporada.

Pero también hubo notas negativas en el último tramo de campo celeste. Ni David Rodríguez en la primera parte del campeonato, ni Welliton en la segunda, estuvieron a la altura. Ambos dejaron el club con más pena que gloria, y en el caso del brasileño, después de protagonizar el lamentable suceso de su detención por conducir quintuplicando la tasa de alcohol permitida.

Partidos/Titular Minutos Goles
Charles 31/30 2.418 12
Nolito 37/26 2.262 14
Orellana 33/23 1.996 5
Santi Mina 31/14 1.351 3
Bermejo 14/2 324 0
David Rodríguez 5/1 124 0
Welliton 1/0 4 0

Charles

7 | La tarjeta de presentación con la que llegó el ariete brasileño a Vigo este verano era prometedora: pichichi de la Liga Adelante con 35 goles, plenamente integrado en España y conocedor de Galicia (jugó seis años en el Pontevedra). Además, su bajo precio (un millón de euros) hacía del fichaje una gran operación.

Todo el mundo en Vigo esperaba un nueve puro. Un rematador que acabase las jugadas del equipo de Luis Enrique. Pronto se vio que Charles no era un finalizador de máximo nivel (no al menos para Primera), pero que sí que tenía muchas e interesantes cosas que aportar al Celta. Buen juego de espaldas, facilidad asociativa y acierto en la toma de decisiones. Apropiado cuando se lleva el peso del partido para la apertura de espacios y para tener un efectivo más en el circuito futbolístico, pero también cuando se es dominado, por su incansable lucha en los balones aéreos, su capacidad de aguantar el balón y sus buenos desmarques al espacio.

Charles empezó muy bien la temporada. Marcó en Sevilla contra el Betis en la primera victoria del año y también estrenó el apartado goleador en el Nuevo San Mamés. Las dudas de pretemporada, en la que no pudo mojar, parecían resueltas. El brasileño era titular indiscutible en la punta de lanza de Luis Enrique, creaba peligro y además finalizaba. Como la seda.

Sin embargo, como cualquier delantero, Charles también tuvo sus malas rachas. En el Bernabéu tuvo dos mano a mano con Diego López que pudieron cambiar el devenir del partido. La primera vuelta terminó con una victoria en Balaídos contra el Valencia, con gol incluido de Charles, que dejaba una puerta a la mejoría de las cifras goleadoras.

No obstante, y aun con falta de acierto de cara a portería, el once celeste nunca negoció con el esfuerzo. Una lucha constante en cada partido y una clara implicación con la camiseta le llevaron a ganarse el cariño de la grada. Un auténtico picapedrero.

Pero todas las rachas cambian. En el último tramo, Charles ha vuelto a ver puerta con cierta asiduidad. Marcó en Almería, ante su ex equipo, en el partido que significó el pleno de victorias en Andalucía del Celta y los 40 puntos que otorgaban la salvación virtual. Volvió a mojar una semana después contra el Valladolid, cerrando la permanencia de forma matemática. Pero su gran tarde todavía estaba por llegar. En Balaídos, contra el Real Madrid, el brasileño anotó los dos goles que significaron la victoria contra el transatlántico blanco.

La temporada de Charles no puede calificarse de otra forma que buena. Unas cifras goleadoras mejorables, sobre todo por las malas rachas de cara a puerta, pero más que decentes. Además, una aportación notable al juego colectivo y una profesionalidad fuera de toda duda.

Nolito

8 | Manuel Agudo no llegó a Vigo como un fichaje más. Llegó para ser factor diferencial. Petición expresa de Luis Enrique, el andaluz costó 2’6 millones de euros, un desembolso muy importante para un club como el Celta. La camiseta número diez, la de Aspas, le hacía el verdadero heredero del de Moaña en capacidad de desequilibrio individual. Pronto se pudo comprobar la enorme calidad de Nolito. En la pretemporada dejó retales de su clase, esbozos de lo que podía llegar a ser. Escorado a la izquierda, el de Sanlúcar se perfilaba como desatascador de los partidos, con destellos de magia en una acción individual o en una pelota parada. La Liga arrancó bien para el ex del Benfica. Se estrenó como goleador en Sevilla contra el Betis, en una muestra de lo que sería su idilio con los equipos de su tierra, en claro paralelismo con su equipo.

