Apartando las posibles clasificaciones europeas, el poder que te dan tres puntos en una pequeña liguilla de seis partidos, la moral que sube tras una victoria o el simple hecho de derrotar a tu rival haciendo más méritos que él, Balaídos se convirtió durante 90 minutos en una especie de juego paralelo a los posibles tres puntos en allí se disputaban Celta y Ajax. Un juego que sin calidad no puedes inscribirte, donde la precisión de tu golpeo del balón prima sobre el resto y alzarte vencedor te puede dar la oportunidad de salir en todos los programas televisivos deportivos elogiando tu buen hacer futbolístico: Se trata del juego al mejor gol.

Empezó como todo juego empieza, con los protagonistas sobre la cancha. No dudó Peter Bosz en poner a sus hombres de confianza para tener más opciones de victoria; en cambio, Berizzo optó por las sorpresas (habituales dicho sea de paso en competición internacional) y dejó sin jugar a buenos peloteros para el envite como Theo Bongonda o Iago Aspas. Extraña sería la inclusión de Álvaro Lemos en el extremo derecho, que debutaba con el Celta en esa posición. Tras minutos de tanteo, donde el conjunto de Berizzo era superior a los holandeses, tanto en el fútbol como en el nuevo juego del mejor gol hay una regla no escrita: cuando mejor estés, si no finalizas, lo acabas pagando. Y así fue. Contragolpe bien llevado por Ziyech que lo hace todo, controla, encara, desborda a Radoja y bate a Rubén Blanco. Primer gol para el Ajax que un jurado imaginario valoraría como muy decente.

Tras el gol holandés algo cambió, siendo el Ajax el dueño del balón, sabedor de que con ese gol se estaba llevando el juego. Pero si por un pacto tácito entre futbolistas se tratase,la tortilla se dio la vuelta y cuando peor estaba el Celta, golpeó con el empate a 1. Centro a balón parado de Señé que Fontás se encarga de poner la espuela "a lo que salga" para superar con una vaselina a Onana. Si el tanto de Ziyech fue decente, este puede ser de notable alto. El pacto entre los 22 jugadores seguían, empatados a todo. Diez minutos para ti, diez para mí y así los goles espectaculares irán llegando. Pero lo que llegó fue el descanso con el empate justo, buen juego y todo por decidir.

Las segundas partes siempre fueron buenas

Salió el Celta a demostrar quién jugaba en casa, aunque el empate no era del todo malo para ambos equipos. Señé se destapó como mejor jugador en la tripleta del mediocampo y Sisto era imparable cada vez que aceleraba. Pudo llegar la ventaja para los celestes con una bonita jugada del danés que, en una doble pared con el Tucu Hernández, su disparo era desviado por un defensor. Pero, como en la primera parte, cuando mejor estaba el conjunto local, llegó de nuevo el golpe visitante, esta vez en el minuto 71. Contra veloz, mal repliegue defensivo celeste, balón a Younes que, dentro del área, coloca una rosca al palo largo imparable para Rubén. Otro golazo que vuelve a adelantar a los holandeses, de muy bella factura la ejecución del alemán de las filas del Ajax.

Y se repite la misma tónica que el primer tiempo. El Ajax se crece, se cree vencedor del juego, pero faltaba el último verso del poeta. En el minuto 82, Orellana recoge un saque de banda en el pico del área, gira su cuerpo veloz para zafarse de su contrario y empala una rosquita con la zurda tan sutil como efectiva que se cuela por toda la escuadra. Un verdadero golazo que hizo explotar de júbilo la grada, y dar un punto a su equipo que puede ser de oro. Sin tiempo para más, con un final de partido bastante alocado pero sin ocasiones, se llegaba al final del partido con empate a dos y sin saber quien ha sido el vencedor del premio al mejor gol, tras 4 chicharros como 4 soles los que se pudieron ver en Balaídos. El Celta sigue a la estela del líder del grupo G con cinco puntos mientras que el Ajax, con siete, sigue en primera posición pero sintiendo muy de cerca al conjunto gallego.