Si a un aficionado celtista se le pregunta por campos históricamente "malditos" le vendrán a la cabeza estadios como Vallecas, Camp Nou y...Cornellà-El Prat. Y es que el nuevo estadio del RCD Espanyol es un campo en el que el Celta sólo ha logrado rascar un empate. En cuatro visitas al campo barcelonés, tres derrotas por la mínima y un sólo empate con un gol a favor obra de Iago Aspas la pasada campaña. 

La misma temporada pasada el Celta de Vigo rompió un maleficio que arrastraba desde el año 2003-2004, último año que el equipo celeste pudo ganar en suelo catalán al Espanyol. De aquella, en el viejo estadio olímpico de Montuïc, el conjunto gallego derrotó por 0-4 a un conjunto perico que acabó con numerosos expulsados. Con estos datos se podrá deducir la dificultad que le genera al Celta jugar en Barcelona. No se encuentra cómodo ni ante el todopoderoso Fútbol Club Barcelona ni ante el Espanyol en cualquiera de sus campos.

Balance muy negativo

Contra el rival del próximo domingo, el Espanyol de Barcelona, el Celta acumula un balance nefasto. En 47 visitas a cualquiera de sus estadios, el Celta salió derrota en 31 de esas ocasiones. Por lo tanto, únicamente en 16 partidos los célticos lograron un resultado positivo allí, y si se resta más sólo se contabilizan 5 victorias en suelo espanyolista. Aún es más nefasto el dato de la primera victoria del Celta en Barcelona ante el Espanyol, que llegó allá por el año 1952. En los 40 y en los 50 el Celta fue un equipo asentado en la élite, y sus visitas al viejo campo de Sarrià, donde el Espanyol jugaba de local salía siempre derrota hasta el mencionado año de su primera victoria.

Es, por lo tanto, un enfrentamiento nada favorable para el Celta. Los pericos son un conjunto incómodo en su campo a lo largo de toda la historia. La mala suerte también ha pesado en diversos enfrentamientos, y es aquí donde muchos recordarán el gol del delantero Sergio García en el último suspiro de un Espanyol-Celta en el año 2014, con Luís Enrique de técnico celtiña. El conjunto barcelonés al que se medirá el próximo domingo ha cambiado desde su última visita. Con Quique Sánchez Flores a los mandos, con un nuevo presidente-inversor chino y con numerosos fichajes que han ilusionado a la parroquia perica, el Espanyol será una buena piedra de toque para los hombres del Toto Berizzo. Seguir sumando y viendo hacia arriba depende ahora del campo maldito del Celta, el RCDE Stadium.