Foto: Tomás Rodríguez Ontiveros | VAVEL.

A pesar de empezar con buen pie, la sensación era que a Nolito le faltaba siempre un poco para ser el futbolista que el celtismo esperaba. Una metáfora de esta apreciación son los ocho balones que estrelló contra los palos en la primera vuelta. En andaluz se mostró lento, sin chispa, desacertado en numerosos partidos. Algo pasado de peso, excesivamente repetitivo en el regate hacia adentro y escaso de confianza. El miedo al bluf del gaditano se acrecentó con el renacimiento de Orellana, que llevó al ex del Barça B al banquillo en varios partidos.

Nolito siguió trabajando. Sin desesperar. Solo era cuestión de ajustar un poco. Ese pelín necesario para pasar del casi al hecho. Del palo al gol. De la expectativa a la realidad. En la segunda vuelta Nolito fue carburando. De menos a más. El partido contra el Betis, en la jornada 21, marcó el inicio de su subida con un gol. En Villarreal repitió, con un soberbio lanzamiento de falta. Solo faltaba volver al once inicial con regularidad. La irrupción de Orellana parecía haber espoleado al andaluz.

A base de constancia, Nolito consiguió recuperar su sitio en el equipo, desplazando al chileno a la izquierda. Tras pasar un mal momento de resultados (empate contra el Getafe y derrotas contra Elche y Atlético), el Celta se reencontró con la victoria en el Ciutat de Valencia. Un 0-1 con gol de Nolito que acercaba la permanencia. A partir de ahí, la racha goleadora del andaluz se disparó hasta el final de curso. Nolito marcó contra el Sevilla, la Real Sociedad, el Almería, el Valladolid y Osasuna, estos tres últimos por partida doble, lo que disparó sus cifras anotadoras hasta superar a Aspas, en un final de temporada apoteósico para el de Sanlúcar. Llegó para hacer diferencias y, aunque le costó, terminó por conseguirlo. El andaluz finaliza el curso como máximo goleador del Celta, pero con la sensación de que, si es capaz de tener más regularidad, puede ser un futbolista devastador el próximo año.

Orellana

8 | A la historia del chileno esta temporada no le ha faltado de nada. Un rechazo, dudas sobre su capacidad, trabajo en silencio, una rectificación y un resurgimiento hasta convertirse en indispensable. El camino del Ninja.

Después de llegar en enero de 2013 como uno de los fichajes más deseados, pocos en Vigo podían esperar que en la pretemporada del recién finalizado curso, Luis Enrique le comunicase a Fabian Orellana que no contaba con él. Una decisión difícil de comprender, y más cuando el club no fichó a nadie para relevarle. La temporada empezó con el Poeta sistemáticamente fuera de las convocatorias. Luis Enrique parecía cerrado en banda, a pesar de que le dio la titularidad en el partido de las rotaciones en Getafe, de donde el Celta salió claramente derrotado. Aquello pareció redundar en la idea del gijonés de no contar con el atacante.

Pero Luis Enrique demostró que sabe rectificar y dio su brazo a torcer con Orellana. El momento clave fue la titularidad del chileno contra el Almería en Balaídos. El ninja salió hipermotivado. Eléctrico. Encarando una y otra vez a su par, buscando superioridades, mordiendo. El Ninja dio una exhibición con gol incluido. Había llegado para quedarse.

Su irrupción, espectacular, no tenía visos de cesar. Contra el Betis hizo un doblete y en Villarreal resolvió el partido apareciendo entre las sombras para marcar de cabeza. Desde ahí hasta el final. Siempre con movilidad, con esfuerzo, con actitud positiva. Orellana encontró la confianza y dejó fluir la calidad que todo el mundo sabía que tenía. Solo sumar. Su pequeño bajón coincidió con el del equipo, mediada la segunda vuelta.

