Tras unas semanas convulsas en la cuidad de Vigo, en las que salieron numerosas informaciones sobre la venta del Celta a un holding chino, el presidente, Carlos Mouriño, ha reiterado hoy ante la prensa que no se ha cerrado ninguna venta. Eso sí, reconoce que varios grupos inversores se ha interesado por la adquisición de la entidad, el último de ellos una empresa catarí, pero que solo les ha dado la información, con ninguno de ellos ha llegado a un acuerdo.

El presidente ha cargado duramente contra las declaraciones de Elena Muñoz, portavoz del PP en Vigo, en las que advertía de que en caso de la venta del club a un grupo chino, estudiarían la posibilidad de no dejar jugar al Celta en el estadio municipal de Balaídos. “¿Vamos a tener que diferenciar cuál es el capital extranjero bueno y malo? Le pediría a la Sra. Muñoz que me lo explicara”. “Faltaría más que al equipo de la ciudad, al Celta, no lo dejaran jugar a Balaídos. Qué gran favor les debemos por dejarnos”, ironizaba Mouriño por las declaraciones de Elena Muñoz.

“No tengo la ilusión que tuve. Quizá con un proyecto de ciudad la recupere"

Tras cargar duramente contra la portavoz del PP en Vigo, Carlos Mouriño lanzó un ultimátum a Vigo y al ayuntamiento. El presidente aseguró que tal y como están las cosas ahora no le ve “un futuro a largo plazo al club”, por eso propone una oferta a la cuidad: “Si quieren continuidad, el Celta se compromete a comprar el estadio de Balaídos. La obra no le costaría un céntimo a la ciudad, la pagaría el Celta. Que el compromiso sea de todos, señores, no de una sola persona”, sentenció. “No asumo la responsabilidad de sacar esto adelante exclusivamente solo. Hemos presentado tres o cuatro proyectos para darle magnitud y solvencia económica al club y no se han aceptado”. Mouriño quiso recalcar que de esta decisión depende su continuidad en el club, es mayor y necesita motivaciones nuevas a parte de las deportivas para continuar al frente de la dirección del Celta. “Si el proyecto me convence sigo en el club. Si me dan algo de lo que pido el club no se vende”. “No tengo la ilusión que tuve. Quizá con un proyecto de ciudad la recupere. Sin motivación ya no puedo pelear por el Celta como hasta ahora”. Poco después de estas declaraciones hacia el ayuntamiento, el alcalde de Vigo, Abel Caballero, aseguró: “No contemplamos en absoluto la privatización de Balaídos. Es patrimonio histórico de la ciudad de Vigo”. Palabras que pueden acelerar la salida de Mouriño del Celta.

Una vez zanjado este tema, el presidente se refirió a las especulaciones surgidas en estas últimas semanas sobre posibles compradores. Reconoció que hay varias ofertas confirmando que este lunes mismo recibieron una última procedente de Catar, pero quiso recalcar que ahora mismo el Celta no está en venta. “A los que preguntaron les dijimos que no entrábamos en negociación, que hicieran una propuesta y que si la veíamos aceptable empezaríamos a hablar de la parte económica y de proyecto. Si hubiera algún compromiso de mi parte de una venta, no podría hacer la oferta a la ciudad, sería imposible”. También reconoció la visita de emisarios chinos hace unas semanas para interesarse por la situación del club. “Vinieron a comer a mi casa. Querían conocerme”. “Hay que analizar el proyecto completo. No lo tenemos analizado con los chinos y mientras tanto no decidiremos”, declaró.

Como respuesta a las críticas sobre la ampliación de capital que hizo la semana pasada, Mouriño se mostró tajante: “Tengo el control, ¿para qué quiero más capital? Yo lo hacía como algo que es beneficioso para el Celta”.

Mouriño quiso finalizar la rueda de prensa sentenciando que él se siente igual de orgulloso de ser presidente del Celta como de ser empresario, y que como empresario necesita de motivaciones empresariales. “Conmigo va la parte empresarial, que fue la que le dio éxito. No es mi objetivo sentarme a esperar un resultado cada semana. El único que corre riesgos aquí soy yo”, concluyó.

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