Descenso del RC Celta, el mismo año que disputaba la Copa de la UEFA, en la que cayó derrotado en los cuartos de final ante el Werder Bremen, alemán. Con inestabilidad en el banquillo tras la salida de Fernando Vázquez llegó Hristo Stoichkov y con él, las últimas esperanzas de permanecer en la élite del fútbol español.

Si alguien destacaba en aquel Celta que resurgía de sus cenizas y que volvía a descender, con cambio de mandos en la presidencia del club incluida, era sin duda él, Borja Oubiña. 38 partidos disputados por el 4 esa temporada, incluyendo competición europea y además de ello, el momento más alto de su carrera, la llamada de Luís Aragonés para disputar dos partidos con la selección absoluta.

Borja Oubiña debutaría con la selección española.

Gran interés a nivel nacional y europeo en hacerse con sus servicios

Con la llegada del club a la Segunda División, se barajaban gran cantidad de ofertas por el jugador estandarte del equipo en aquel entonces. Benfica, equipos importantes de la propia Liga Española y sobre todo, interés masivo proveniente desde Inglaterra. Finalmente, el equipo que logró hacerse con sus servicios fue el Birmingham City de la Premier League, en calidad de cedido con opción de compra, a pesar de que el deseo de propio jugador era salir traspasado.

Desde la directiva olívica no veían con buenos ojos desprenderse de una joya tan preciada como era Oubiña y para ello, confiando en que su retorno a la categoría de oro del fútbol español no se demorase mas allá de una temporada, optaron por una cesión, con la mente puesta en retenerlo la próxima temporada al lograr ese hipotético ascenso.

Su llegada a la Premier League

Borja Oubiña llegaba a la Premier League y el Birmingham City era su nueva casa. Poco tardó el talentoso jugador gallego en hacerse con un puesto en el once titular del aquel entonces técnico de los blues, Steve Bruce. Lamentablemente, poco duraría esa cierta estabilidad en su debut en la Premier League. Era el segundo partido de Oubiña en Inglaterra, su equipo jugaba en Anfield ante el Liverpool. Ese fue el partido que cambió su porvenir de manera decisiva.

22 de septiembre de 2007. Oubiña se enfrentaba a uno de los grandes del panorama inglés y europeo, el Liverpool de Rafa Benítez. El holandés, Dirk Kuyt iba a ser su verdugo, con una dura entrada que le terminó rompiendo los ligamentos de la rodilla izquierda. Dicha lesión, una de las más duras del fútbol, terminaba con el breve periplo de Borja Oubiña por tierras británicas.

El indeseado regreso a casa

Sabiendo el alcance de su lesión, el Birmingham decidió mandarlo de vuelta a Vigo, donde llevó cabo el proceso de recuperación que sería largo y tortuoso. Ese momento, ese partido y esa lesión. Todo ello iba a ser lo que cambiase su vida deportiva por completo. En un escenario soñado para muchos, arrancó el duro camino del centrocampista gallego, emblema del celtismo y capitán inolvidable para su afición.

Desafortunadamente, nada salió bien en esos planes de ascenso y recuperación del jugador en el regreso a Primera División. Desde la lesión de Oubiña y su regreso al Celta, se sucedieron gran cantidad de acontecimientos que marcaron el prolongado camino del club en la categoría de plata del fútbol español, en una situación poco deseada ni bien recordada para ningún aficionado celtiña.

Borja Oubiña: irrupción en terreno vedado

Borja Oubiña: descender para ascender

Borja Oubiña: plenitud en la inestabilidad

Borja Oubiña: de vuelta para ascender