Pero en este tramo final, el Ninja ha vuelto a rayar a gran altura, marcando en Almería y completando una colosal exhibición contra el Valladolid en Balaídos. Este nivel ha servido para que Jorge Sampaoli le convoque para defender a Chile en Brasil, lo que le convierte en el único mundialista de la plantilla celeste, junto a Augusto Fernández. El Poeta tiene versos para rato en Vigo.

Santi Mina

6 | La supersónica escalada del delantero vigués ha encontrado la estabilidad en la cima de la mano de Luis Enrique. Desde su llegada, el asturiano confirmó que el canterano sería futbolista de pleno derecho de la primera plantilla celeste. Los datos le han dado la razón ya que Santi no ha disputado ni un solo minuto con el filial y sí la nada desdeñable cantidad de x repartidos en x partidos.

Las esperanzas de la parroquia viguesa se dispararon bien pronto con Mina. Fue en la jornada 4, cuando el atacante se convirtió en el futbolista más joven en marcar en Primera de la historia del Celta. Su precocidad devoraba metas. Había debutado el curso pasado de la mano de Herrera en Getafe, relevando a Aspas. Solo unos meses después, dejaba su impronta en el estreno del Nuevo San Mamés contra un equipo Champions como el Athletic.

Las prisas nunca son buenas consejeras. Luis Enrique siempre lo tuvo claro con Santi, al que le fue dando minutos de forma paulatina, sin excesos. Protector. Mina mostró ciertas dificultades con el ritmo de la categoría y la asimilación de lo que tenía alrededor. Algo absolutamente normal. Tan solo un año antes estaba jugando en el juvenil. Fue por esto que mucho vieron un estancamiento, e incluso que la Primera le venía grande al chico, acostumbrados a la precocidad en la carrera deportiva del canterano.No obstante, y a pesar de las discretas actuaciones, Mina siempre dejaba cositas. Sensaciones. Una potencia considerable para un crío de 18 años, buena conducción y regate en velocidad pero, sobre todo, un instinto asesino latente, innato, dispuesto a salir en cualquier momento. Los tres goles con los que finaliza la temporada podrían parecer pocos, pero su obstinación con la portería y la facilidad que siempre exhibió para hundir las redes rivales, solo hace poner muchas esperanzas en su futuro.

Contra el Athletic, en Copa y en Balaídos, volvió a marcar. Contra la Real Sociedad, Santi demostró que le gustan los equipos vascos y marcó el gol de un empate muy valioso en los últimos minutos, tras jugar toda la segunda parte con diez. Los minutos le han servido de aprendizaje, y en la segunda vuelta se ha visto un jugador más asentado, con capacidad para jugar de primeras y perdiendo muchos menos balones que a principios de curso. Sin embargo, su presencia fue algo menor debido a la recuperación de Bermejo, que le ganó el puesto como segundo delantero del equipo.

Sin duda lo mejor de Santi Mina está por venir. El Manchester City ya ha preguntado por él y tiene unas cualidades inmejorables para llegar a lo más alto. El año que viene, presumiblemente será el segundo delantero del equipo y contará con muchos más minutos para seguir aprendiendo y creciendo.

Mario Bermejo

5 | Había algunas dudas por ver como regresaría Super Mario de su rotura de ligamento cruzado. 35 años y una lesión tan grave podía lastrar al guerrero, símbolo de la permanencia agónica del curso pasado. Su característico espíritu luchador sacó de dudas a los escépticos y el cántabro regresó a la competición contra el Athletic en la ida de la Copa del Rey. Repitió en Liga contra Osasuna, volviendo a salir en los minutos finales.

