Derrota dura del Celta en El Madrigal. El feudo del submarino amarillo había sido un campo que se le había dado bien al conjunto celeste en los últimos años, pero este domingo no fue el día de los celtiñas. Al descanso el Celta ya perdía 3-0, pero había tenido un par de ocasiones y unos minutos de buen juego en la primera mitad. Eso daba ligeras esperanzas a los visitantes de cara a los segundos 45 minutos. Sin embargo, en el minuto 48 el Villarreal conseguía hacer el cuarto gol. O mejor dicho, la mala fortuna se cebaba con el Celta y Wass se hacía el 4-0 en propia puerta. A partir de aquí se acabaron las esperanzas celestes.

Es conocida por muchos la teoría de la manta. La hemos escuchado en diversas ocasiones. En ruedas de prensa, tertulias deportivas o en el bar. Partimos de la base de que cada equipo tiene su manta, pero esta es corta, así que solo te puedes tapar la cabeza o los pies, porque si te quedas a medias coges frío tanto en la parte superior del cuerpo como en la inferior. El Celta ni siquiera sacó la manta para taparse. Ni apostó por atacar, ni apostó por defender ni buscó el término medio. Tuvo, seguramente, la peor actuación de la temporada. El planteamiento de Berizzo se vio ya condicionado por los dos goles tempraneros del Villarreal.

En defensa el partido fue para olvidar. Cabral cortó varios balones peligrosos y estuvo más o menos seguro pero, en general, estuvieron los cinco desafortunados. Tanto Sergio en portería que volvió a regalar un gol al rival con un mal pase, el cual aprovechó Soriano para hacer el primero; como los cuatro defensores, que cometieron errores absurdos (véase la expulsión de Sergi Gómez con 4-0 en el marcador). Un hecho que evidencia el mal partido de los celestes es que de los 5 goles, 4 son errores claros del Celta. Errores que se pueden cometer una vez, pero no cuatro veces por partido. Errores de marcaje, individuales y desorden defensivo.

En ataque tampoco fue la cosa mucho mejor. Los puñales del equipo, Sisto y Bongonda, hicieron menos daño que un cuchillo de plástico, mientras que Aspas brilló totalmente por su ausencia. Además, Orellana, que volvía de lesión, no mostró para nada su mejor nivel. Por lo que respecta al medio del campo, ‘espesos’ es una buena palabra para definir como estaban los centrocampistas. Radoja estuvo mal en transición defensiva y aportó poco en ataque, mientras que Wass tuvo mucho menos participación de la que acostumbra a tener y se marcó un gol en propia puerta.

Tras este partido a los de Berizzo solo les queda olvidar la derrota, pero sin olvidar los errores para poder solucionarlos. El jueves reciben al Ajax en Balaídos y el domingo a las 12:00 se juega en Vigo el derbi gallego ante el Deportivo de La Coruña. Motivos suficientes para levantar la cabeza y encarar una nueva semana con el trabajo duro como base para sacar buenos resultados.

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Sobre el autor
Adrià Millán
Periodismo. Campdevànol (Girona), 1996. Apasionado del deporte.