Hay días en los que te levantas con el pie izquierdo y nada te sale bien. Eso le pasó hoy al Celta, al que desde que empezó el partido hasta que acabó nada le salió bien. Fran Escribá se llevó el partido y la victoria táctica ante Berizzo al que no le gusta perder, y menos en la pizarra.

El Celta salió con un once esperado, en el que Wass y Radoja ejercieron en el doble pivote en ausencia del Tucu. Orellana regresaba siendo titular, y arriba los de siempre, Bongonda, Sisto y Aspas.

Desde el principio el Villarreal salió a presionar al centro del campo celeste. Y lo noqueó. Wass y Orellana estuvieron desaparecidos y no eran capaces de entrar en contacto con el balón. La doble línea de cuatro del Villarreal no dio opción a los dos pilares del Celta en tareas de elaboración, y cuando al Celta le quitas el centro del campo, le quitas todo. Radoja no tenía otro remedio que abrir el balón a las bandas para no perderlo. En las bandas, Pione Sisto estuvo bastante desacertado y no fue capaz de superar el dos contra uno que le hacían los defensas. Bongonda también estuvo muy desaparecido.

El planteamiento del Villarreal se vio reforzado tras lograr los dos primeros goles, muy tempraneros. Con ventaja en el marcador, los pupilos de Fran Escribá se encontraron muy cómodos en tareas defensivas. Bien cerrados atrás, con las líneas muy juntas para asfixiar al Celta y esperar un robo de balón para salir a la contra.

Vestigios de recuperación

A partir del minuto 20, el Celta tuvo un espejismo de recuperación. El balón empezó a circular más rápido y Orellana y Wass entraron más en el juego. Aspas y Piones Sisto contaron con alguna ocasión, pero sin fortuna. El tercer gol de los amarillos terminó por noquear al Celta.

En la segunda parte, el Celta tiró la toalla al recibir el cuarto nada más reanudarse el juego y se dejó llevar por el Villarreal, quien aún metería un gol más en el añadido.

Tucudependencia

Ya se comentaba en la previa que en un partido ante un rival como el Villarreal se echaría mucho en falta a un jugador como el Tucu Hernández, alguien capaz de cambiarle la cara a un partido, y que a día de hoy se ha convertido en pieza fundamental para Berizzo y para el Celta. Y ¡vaya si lo echó en falta!

El juego de los vigueses gira en torno a su figura y cuando él falta se nota. El balón circula mucho más lento, se presiona menos, y la creación de juego se vuelve más pobre.

Para alegría de todos, el Toto Berizzo adelantó el sábado que el Tucu podría estar disponible incluso para el jueves contra el Ajax, y que para el Deportivo lo estará con toda seguridad. Una gran noticia sin duda para todos los celtistas recuperan a su cerebro para un partido tan importante como O Noso Derbi.