Estaba claro que Bermejo había vuelto y estaba en condiciones de jugar. Ahora la decisión era puramente deportiva y le correspondía a Luis Enrique tomarla. Mina le tenía el puesto ganado a Super Mario en el arranque de la segunda vuelta pero, poco a poco, el cántabro logró darle la vuelta a la situación. Trabajo, esfuerzo, sacrificio. Los valores que rigieron su carrera le sirvieron para convencer a Luis Enrique que el nueve era una opción real para sumar.

Foto: Xoan Carlos Gil | La Voz de Galicia.

Sumando cada vez más minutos, Bermejo terminó por convertirse en el primer sustituto de Charles. Luis Enrique prefirió apostar por su experiencia para ciertos momentos y quitarle presión a Santi Mina. La competencia con Welliton, simplemente no existió, dada la inoperancia del brasileño fichado en enero. El Gigante jugó como titular contra la Real Sociedad y Osasuna en el último tramo liguero, cuajando buenas actuaciones. También contra el Madrid, saliendo desde el banquillo y estrellando un balón en la madera y contra el Valladolid, cuando falló una ocasión clarísima en un mano a mano con Jaime, el portero pucelano.

Bermejo disputó en Mestalla sus últimos minutos con la camiseta del Celta. El club ha decidido no renovarle. Sin embargo le ha ofrecido continuar en la entidad desempeñando un papel dentro del staff técnico y el cántabro se lo está pensando. Continúe o no, Super Mario ya se ha ganado su lugar en la memoria del celtismo.

David Rodríguez

2 | Resulta complicado calificar la aportación del talaverano. Quizá le ha faltado más continuidad, pero la sensación que dejó cuando salió en el mercado invernal rumbo al Brighton de la First Division inglesa, es que no tenía el nivel futbolístico suficiente para sumar en este Celta. Sus carencias técnicas y sus dificultades para asociarse jugaban en su contra desde un principio.

Foto: RC Celta.

La falta de acierto de cara a portería hizo el resto. David tuvo minutos esporádicos en varios partidos, pero su cruz se la ganó en Getafe, donde su rendimiento (igual que el de todo el equipo) estuvo muy por debajo de lo esperado. A partir de ahí, su participación se redujo al mínimo y la recuperación de Bermejo terminó de condenarle. El Celta le rescindió el contrato para facilitarle la salida hacia Inglaterra.

Welliton

0 | El fichaje sobre la bocina del mercado invernal. El goleador tan demandado por la afición. El killer que le faltaba al Celta. Así se vendió a Welliton Soares, pichichi de la Liga rusa en dos ocasiones, que llegaba a Vigo buscando relanzar su carrera, tras no lograr hacerlo en Brasil.

Su exceso de peso y su baja forma estaban justificadas por una inactividad de un mes. Luis Enrique pidió paciencia y aseguró que Welliton haría una mini pretemporada para ponerse al nivel físico de sus compañeros. Las jornadas pasaban y el brasileño no lograba entrar en una convocatoria. Las sensaciones al verle entrenar en A Madroa explicaban el porqué. Indolente, sin chispa, sin implicación. Una actitud impropia de un profesional. Muchos apelaron a problemas de adaptación y a la necesidad de coger confianza. Luis Enrique decidió incluirle en la convocatoria contra el Getafe, aunque no jugó. Su momento llegó la semana siguiente en Elche. A falta de cuatro minutos, Welliton saltó al campo y en los dos balones que tocó no pudo contribuir a que el Celta lograse empatar en el Martínez Valero.

Welliton acaparó más fotos en el juzgado que en el campo. (Foto: Jorge Santomé | Faro de Vigo).

La primera y la última. Welliton no volvió a vestir la camiseta celeste nunca más. La esperanza desapareció. También la paciencia. El mal momento de forma que traía de Brasil se convirtió en algo permanente y el atacante no volvió a entrar en los planes de Luis Enrique.

Puntuaciones del Real Cub Celta 2013/2014: Luis Enrique

Puntuaciones del Real Cub Celta 2013/2014: porteros

Puntuaciones del Real Cub Celta 2013/2014: defensas

Puntuaciones del Real Cub Celta 2013/2014: centrocampistas