Lo avisaba Claudio Barragán en la previa y el Cádiz no defraudó. El técnico valenciano había pedido intensidad a su equipo, y el Cádiz salió a darlo todo. Con una presión alta, las líneas adelantadas y con la verticalidad con el balón como estilo de juego, los amarillos sorprendieron a un Celta que por momentos se vio muy superado. Pla y Salvi, situados hacían daño a la espalda, especialmente el '7' cadista, que desbordaba cada vez que encaraba a Planas. Aún sin generar grandes ocasiones, los locales pisaban área celeste con gran facilidad, aunque Rubén Blanco alejó el peligro y recuperó la confianza perdida en el último partido ante el Málaga.

No obstante, el devenir del partido fue muy distinto de los primeros minutos. Poco a poco, el Celta fue haciendo valer su superioridad, haciéndose con el dominio del partido a base de posesiones largas. Todavía sin profundidad, corría el minuto 25 cuando el Celta le dio la vuelta al partido. Tras una recuperación en el centro del campo, la pelota le cayó a Orellana en el centro del campo, que puso un balón al hueco para la carrera de Guidetti, que aprovechó la media salida de Pol Ballesté para hacer el primer tanto de la noche, su segundo con la elástica celeste. Primer tiro a puerta y gol. El martillo de 'Thor'. El mazazo para el Cádiz, definitivo. Sin grandes alardes, el Celta se ponía por delante en el marcador. El buen hacer local, se quedaba sin premio, y el timón del partido pasaba definitivamente a manos celestes.

Monólogo visitante

El 0-1 tuvo un doble efecto. En primer lugar, el Cádiz, que no se había reservado ni un gramo de fuerza, veía como un rival, a priori superior, se ponía por delante sin hacer grandes méritos. En el caso del Celta, el gol sirvió para calmar los ánimos e iniciar un monólogo hasta el final del partido. A través de posesiones largas y sin rifar la pelota, los hombres del Toto se adueñaron del partido. El objetivo, un gol que les pusiese pie y medio en cuartos de final. Sin generar ocasiones claras, los de Berizzo rondaban el área de Pol Ballesté; el segundo estaba al caer y solo era cuestión de tiempo.

Con la reanudación, más de lo mismo. Un Celta que tenía la pelota y que, ya sí, buscaba el segundo con ahínco. El Cádiz por su parte, ya pedía la hora. El esfuerzo de los primeros minutos pasaba factura, y el buen toque vigués hacía que el Cádiz persiguiese sombras. Las posesiones largas levantaban los murmullos en el Carranza, que pitó a Mantecón cuando este fue sustituido por Álvaro. Encabezado por un gran Guidetti, el Celta se gustaba, y el segundo estuvo cerca de llegar tras una gran combinación entre Guidetti y Orellana —con un espectacular toque de espuela del internacional sueco— que Orellana no supo definir. No obstante, el segundo gol llegó pronto. A la salida de los tan criticados 'gilicórners', a Jonny le cayó una pelota en la frontal, y ante la pasividad de la defensa local, se sacó un disparo que tocó en un defensa que desvió la pelota lo suficiente para que Ballesté no pudiese detenerla. 0-2 y eliminatoria casi resuelta con media hora por delante.

Berizzo hizo su segundo cambio (en la reanudación Hugo Mallo había entrado por Cabral) y retiró del campo a Orellana para darle minutos a Señé, pasando Madinda definitivamente al puesto de interior derecho. No obstante, los cambios no alteraron en absoluto el ritmo del partido. El balón continuaba en manos del Celta, que rondaba continuamente la portería de Ballesté. Radoja, omnipresente y Guidetti, que peleaba cada balón como si fuese el último, sostenían a un Celta que dominaba el partido a velocidad de crucero. El tecero llegó tras un cabezazo a placer del sueco tras un despeje de Ballesté tras un remate de tijera de Josep Señé. Primer doblete de Guidetti, un nuevo martillazo de 'Thor'. 0-3 y eliminatoria (casi) resuelta. La vuelta, el miércoles 13, a las 20:30 en Balaídos.