Dos de los equipos más fuertes del campeonato se daban cita en Balaídos para disputar la ida de los cuartos de final de la Copa del Rey. Aunque ya se habían enfrentado apenas diez días antes, con victoria sencilla para los colchoneros, la sensación en la previa era de que esta vez la historia podía ser diferente.

El primer motivo era que el Celta llegaba de ganar en Liga y de ver como John Guidetti daba un paso al frente con dos goles. El segundo, la llegada de los refuerzos invernales que ayudaban a olvidar definitivamente la marcha de Augusto. El tercero, la ilusión de la afición por conseguir un buen resultado y seguir avanzando en el torneo del K.O.

Con todo a la guerra

Los onces iniciales de Berizzo y Simeone dejaron claro que ambos iban a por todas. Muy pocas diferencias con las alineaciones que suelen en Liga, exceptuando la inclusión de los dos porteros suplentes. Tanto Rubén como Moyá cumplieron con nota. También salió de inicio Augusto, el principal hándicap de los madrileños. El argentino, en su segunda visita a Vigo como visitante, fue abucheado a cada ocasión y se mostró visiblemente nervioso. Incluso estuvo a punto de hacer un gol en propia en una acción desafortunada.

Augusto estuvo nervioso y casi marca un gol en propia

El Atlético salió mejor y Jackson pudo hacer el primero muy pronto, pero no consiguió aprovechar un buen centro de Filipe Luis. El colombiano fue uno de los grandes perdedores de la cita. No marca desde octubre y tampoco aprovechó esta oportunidad. Era un partido en el que cada duelo era una batalla a muerte y en el que los defensores de ambos equipos estuvieron especialmente bien, en el que cada jugador tenía que estar de notable alto para dar la talla.

No tardó la respuesta. En el minuto cinco, Aspas tuvo la más clara del encuentro. Espectacular pared con Guidetti, pero el disparo desde la frontal del área pequeña lo despejó Moyá.

El Celta pronto frenó las acometidas de los visitantes. Radoja, Wass y Pablo Hernández hicieron probablemente su mejor partido de la temporada. No se parecieron en nada a los jugadores que naufragaron hace nada contra el mismo rival. El serbio unió a su habitual fiabilidad con el balón muchísimo esfuerzo en la destrucción. Wass asumió por fin el timón del equipo, y el Tucu volvió a ser un coloso que apareció por doquier. En gran medida, en la actuación de estos tres hombres hay que ver las dificultades de los colchoneros para conectar con sus delanteros.

Radoja, Wass y Pablo Hernández hicieron probablemente su mejor partido de la temporada

Pese a la ausencia de más oportunidades claras, excepto un centro de Jonny que no aprovechó Pablo Hernández, la primera parte tuvo al respetable vigués atento en todo momento. El Celta mandó en el Atlético, pero conviene recordar que enfrente estaba la mejor defensa de Europa. Destacaron Godín, como siempre, y Jesús Gámez, que las pasó canutas para detener a Orellana.

Al Atleti se le apareció el Atleti

Es más que un juego de palabras. Cuando el Cholo se quiso dar cuenta, enfrente de él tenía un equipo que había copiado sus mejores armas. Solidaridad, presión y acierto a la hora de defender la portería. Jonny, Cabral, Gómez y Planas alcanzaron su mejor nivel y desquiciaron a los atacantes atléticos. Griezmann no apareció. Jackson lo hizo una vez, pero Rubén tiró de reflejos y mandó a córner un difícil disparo raso.

El Celta fue solidario, presionó y ganó multitud de duelos individuales

El Celta también le copió al Atlético un recurso ofensivo. El balón largo al delantero. Guidetti tuvo más trabajo que en toda su vida, pero fue capaz de completar una actuación soberbia. El sueco dio una lección de cómo jugar de espaldas ante dos miuras como Godín y Savic, aunque Orellana y Aspas no supieron aprovecharse de ello para hacer más daño.

Simeone dio entrada a Correa y a Vietto, y el primero tuvo una clarísima, pero su cabezazo se marchó alto cuando muchos cantaban el gol. El partido también sirvió para que debutara la última incorporación celtiña, Claudio Beauvue. Todo esfuerzo madrileño fue en vano. El Celta fue un equipo fuerte en lo mental y en lo físico que consiguió anular a una de las potencias del continente. Es más, pudo ganar el partido de penalti, ya que Thomas detuvo un cabezazo de Sergi Gómez con la mano, pero el árbitro no se atrevió a pitarlo. Ahora el Vicente Calderón dictará sentencia, y allí habrá un actor más en juego: Nolito.

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